Aprendizaje, actualización, desafío y satisfacción es lo que me ha significado colaborar para El Sol de Toluca, en su espacio de Análisis durante los últimos cinco años.
Recibir la invitación de Rosi Coyotécatl (QEPD) fue para mí un gran honor, porque desde que tomé conciencia de mi vida en Toluca, El Sol ha sido un referente para la comunidad de la capital del Estado de México y, posteriormente, desde el inicio de mi carrera profesional en los años 90 la consulta de este diario es tarea obligada.
Ha sido un recorrido de aprendizaje y actualización permanentes, porque al ser opinador debo asumir la plena responsabilidad de mis palabras. Para ello, al colocar un tema que considero de interés para las y los lectores, tengo la obligación de profundizar en él, investigar antecedentes, buscar fuentes confiables, contrastarlas y verificar datos.
Jamás he tenido ninguna limitante, que agradezco y reconozco profundamente, para expresar mis puntos de vista, ni he recibido alguna insinuación para abordar o no algún tema. Esa práctica editorial de quienes dirigen el diario es para mí un aliciente para continuar ejerciendo mi libertad de expresión y la libertad de prensa.
El trato que he recibido del equipo de El Sol de Toluca siempre ha sido absolutamente cordial, atento, cuidadoso, paciente (cuando ha habido retrasos en las entregas) y profesional del equipo directivo y de las áreas operativas del periódico.
Ha sido una experiencia desafiante enfrentarme cada semana a una hoja en blanco (electrónica) y tratar, primero, de identificar un tema que pudiera ser interesante para quienes leen el diario. Cada fin de semana debo darme varias horas, al inicio podía ser todo un día, por la inexperiencia como opinador para pensar sobre qué escribir. Eso ha sido complejo y espero que útil para quien me lee.
El siguiente desafío es construir el argumento, buscar las razones, encontrar los datos que soporten mi planteamiento y elaborar una reflexión que motive a otras personas a pensar al menos sobre algún suceso que me parece relevante.
Como podrá notar quien lee estas líneas: es un proceso totalmente subjetivo. Sí, debo confesar que desde mi perspectiva y como lo han advertido estudiosos del periodismo esta actividad no es objetiva. Es imposible ser objetivo, porque somos personas y creo fielmente en lo que decía Ryszard Kapuściński: “los cínicos no sirven para este oficio”, pero sí puedo asegurar que he procurado no ser tendencioso, aunque ese juicio no me corresponde a mí.
Soy un convencido de que la información que debe ofrecerse en los medios de comunicación y particularmente en el periodismo debe ser, antes que nada, confiable y útil; siempre fundamento mi argumento con datos, cifras, estudios, autores, fuentes confiables, aunque mi perspectiva para analizar no siempre sea compartida, pero sí respetada.
Este camino, apenas un pedacito en la historia de los 75 años de El Sol de Toluca, ha sido satisfactorio. Es gratificante cuando alguien me comenta algo -a favor o no- de lo que escribí en Todo Comunica o en el pequeño remate de Percepción. Celebro cuando alguien me dice: “muy interesante”, “impecable”, “me hiciste pensar”, “no lo había visto de esa manera”. O también: “no coincido”, “no estoy de acuerdo”, “te faltó este dato”, e incluso: “ahora sí pegaste duro” o “qué fuerte estuvo ese comentario”.
Debo decir que estos últimos no son la intención principal, pero a veces ocurre o así lo interpretan. Cuestión de percepciones.
Cada semana aspiro a compartir con la audiencia impresa y digital de El Sol de Toluca mi visión respecto a algunos sucesos que considero relevantes en el acontecer de nuestro país y del Estado de México, y tratar de aportar algunos elementos para motivar la reflexión, siempre argumentada, o incitar a una acción como pudiera ser la protección de las niñas y niños, a prever el suicidio, a mejorar nuestra comunicación interpersonal o familiar.
También, naturalmente, se trata de llamar la atención con respecto al actuar de las autoridades de los tres órdenes de gobierno principalmente del valle de Toluca porque esa es una función sustancial del periodismo: vigilar a las estructuras de poder. “Lástima, Margarito” decían en un programa de sátira en televisión hace varios años, pero ésa es la “prestación” que tienen quienes se dedican al servicio “público”. Son visibles y cuestionables.
Ha sido muy satisfactorio y enriquecedor colaborar en El Sol de Toluca, cuando algún texto es motivo de reflexión en las aulas de la Universidad Autónoma del Estado de México con mis compañeras y compañeros estudiantes.
Es así como estos cinco años, espero los primeros de muchos más, han sido, para su servidor, de aprendizaje, actualización, desafío y satisfacción… gran satisfacción. Desde este espacio, he atestiguado un cambio histórico de régimen en el país y una reconformación de las fuerzas políticas del Estado de México, así como un cambio en la agenda pública como la lucha feminista, por citar un ejemplo.
Espero que para ustedes, amables lectoras y lectores, hayan sido de utilidad y reflexión.
Gracias a la Organización Editorial Mexicana y a El Sol de Toluca por abrir las puertas a la Libertad de Expresión y hacer patente la Libertad de Prensa… tan necesarias en los tiempos actuales del país.
*maestro en Comunicación Institucional de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM)