La semana pasada, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, presentó el Programa Nacional de Soberanía Alimentaria, entre cuyos objetivos destaca, por el impacto que tendría en la economía de las familias mexicanas, la reducción del 10 por ciento en el precio de la tortilla.
De acuerdo con datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), reproducidos por los medios de comunicación, el consumo promedio de este alimento básico en la dieta nacional, es de 75 kilogramos al año de manera anual, 85 kilogramos según el podcast “Hablando de Negocios”, por citar algunas estimaciones.
Según el sitio INFOBAE, con este programa gubernamental, en el Estado de México el precio por kilo de tortillas bajaría de 19.43 pesos, a 17.48 pesos.
La agencia de noticias EFE, destacó que el precio promedio de un kilo de este alimento es de 23.17 pesos en tortillerías, cuando en diciembre del 2018 costaba 14.33 pesos. Esto significa que en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador se encareció un 61.7 por ciento, de acuerdo con datos del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados, retomados por el medio español.
Y el sitio EL CEO, resalta que “la inflación acumulada de la tortilla de maíz en la administración federal pasada ascendió a 53.84 por ciento en territorio nacional”, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Pero, qué opinan industriales del sector sobre este programa? En una nota publicada en el periódico El Sol del Centro, perteneciente a esta casa editorial, se destaca que el vicepresidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Masa y la Tortilla, Alfonso Anaya Castro, consideró que sería factible el objetivo de reducir un 10 por ciento el costo de este alimento básico en los próximos seis años “siempre y cuando se escuche y se apoye a toda la cadena productiva.
Mencionó, entre otras condiciones, que no se dispare el costo de los fertilizantes, se controlen las tarifas del transporte, el gas y la electricidad, así como, de manera muy importante, garantizar el abasto del maíz.
En fin, que la intención los gobiernos de reducir el precio de la tortilla y de la canasta básica en general, viene de sexenios atrás. En el inmediato anterior, el entonces presidente, Andrés Manuel López Obrador, anunció, en mayo del 2022, un plan para combatir el encarecimiento de alimentos, el cual consistía, entre otras cosas, en un incremento en la producción de granos como maíz, frijol y arroz.
El entonces mandatario, como lo reprodujeron los medios, mencionaba que la inflación se percibía precisamente en el alza en el precio de las tortillas y se debía principalmente a factores externos como la invasión de Rusia a Ucrania.
La inflación en nuestro país no ha podido llegar a la meta establecida por el Banco de México y como lo recordó este miércoles el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la semana pasada se publicó el primer dato de este indicador en la presidencia de Claudia Sheinbaum “mostrando que la inflación general anual para la primera quincena de octubre llegó al 4.69 por ciento.
Destaco el organismo que tendrá en la mira el Plan Nacional del Maíz y la Tortilla, que forma parte del citado programa de la nueva administración “para evaluar si este acuerdo logra beneficiar a todos: productores y consumidores por igual”.
Advirtió que la implementación “impactará directamente a las empresas agroalimentarias privadas, quienes deberán adaptarse a las nuevas normas y contribuir a la meta de precios más bajos” y cuestionó si “podrá el gobierno llegar a un acuerdo con el sector privado para lograr este objetivo”.
Como decíamos, el resultado impactará en miles de familias en cuya dieta destaca, de manera preponderante, la tortilla.
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