/ martes 16 de junio de 2020

Arañas en Metepec

Nada más dañino para una sociedad que una norma convertida en letra muerta porque los ciudadanos no la respetan y/o porque la autoridad es incapaz de hacerla valer.

El respeto a la ley nos permite convivir en armonía, tener mayor orden, seguridad y, de paso, recuperar la confianza en nuestras autoridades que, a su vez, están obligadas a emitir ordenamientos con la claridad y viabilidad necesarias para que se cumplan en beneficio de la sociedad, nunca en su perjuicio.

Tratándose de sanciones, no bastan las buenas intenciones, se requiere escuchar a los especialistas y ¿por qué no? ver en la pluralidad la oportunidad de lograr consensos que enriquezcan y mejoren cualquier proyecto.

Lamentablemente, en Metepec no ocurrió así. El viernes pasado, el Cabildo de nuestro municipio aprobó por mayoría la colocación de inmovilizadores de automóviles (mejor conocidos como “arañas”) para los conductores que se estacionen en “lugares prohibidos”.

Fiel a su costumbre de representar los intereses de los metepequenses, el regidor Rodrigo Falcón votó en contra de una medida que por su ambigüedad, ocasionará que una persona pueda ser sancionada tres veces por un mismo acto, pues además de pagar la infracción, deberá costear los derechos para quitar el inmovilizador, más el arrastre de grúa y el corralón.

Tampoco hubo eco a su propuesta de incluir alternativas a las sanciones económicas, como amonestaciones, cursos en línea, sensibilización presencial, talleres, trabajos a favor de la comunidad u entre otros, que en conjunto, dijo, puedan abonar a una visión garantista y restaurativa que garantice la no reincidencia.

La mayoría en el Cabildo ignoró también su idea de incluir medidas de protección a personas con discapacidad, adultas mayores, o mujeres embarazadas y el silencio fue la respuesta que obtuvo al cuestionar el costo-beneficio de esta medida; el monto y origen de los recursos para su implementación, pues se requerirá comprar las afamadas “arañas”, señalizar espacios públicos, así como adquirir las terminales y el soporte tecnológico necesario para recibir pagos electrónicos de multas e incluso capacitar a los elementos de tránsito municipal.

Las “arañas” propuestas por el gobierno de Metepec, fueron aprobadas sin especificar qué pasa si el infractor no cuenta con una tarjeta para pagar, dónde hacerlo en un día u horario inhábil y mucho menos cuál fue el criterio para definir que en dos horas será calificada y pagada la infracción, para evitar que el auto sea llevado al corralón.

Coincido con el regidor Falcón o con la regidora Carmen Camacho, en la necesidad de ponderar si éste es el momento adecuado para una medida de este tipo, debido a que muchas familias de nuestro municipio han perdido su fuente de ingresos o por qué no dar prioridad a la atención a mujeres víctimas de violencia.

Escuchar es requisito indispensable para gobernar, para aplicar todo el peso de la ley a quien la viole, pero sin atropellar sus derechos y brindando la certidumbre necesaria para garantizar que la ley se cumpla y cerrar el paso a la corrupción. Si cunde el autoritarismo de la cuatroté en los municipios, solo va a lograr unir a sus cabildos y a los ciudadanos, pero en contra, como ya empezó a ocurrir con esta medida: solo 13 de los 15 integrantes del cuerpo edilicio asistieron y cinco de éstos votaron contra las “arañas”.

Nada más dañino para una sociedad que una norma convertida en letra muerta porque los ciudadanos no la respetan y/o porque la autoridad es incapaz de hacerla valer.

El respeto a la ley nos permite convivir en armonía, tener mayor orden, seguridad y, de paso, recuperar la confianza en nuestras autoridades que, a su vez, están obligadas a emitir ordenamientos con la claridad y viabilidad necesarias para que se cumplan en beneficio de la sociedad, nunca en su perjuicio.

Tratándose de sanciones, no bastan las buenas intenciones, se requiere escuchar a los especialistas y ¿por qué no? ver en la pluralidad la oportunidad de lograr consensos que enriquezcan y mejoren cualquier proyecto.

Lamentablemente, en Metepec no ocurrió así. El viernes pasado, el Cabildo de nuestro municipio aprobó por mayoría la colocación de inmovilizadores de automóviles (mejor conocidos como “arañas”) para los conductores que se estacionen en “lugares prohibidos”.

Fiel a su costumbre de representar los intereses de los metepequenses, el regidor Rodrigo Falcón votó en contra de una medida que por su ambigüedad, ocasionará que una persona pueda ser sancionada tres veces por un mismo acto, pues además de pagar la infracción, deberá costear los derechos para quitar el inmovilizador, más el arrastre de grúa y el corralón.

Tampoco hubo eco a su propuesta de incluir alternativas a las sanciones económicas, como amonestaciones, cursos en línea, sensibilización presencial, talleres, trabajos a favor de la comunidad u entre otros, que en conjunto, dijo, puedan abonar a una visión garantista y restaurativa que garantice la no reincidencia.

La mayoría en el Cabildo ignoró también su idea de incluir medidas de protección a personas con discapacidad, adultas mayores, o mujeres embarazadas y el silencio fue la respuesta que obtuvo al cuestionar el costo-beneficio de esta medida; el monto y origen de los recursos para su implementación, pues se requerirá comprar las afamadas “arañas”, señalizar espacios públicos, así como adquirir las terminales y el soporte tecnológico necesario para recibir pagos electrónicos de multas e incluso capacitar a los elementos de tránsito municipal.

Las “arañas” propuestas por el gobierno de Metepec, fueron aprobadas sin especificar qué pasa si el infractor no cuenta con una tarjeta para pagar, dónde hacerlo en un día u horario inhábil y mucho menos cuál fue el criterio para definir que en dos horas será calificada y pagada la infracción, para evitar que el auto sea llevado al corralón.

Coincido con el regidor Falcón o con la regidora Carmen Camacho, en la necesidad de ponderar si éste es el momento adecuado para una medida de este tipo, debido a que muchas familias de nuestro municipio han perdido su fuente de ingresos o por qué no dar prioridad a la atención a mujeres víctimas de violencia.

Escuchar es requisito indispensable para gobernar, para aplicar todo el peso de la ley a quien la viole, pero sin atropellar sus derechos y brindando la certidumbre necesaria para garantizar que la ley se cumpla y cerrar el paso a la corrupción. Si cunde el autoritarismo de la cuatroté en los municipios, solo va a lograr unir a sus cabildos y a los ciudadanos, pero en contra, como ya empezó a ocurrir con esta medida: solo 13 de los 15 integrantes del cuerpo edilicio asistieron y cinco de éstos votaron contra las “arañas”.

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