El pasado lunes cumplí ochenta y dos años. Hoy, son el mismo número más tres días. Desde ese día como hace tiempo se decía en mi pueblo, “andaré en ochenta y tres años”. La edad que se vive, en estricto sentido son los años cumplidos. Con esos, se acredita aquella, en asuntos públicos.
Familiares consanguíneos y por afinidad, amigos, conocidos, fueron gentiles conmigo; en diferentes momentos de ese día recibí de su parte expresiones sinceras de congratulación, bienaventuranzas y otros deseos. Uno, muy común: ¡Que vivas muchos años!
Una felicitación que considero muy propia, - sin desmejorar alguna de las recibidas-fueron las del veterano periodista toluqueño, don Jorge Hernández Ochoa. Escribió. “Felicidades mi estimado Tacho. Todos los que andamos en el octavo piso vemos el mundo de forma diferente. Cuesta trabajo llegar a esta edad, pero cuesta más trabajo sostenerse en ella y disfrutar esta etapa de la vida”.
Me agradó su original forma de considerar, metafóricamente la edad que tenemos. Como él estoy en ese piso. Como él me costó trabajo llegar a ese espacio. Hay tropiezos, resbalos, caídas. No es fácil ascenderlas.
Igual que él yo subí por escaleras. Como niño corriendo; como joven, trotando, como adulto a grandes zancadas. Tenía condición física.
Ochenta y dos escalones, pesa subirlos, cuando se es grande. La energía física no resiste. Ni él ni yo, subiríamos fácilmente dos pisos más para llegar al diez. Faltan dieciocho escalones.
¿Quién no aspira vivir en el décimo piso? Quizá él lo desee. ¡Yo sí aspiro arribar al escalón número 100!
El deseo lo he tomado del escritor, historiador, indigenista; hasta sociólogo, autor de mis preferencias: Andrés Henestrosa.
Escribió alguna vez. A los doce años una gitana le dijo al leer la mano, que viviría catorce veces seis años. 84 serían. Se propuso vivir cien. “Quiero ser hombre de dos siglos”, dijo. Lo fue. Murió a los 101 años.
Como él quiero vivir cien años.
Tengo mucho quehacer todavía. Escribir un libro que me acredite como hombre de derecho. Quiero presenciar la conmemoración de las efemérides históricas de esta década.
La del Bicentenario de la promulgación de la 1ª. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 1824. El Centenario de la visita a mi pueblo del presidente Obregón .1924. El 5º. Centenario de la muerte de Cuauhtémoc. 1525. 5º. Centenario del Primer Juego de Cañas en la Nueva España. 1526. Primer Centenario del 1er. Concurso Nacional de Oratoria. 1926. Conmemoración del Bicentenario de la promulgación de la primera Constitución del estado de México. 1827. Bicentenario de la fundación del Instituto Literario del estado de México.1828. El nonagenario año de mi natalicio. 2029. El Bicentenario de la designación de la ciudad de Toluca, como Capital del Estado de México.1830.
En 2030, estaré viviendo el año 91; en nueve más abre de convertirme en “hombre de dos siglos”. Espero llegar.