¿Quién lo mató? La tecnocracia
¿Quién lo quiere revivir? La tecnocracia. Ésta se apoderó desde 1982 del hoy finado. Los doctores de las “Clínicas Mayo” descuidaron su salud. Ya no aguantó la última jornada. Murió el día primero del mes pasado.
La sangre que alimentó por años las arterias de su corazón con una transfusión la contaminaron; la coronaria izquierda quedó paralizada, sólo la derecha durante treinta años tuvo movilidad. Murió con el pesar de saber inútil su mano siniestra.
En la prolongada agonía evocó la noche que recibió el líquido. “Va a fortalecer la aurícula derecha y le va a prolongar la vida muchos años”, le habría dicho el especialista en enfermedades cardiovasculares.
Una mañana del mes de febrero, en brevísimo lapso de lucidez, alcanzó a oír que postularía como candidato a un joven con sangre carente de glóbulos rojos; más bien sus venas se teñían de azul y blanco. Entró en crisis. Con masajes, toques eléctricos, lo volvieron a la vida. Cinco meses después fallecería.
Quedó en la orfandad la descendencia de quienes lo apartaron de su origen popular. De ser un partido de clases, lo convirtieron en uno de clase privilegiada.
Alterna el duelo con discusiones bizantinas. Se enfrenta con priistas que ante el cambio doctrinario guardaron silencio. Creen tener derecho a revivirlo, por el momento lanzan reproches; en tanto los priistas de ocasión creen que vive.
¿Cómo volverlo a la vida? La señora presidenta del CEN ha propuesto, iniciar “un proceso de reflexión; enmendar errores, estar más cerca de la gente”
¿Sabrá qué han hecho los legisladores priistas en el Congreso del Estado de México?
Esos “padres de la patria”, con más espíritu neoliberal, que social, para dar paso al sistema de pensiones tradicional a uno individual, que manejará una AFORE, reformaron la Ley de Seguridad Social del Estado de México. La enmienda lastima a la burocracia y a los maestros del estado.
El diputado priista Miguel Sámano Peralta, presidente del JUCOPA, dijo al Sol de Toluca, “La nueva ley es un acto de responsabilidad con los actuales derechohabientes y las futuras generaciones”. Esto, es una posibilidad; la nueva norma, es en realidad, una vil traición a quienes creyeron en el discurso político del priismo.
¿Con acciones como ésas, la gente va a permitir el acercamiento? No. El rechazo lo hizo manifiesto el primero de julio. En lo sucesivo, será una constante.
Los neopriistas están adoloridos, tristes; la gente iracunda, enojada. Conoce toda la trapacería de quienes la gobernaron. Va a ser difícil que la convenzan.
Será mejor que se jubilen. Que dejen a otras generaciones de mexicanos fundar nuevos partidos. El de su “militancia” ya pertenece a la historia.