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  · jueves 1 de noviembre de 2018

¿Y tu alma? ¿ A dónde crees que haya ido?


Tomo el título del libro Pedro Páramo, de Juan Rulfo. La narrativa bilingüe es de diálogos entre muertos que yacen bajo la tierra de Comala. Tomo algunos, dados entre ánimas que penan en las calles del pueblo fantasma y el único hijo de “don Pedro”, habido en matrimonio.

“Niahcico Comala impampa nechilhuihqueh nican nemiyaya noth, ce tlacatl Pedro Páramo”.

Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo.

“Nopa na nimelauhtoya Ihuan ipan Nechicoliztli, campa moiyoca tlaliyayah miyac ohtli”

Me había topado con él en Los Encuentros, donde se cruzan varios caminos.

-“¿Canin tiyah tehhuatzin?- Nictlahtlanilqui”.

-¿A dónde va usted?- le pregunté.

-Niyauh tlatzintlan, tlacatl.

-Voy para abajo, señor.

-¿Tiquixmati ce alpetl motocayotia Comala?

-¿Conoce un lugar llamado Comala?

-Nopeca xitlahuac Niyauh.

-Para allá mismo voy.

“¿Quen tiquihtoa itocah motocaxtia e altapetl tlen moitta ne tlatzintlan?”

-¿Cómo dice que se llama el pueblo que se ve allá abajo?

-“Comala, tlacatl”.

-Comala, señor.

“¿Ihuan tlen ticchihuati Comala, tlan hueliz nicmatiz?

-¿Y a qué va usted a Comala, si se puede saber?

-“Niquiattati notah-nicanquilqui”.

-Voy a ver a mi padre-contesté.

-“Zan ahquiya, tlahuel yolpaquiz queman mitzittaz”

-Y qué trazas tiene su padre, si se puede saber.

-“Amo niquxmati-niquilihqui. -Zan nimati motocayotiyaya Pedro Páramo.”

-No lo conozco-le dije. -Solo sé que se llama Pedro Páramo.

-“¿Ta tiquixmati Pedro Páramo?- nictlahtlaniqui”.

-¿Conoce usted a Pedro Páramo? –.

-“¿Acquiya ya?-zampa nictlahtlanilqui”.

-¿Quién es? –volví a preguntar.

-“Ce cuzolli yoltoc-nechnanquilihqui ya”.

-Un rencor vivo- me contestó él.

-“Zan tonanahuan techtlacatiltihquh ipan ce petlat meuhcatzan tielyyah Pedro Páramo tiiconehuan. Ihuan tlen tepinauhtih yaya techcuaaltito. Ica ta no nompa panoc, ¿amo? “

- Nuestras madres nos malparieron en un petate aunque éramos de hijos de Pedro Páramo. Y lo más chistoso es que él mismo nos llevó a bautizar.

-“Amo niquilinamiqui”.

-No me acuerdo.

-“¡Xiyauh tepolli!”

-Váyase mucho al carajo.

-¿Tlen tiquitphqui?

-¿Qué dice usted?

-“Tiahcith yohuihya, tlacatl”

-Que ya estamos llegando, señor.

-“Quema, niquittaya, tlacatl”.

-Si ya lo veo. ¿Qué pasó por aquí?

-C tototl, tlayi. Quen noá quintocayatiah ne totomeh.

-Un correcaminos, señor. Así nombran a esos pájaros.

-Amo, na nictlahtlanilia ica altepetl. Quen ce axanqueh itzotoc, quen no quicauhteutoqueh.

-No, yo preguntaba por el pueblo, se ve como si estuviera abandonado.

-Amo quen nopa neci. Quena, Nican amo acah itztoc.

-No es que lo parezca. Así es. Aquí no vive nadie.

-¿Ihuan Pedro Páramo?

-¿Y Pedro Páramo?

-“Pedro Páramo micqui quipiya miyac xihuitl?

-Pedro Páramo murió hace muchos años.

Continuará...