El pasado 4 de febrero conmemoramos el Día Mundial contra el Cáncer, este año bajo el lema: “Por unos cuidados más justos”, lo cual debe llamarnos a la conciencia y acción de inmediato.
Cada hora en América Latina, cerca de 500 personas reciben el diagnóstico de padecer cáncer y tristemente, en esa misma hora, más de 150 personas pierden la vida a causa de esta enfermedad, la cual representa la segunda causa de muerte a nivel mundial.
En México se registran casi 180 mil casos de cáncer cada año de los cuales 80 mil lamentablemente pierden la vida; en cuanto al cáncer infantil, las cifras son desalentadoras, de acuerdo a datos de la Secretaría de Salud, en nuestro país se diagnostican anualmente 5 mil casos de algún tipo de cáncer infantil, el 75% de los pacientes recibe tratamiento en etapas muy avanzadas, lo que representa un obstáculo más en esta batalla.
Teniendo en cuenta que la incidencia de este padecimiento en México es igual a la de Estados Unidos, la mortalidad en nuestro país es del doble, porque allá el 80% de las pacientes se diagnostican en la primera etapa de desarrollo, en México en la tercera o cuarta, los expertos insisten en que existe el 90% de probabilidad de recuperación si es diagnosticado y tratado en etapas tempranas, de ahí la trascendencia de contar con los recursos necesarios que garanticen: prevención, diagnóstico, atención y tratamientos oportunos y de calidad, así como, poner un alto a los recortes presupuestales, que desde 2019 se han traducido en un grave desabasto de medicamentos que ha costado vidas.
Si a esto sumamos un sistema de salud colapsado y la eliminación de recursos a instituciones como FUCAM, que daba atención a mujeres que luchan contra el cáncer de mama, el panorama es desolador, sobre todo, cuando deacuerdo a datos de la OMS los nuevos casos de cáncer en México se incrementarán en 65% hacia el 2040. ¿Cuántos sueños apagados necesita la actual administración para entender que el cáncer no espera?
Es URGENTE, tomar conciencia para poner #ElCáncerEnLaAgenda, y frenar el retroceso humanitario que se vive en nuestro país, es fundamental comprometerse con toda responsabilidad a fortalecer acciones necesarias para salvar vidas.
Basta de culpar al pasado, basta de indiferencia e improvisación, unamos esfuerzos, conciencias y corazones, para exigir que en el presupuesto se vea reflejada la realidad a la que se enfrentan quienes luchan contra el cáncer, es tiempo de asumir responsabilidades entendiendo de una vez por todas que: EL CÁNCER NO ESPERA.
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