A una semana de la elección más complicada de los últimos tiempos, en la que vimos una participación que daba esperanza de un cambio, el resultado avasallador, por supuesto plagado de irregularidades que deben ser denunciadas en las instancias correspondientes, defendiendo con determinación y valentía lo que miles de mexicanas y mexicanos expresaron a través de sus votos en la intimidad de la urna, es también un duro golpe de realidad, en el que, quienes somos parte de la oposición tenemos la obligación de realizar una autocritica seria, real y consciente ¿por qué no hemos sido capaces de inspirar a la gente, pero sobre todo despertarlos a una realidad que duele, que quema y que lastima ante lo que nuestro país se ha convertido? definitivamente tenemos la obligación de reinventarnos, mirar para adentro y empezar a construir el México que anhelamos y merecemos.

La voluntad de millones de mexicanas y mexicanos se ha hecho valer, lo cual es un claro mensaje, de algo estoy convencida, el poder absoluto no es bueno para nadie, es indispensable que existan los contrapesos y la capacidad de generar acuerdos con un único objetivo, UN MEJOR FUTURO PARA MÉXICO, es indispensable estar unidos, dejar atrás el rencor y la división que tanto lastiman y se traducen en una violencia que pareciera incontenible, debemos estar más informados que nunca, lo que se viene en el Congreso debe llamarnos a la atención y la acción, se esperan reformas importantes que involucran instituciones como el Poder Judicial y el INE, de ahí la relevancia de mantenernos despiertos y prestos, es ahí donde un tablero con nombre y apellidos, en su mayoría del partido en el poder y aliados del mismo, van a definir el México de los próximos años, a quienes han sido elegidos y hoy tendrán la enorme oportunidad de representar a las y los ciudadanos, es fundamental exigirles que más allá de colores y partidos antepongan el interés superior de las familias mexicanas, hagamos valer nuestra voz, el ejercicio de la democracia va más allá de solo votar en las elecciones, como ciudadanos tenemos la responsabilidad y el derecho de participar y exigir que se respete lo establecido en la ley, es ahí donde debemos respondernos: ¿qué país queremos?.

Somos parte de un país fuerte, resiliente y solidario en los peores momentos y las más tristes tragedias juntos hemos puesto a México de pie varias veces, es ese sentimiento de identidad, patriotismo y amor a nuestra tierra el que debe salir a flote, miremos adelante con aplomo y determinación para reconstruir y exigir un país de oportunidades para todas y todos, próspero, libre y en paz, creo fervientemente que todos somos responsables de todos y en medida en que dejemos a un lado la indiferencia, la división y el resentimiento podremos sentar las bases de un mejor futuro, hagamos lo necesario para mantenernos fuertes y unidos, en la defensa de lo que más queremos.

¡México somos todos!

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