En el mundo a nadie parece importarle la vida de los demás. Que se mueran miles parece ya no tener ningún significado.
Las sociedades y las clases gobernantes están muy ocupados en sus proyectos políticos que se olvidan de las sociedades.
La guerra en Medio Oriente lo ilustra perfectamente.
La desproporcionada venganza del Estado de Israel contra Hamas ya alcanza dimensiones de un holocausto en el pueblo palestino y se empieza a perfilar en el pueblo libanés.
Y nadie (ni siquiera los países árabes) lo condena porque es políticamente incorrecto enfrentarse y cuestionar a una de las potencias nucleares mas importantes del mundo como lo es Israel.
Recurro nuevamente a los escritos de Alejandro Espinoza (El Universal 12 y 19 de octubre de 2024) quien refiera que la “violencia contra el pueblo palestino no comenzó el 7 de octubre de 2023, sino hace 76años con la nakba (la expulsión masiva y catastrófica de miles de palestinos de sus territorios) y particularmente de la ocupación de Cisjordania en 1967”.
Desde entonces se ha venido perfilando la violencia y una “Guerra contra los niños”, nos dice, “como una forma de erosionar la capacidad de reproducción”, en donde, en casos documentados, mujeres palestinas abortaron después de haber sido torturadas: Un intento mas de Israel para colonizar y apropiarse de Gaza.
La mayoría de los muertos han sido niños y niñas que son las victimas más visibles del conflicto.
Y al mundo parece no importarle.
Y esos niños nacen en un medio que les infunde temor, pero también odio que se va acumulando y anuncia ya la violencia del futuro.
Hoy ni a la ONU se le permite entrar a la zona de conflicto, incluso si se asesina impunemente a los cascos azules y se declara a su Secretario General como persona Non Grata por parte de Israel. Sí, a la misma organización que en noviembre de 1947 decidió la creación del Estado de Israel sobre la tierra de Palestina.
“Líbano es nuestro, Gaza es nuestro”, se decía desde hace años y hoy esas amenazas se están materializando. Idea reforzada por la exprimiera ministra Golda Meir quien a una pregunta respondía “¿Palestinos? No sé que es eso” y Netanyahu “ y sus asociados se jactan de señalar que “los palestinos no son seres humanos”, y en otros momentos hablaban de “animales humanos” y “ratas”, “de la misma manera en como los nazis se referían a los judíos”.
Y las consignas se seguían en el tiempo “Morirás, morirán tus hijos, morirán tus nietos: no habrá estado palestino”, decía un dirigente del Partido Likud de Israel.
Y ante los ataques recientes al sur de Líbano en el que se bombardeo a un Consejo Municipal y resultaron muertos el alcalde y los miembros del cabildo, un rescatista y médicos quienes deliberan para coordinar las labores para ayudar a las poblaciones bombardeadas bajo la consigna de Israel de “no tengas compasión por nadie”.
No tener compasión de nadie…y se festina en Israel la muerte del dirigente de Hamas un hombre producto de, desde niño, de haber vivido “en un entramado de odio” en un territorio ocupado, colonizado, invadido en donde siempre tiene como constante el temor y la zozobra. Niños que hoy padecen en los campos polimeritos, hambre, desnutrición, enfermedades cutáneas y cutyos asentamiento parecen campos de concentración muy cercanos a los que padecieron los judíos en la Segunda Guerra Mundial.
Es el mismo germen que hoy nuevamente esta sembrando Israel en el holocausto que está realizando entre las poblaciones de origen árabe.
…y mientras el mundo sigue guardando silencio.
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