La Inteligencia Artificial (IA) está ya en nuestras vidas.

Aún no sabemos si es esperanza o tragedia para la humanidad.

Es una revolución para la cual ni la filosofía, que precede muchos cambios, ni las instituciones sociales nos están preparando.

Se nos ha metido en la vida por la puerta de atrás. Sin darnos cuenta ya estamos inmersos en ella y empieza a transformar nuestro sistemas de relaciones sociales y personales, la idea de la vida y de la muerte y modifica las relaciones entre razón y realidad.

La IA no es solo una tecnología sino un desafío para la humanidad.

El lanzamiento del chat GPT está abriendo una nueva etapa en el dialogo entre el hombre y la máquina que es directo y abre perspectivas para la transformación del trabajo intelectual al ofrecer nuevas ideas para la transformación cultural. Y es solo el comienzo.

Será ¿instrumento para mejorar la educación y el trabajo?, ¿incentivo para el ocio creador o enajenante?, ¿medio para democratizar el conocimiento pero también la ignorancia?, ¿elemento para liberar al espíritu humano o para disminuir la capacidad de razonamiento?, ¿medio para vivir en la irrealidad?

Dicen que quien domine la IA dominara el mundo y China se ha propuesto ser, para el año 2030, la gran potencia en la materia. Miles trabajan para ello y otros escriben (Liu Cixin, con el problema de los tres cuerpos o Ni Kuang) para imaginar los futuros posibles. Siempre los grandes paradigmas empiezan por la construcción de las utopías que pueden ser también distopias, al fin y al cabo mundos inexistentes como diría George Steiner.

Pero la IA también ha servido para atender las necesidades de la humanidad. Notablemente en la medicina, en las cirugías, en la medicina a distancia, en el avance de las ciencias físicas que facilita la elaboración de simulaciones y el comportamiento de las particular, en la astrofísica para clasificar las galaxias o descubrir exoplanetas, en el descubrimiento de nuevos medicamentos o de nuevos materiales.

Y a si se extiende a la agricultura, a la fabricación industrial, al transporte, a la generación de energía, en el comercio y sistemas de distribución y almacenamiento de productos.

Y crece exponencialmente.

Esta ya en la base de la cuarta revolución industrial y regirá el cambio en las sociedades contemporáneas.

Pero en el ámbito social tiene enormes retos. Puede ser un instrumento de control social pero también un elemento para impulsar la igualdad y la prestación acceso de servicios a quienes no lo tienen

Y con ella también las fronteras se desvanecen más allá del origen geográfico de los actores, de clase social o de condiciones económicas….el dialogo puede ser mas intenso y encontrar nuevas respuestas a las gobernanzas sociales para encontrar esquemas de toma de decisiones para administrar lo social.

Inteligencia es la acción de comprender y ya desde el nombre se le da un valor al termino que parece completar el humano pero también con la posibilidad de superarlo.

Y todo esto después de haber leído el libro El futuro de la Inteligencia Artificial, uno de los primeros textos escritos en México sobre la IA editado por la REMINEO y coordinado por Oscar Lozano y Alfredo Garibay profesores de la UAM. Azcapotzalco.

Nuevos caminos son nuevos destinos…eso esta representando la IA.

_{Correo: contextotoluca@gmail.com}