Finalmente sucedió lo que se rumoraba en la ciudad.
Las autoridades y la UAEMex se rindieron ante la empresa que organizaba el concierto de un cantante en el estadio principal de la Universidad pública del Estado de México.
Lo sucedido es una muestra de que el capital y los intereses económicos pudieron más que el respeto a la ley y a toda una ciudad.
Es un ejemplo de que las cosas no han cambiado en nuestro país.
Todo lo que se hace para acumular más dinero se le da la bienvenida, aunque se pase sobre el interés colectivo o la ley.
Y frente a ello los ciudadanos estamos indefensos.
La verdad no se si el cantante (Luis Miguel se llama) puede hacer de las suyas cuando quiera y en donde quiera y la empresa que lo representa aún más.
Los hechos demuestran una cadena de intereses que no fueron detenidos a tiempo.
Desde hace más de un año se viene promoviendo un concierto que a todas luces era ilegal pues se empezaron a promover la venta de entradas y a anunciar la celebración en el Estadio de la Universidad aun sin los permisos correspondientes.
La ciudad se enteró de la irregularidad gracias a un comunicado de la autoridad municipal advirtiendo que el concierto no estaba autorizado.
- Lee aquí la nota: No hay permiso para concierto de Luis Miguel en Toluca: Ayuntamiento
Poco le importó a la empresa la situación en la que se encontraba pues siguió promoviendo el concierto aun ante la advertencia informando, solo dos semanas antes, de que apenas estaban en trámite los permisos…y daba por sentado que se los iban a dar.
En cualquier parte del mundo, en una sociedad que se respete a sí misma, (bueno hay excepciones, el Ayuntamiento de León hace tiempo si canceló un evento a este artista por las mismas irregularidades) un concierto de estas dimensiones debe contar con todos los permisos antes de atreverse a hacer una campaña de publicidad.
Eso desgraciadamente no ocurrió.
Es difícil comprender cómo se pudo haber otorgado (si se otorgó) por parte de la autoridad estatal de protección civil un permiso tan rápido para que se celebrará cuando cualquier empresa o una tiendita lleva meses para otorgarle un permiso de esta naturaleza.
Es increíble cómo puede una institución como la UAEMex prestar sus instalaciones sin siquiera contar con peritajes que le dé seguridad a los asistentes, autorizar el consumo de bebidas sin saber qué características tendrán, ni cómo serán los accesos que van a perjudicar a varias colonias en los alrededores.
Además de ello, en días pasados se publican advertencias de que todas las calles aledañas están cerradas al acceso vehicular para que pueda pasar su majestad “el cantante” (a quien de seguro le importa poco la ciudad) acompañado de su séquito de empresarios voraces y de autoridades dúctiles y las universitarias a quienes les hizo falta no solo dignidad sino transparencia para decir cuáles fueron los beneficios de haber aceptado el uso de sus instalaciones.
Ya me imagino cómo los universitarios, quienes aún están en clases, no podrán entrar al circuito universitario a tomar sus clases y realizar sus actividades académicas normales.
Es sorprendente la actitud vil de los universitarios en este caso.
Seguro estarán presentes en primera fila para ver a su “majestad” el Cantante funcionarios y sus familias mientras a los universitarios los mandarán a sus casas mientras el resto de los asistentes no verán casi nada.
Todo alrededor de este concierto huele mal…