El amor es siempre una cuestión silenciosa….es de uno pero también puede ser de dos y es cuando se completa el universo….
Pero uno se puede morir de amor sin que nadie lo sepa…porque el amor de verdad es también la suma de las ausencias, la acumulación de recuerdos y de vacíos que quedan y sentimientos que pueden ya no volver y se quedan atorados en el cuerpo y se vuelve prisionero de ellos…
Tal vez no haya historias de amor sin dolor…pero pueden ser mas las alegrías si el cuerpo logra liberarse de las cadenas solo para gozarlo..
…porque para el amor no hay espacios vacíos posibles ni tiempos que se rompan…es o no es…aunque siempre es…al final de todo, al final de siempre…aun en las ausencias, aun en los olvidos…
…es sentir las cosas sin que te pongan una dedo encima, como contaba Mario Benedetti, porque en el amor no hay tiempo ni espacios que perder…
Así lo creía Benito porque el tiempo le pasaba por encima y no sabía si era querido, si había alguien que lo amara o que lo pudiera amar al menos…siempre solo, le pasaban los días uno tras otro…una veces comía pero los más de los días no…porque pensaba, no, no pensaba, solo sentía que el corazón se le venía encogiendo porque en su cuerpo ya no cabía el tanto amor que quería dar…su largo cuello empezaba a sentir que ya no lo aguantaba, su alimento siempre parecía mas lejano y sus patas largas parecían no soportarlo…sus amigos se empezaban a preocupar mientras lo veían languidecer, perder peso, borrarse su sonrisa, estar aislado, apenas voltear a ver a otros…parecía seguirse extinguiendo en su propio silencio…
“…¿para que me sirve el corazón si nadie es capaz de darme el amor?”, pensaba y sentía como se le iba secando pero también como se le iban acabando las palabras para decirle a alguien cuanto amaba, mas bien cuanto quería amar…
…Benito, que era un jirafo, se puso cada día mas mal…doctores iban y veterinarios sin que nadie pudiera hacer algo…su corazón se iba apagando y sus ojos, enormes con sus pestañas parecían perder la fuerza para mirar…
…el amor lo estaba matando…era el amor que quería dar y que ahora lo ahogaba..
Todos acordaron que abandonará el lugar, que era mejor que muriera en otra parte…así lo hicieron…y el débil jirafo salió con su tristeza a cuestas pero, por una parte ligero porque su cuerpo había perdido grasa, musculo y por otra parte lo sentía pesado por la pesada carga que sentía del tanto amor que se le había quedado guardado…
…al salir, ya a ella no la recordaba…parecía como un largo olvido
….en el camino empezó a respirar…sabía que poco le faltaba para su cita final…lo llevaron a otra casa…
…y sucedió el milagro…la vio como si hubiera sido la primera vez…como la había soñado siempre, su amor se le volvió a distribuir en todo el cuerpo, sus músculos se animaron porque la hermosa jirafa lo miraba sin decir nada, sus ojos hermosos lo miraban con ternura…
Se acerco los dos acercaron sus largos cuellos, sus cabezas se juntaron…ella solo le dijo “hola, bienvenido…”
Benito sintió que volvió a nacer…ese día supo que el amor nunca se puede reducir a un te quiero, a un te amo…porque eso lo limita, lo condiciona…
…supo entonces que para amar no se necesitan palabras ni decir te quiero o te amo…porque el amor invade…y porque solo una mirada lo dice todo…porque el amor no tiene adjetivos.
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