“Just est ars boni et aequi”:
Jurisconsulto Romano Celso: “El Derecho es el arte de lo bueno y lo justo”
EI pasado miércoles 12 de julio, como cada año celebramos orgullosamente en nuestro país, “El Día del Abogado”, este día está dedicado a la noble profesión de la abogacía: "ad vocatus", que en latín significa: llamar, abogar, es decir se distinguía en Roma, a la persona que tenía el enorme caudal de conocimiento y como tal, podía defender a otra persona en los tribunales o ante el Senado.
El 12 de julio de 1553, Bartolomé Frías Albornoz y Francisco Cervantes de Salazar, juristas prestigiados, ya para ese entonces en las universidades europeas de Polonia y Salamanca, impartieron la primera cátedra de Derecho, en el Continente Americano, particularmente en la Real y Pontificia Universidad de México, por ello en esta fecha, se celebra el Día del Abogado.
El Abogado debe ser, un servidor del derecho y un coadyuvante de la justicia, debe ser un profundo conocedor de la ciencia del Derecho, pues el abogado: asesora, aconseja, ayuda, auxilia, defiende, combate, actúa a nombre de otro con responsabilidad, respeto, honorabilidad, lealtad, discreción, respetabilidad, prudencia, franqueza, amor al Derecho y pasión por la justicia; pues sólo podrá ser abogado, aquella persona que ejerce digna y acertadamente su profesión.
El abogado debe ser orgulloso de su profesión, jamás soberbio o vanidoso, pues bien señalaba Eduardo J. Couture: "Ama a tu profesión de tal manera que el día que tu hijo te pida un consejo sobre su destino, consideres un honor, proponerle que se haga abogado'".
La vida del abogado permanentemente, está expuesta a las tentaciones y las flaquezas de la vida cotidiana, el obtener el título de abogado, es y debe ser, un alto honor, alejados de la corrupción, los sobornos, ya que la abogacía, tiene su gran basamento en la rectitud de la conciencia, la persona humana, sólo se realiza plenamente cuando llega a cultivar lealtades; luego entonces el abogado se realiza siempre que lucha por la justicia, el abogado debe saber Derecho, pero principalmente, debe ser un hombre leal.
Sin lugar a dudas, y con profundo respeto a otras profesiones, una vez más, reitero que la abogacía es la profesión más hermosa y más bella de todas las profesiones, que debe ceñirse a valores superiores como la moral y el de la ética: pues el jurista en su actividad cotidiana dentro de la sociedad debe esmerarse por construir el orden jurídico, ya que el abogado como garante de la sociedad debe procurar, en todo tiempo, la justicia, el orden y la seguridad.
Los abogados debemos tomar plena conciencia, de la importante tarea que nos toca desempeñar, la de lograr la más noble aspiración: la justicia social, aspiración fundamental para el desarrollo del país.
A los abogados nos corresponde luchar porque los anhelos del pueblo, se cimienten en un estado de Derecho, a los abogados nos corresponde exigir que se aplique la ley sin desviaciones, discriminaciones ni dilaciones, tomemos del 12 de julio las normas de nuestro compromiso cotidiano, pues el 12 de julio no debe ser sólo el día de los buenos deseos, sino debe ser la norma suprema de comportamientos, de actitud y de superación de los abogados.
Nota: Por periodo vacacional este de “Análisis y Reflexión” regresa el día viernes 4 de agosto.
Magistrado en retiro/famlopezs@hotmail.com