Desde el punto de vista económico, la estrategia de externalizar servicios a proveedores en países cercanos geográficamente en lugar de optar por proveedores más lejanos conocido como nearshoring, brinda a las empresas importantes beneficios como la reducción de costos operativos y una mayor rentabilidad.
Asimismo, gracias a este fenómeno y a la reconfiguración de las cadenas de suministro a nivel global, las empresas observan a nuestro país como una plataforma estratégica de manufactura para exportar al mercado más grande del mundo: Estados Unidos. Tan sólo durante 2023, unas 500 empresas motivadas por el nearshoring sacaron sus fábricas, líneas de producción y centros de distribución de Asia para trasladarlos e instalarlos en México, esto de acuerdo a datos de la Asociación Mexicana de Fibras Inmobiliarias (AMEFIBRA).
Gracias a esta importante actividad comercial, la economía mexicana tuvo un crecimiento de 3.4 por ciento al cierre de 2023, al cual el nearshoring apenas contribuyó entre 0.3 y 0.4 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que para 2024 la expectativa es más favorable, en parte por la dinámica generada por el nearshoring, que aportaría entre 0.5 y 0.6 puntos del PIB.
Sin embargo, tras revisar los puntos positivos que el nearshoring pudiera representar para nuestro país, salen a la luz las dificultades y retos que esta actividad pudiera significar en el futuro para México y sobre todo para su población más joven que actualmente se encuentra en formación educativa.
De acuerdo con estimaciones de D&M Abogados, en los próximos 3 años, el nearshoring podría generar un déficit de talento de más del 71 por ciento tan sólo en mandos medios; de acuerdo con cálculos de esta firma, se prevé que para 2027 las inversiones derivadas de la relocalización de empresas crearán un 1.1 millones de empleos adicionales, de las cuales el 18 por ciento será de posiciones de supervisión de áreas, y habrá poco talento para cubrirlas.
Hoy, nos encontramos en un escenario, donde, en el corto plazo, algunas posiciones laborales que se crearán de la mano de la relocalización de empresas serán casi imposibles de cubrir si no se desarrollan estrategias de formación y se fortalece de manera decidida la incorporación de más mujeres a carreras técnicas.
En este espacio, hemos señalado la necesidad de abordar con una estrategia integral, la generación de habilidades, así como el desarrollo de competencias entre las y los estudiantes. Hoy, las cifras y las proyecciones nos indican que, de no hacerlo, tendremos serias dificultades de contar con el talento profesional que las vacantes disponibles requerirán en los próximos años.
Más aún, debe ser una prioridad promover y desarrollar el talento del sector femenino para generar competencias necesarias en el mercado laboral y que ellas se puedan involucrar de manera decidida en el ecosistema económico.
Lic. Gilberto Javier Sauza Martínez / Vicepresidente de CONCAEM
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