La agenda de transparencia, acceso a la información pública, participación ciudadana y rendición de cuentas es fundamental para la consolidación de la democracia. En el Estado de México los pocos avances que hemos tenido en esta materia se ven opacados cuando vemos estudios como el de la Calidad de la Ciudadanía del IEEM (2019), en el que se argumenta que nuestra entidad podría ser considerada como un “enclave autoritario” por el déficit en la calidad de la democracia, por no haber tenido alternancia en la gubernatura, así como por la violencia e impunidad que afectan al espacio cívico.
La transparencia y la rendición de cuentas son temas recurrentes de los discursos políticos cuando se refieren a casos emblemáticos de corrupción, como el de la Estafa Maestra o la Línea 12. Pero cuando se trata de fortalecer las instituciones del Estado relacionadas, el énfasis se diluye.
En nuestra entidad, el INFOEM es el órgano especializado encargado de garantizar el derecho de acceso a la información. Al igual que otros órganos que tutelan derechos debe contar con autonomía constitucional, debe ser profesional, imparcial y autónomo. ¿Por qué es importante esta autonomía? Los órganos garantes deben garantizar que las resoluciones que emitan, o las evaluaciones que realicen al cumplimiento de las obligaciones de transparencia no estén sujetas a presiones políticas o responderán a intereses de los propios entes revisados.
En el reciente proceso de designación de comisionados del INFOEM hubiera sido importante que la LX Legislatura cumpliera el principio de máxima publicidad. El objetivo debería ser que los órganos garantes estén conformados por personas que, además de contar con experiencia en la materia, no respondan a intereses políticos o particulares, fundamental para garantizar la imparcialidad de sus decisiones. La opacidad con la que se condujo el proceso, independientemente de la capacidad o trayectoria de las personas designadas, no ofrece claridad de que no hubo cuotas partidarias u otro tipo de intereses creados.
Todas las bancadas de la LX Legislatura cerraron con discursos triunfalistas y de autoelogios. Mucho se habló de Parlamento Abierto y de cambio de paradigmas, pero se cerraron al diálogo y a la transparencia en designaciones clave como en el OSFEM, INFOEM y la CODHEM.
Si queremos que la transparencia, la rendición de cuentas y la protección de derechos humanos dejen de ser algo abstracto para la ciudadanía y sean verdaderas herramientas para mejorar nuestra democracia debemos fortalecer a las instituciones. Ojalá la nueva Legislatura local no repita los mismos errores, y adopte las mejores prácticas y principios en las designaciones que realice. Porque la simulación y la captura de los órganos sólo justifican a los discursos demagógicos que pretenden su desaparición, lo cual sería un grave retroceso.