/ lunes 26 de agosto de 2024

El adoctrinamiento como base de la Nueva Escuela Mexicana

Hoy regresan a clases cerca de 25 millones de estudiantes de primaria y secundaria en todo el país, mientras que en el Estado de México se trata de cerca de 700 mil menores que regresan a las aulas pero lo harán bajo el esquema de adoctrinamiento de la Nueva Escuela Mexicana que antepone los postulados ideológicos del marxismo y no teme dejar en evidencia la nostalgia por la Rusia soviética de mediados de los 80, o al menos eso dicen sus libros de texto.

Entre padres de familia ha generado preocupación en los últimos días, específicamente, el tema de la enseñanza del inglés en las escuelas secundarias, en función de que se eliminaron los libros especializados que se enfocaban en la enseñanza del idioma desde una perspectiva basada en el desarrollo de técnicas pedagógicas construidas durante años y se ha sustituido por un libro producido por la SEP, que consiste en un mazacote de textos en los que el inglés pasa a segundo término.

Para que el lector de estas líneas comprenda de qué estamos hablando. En años anteriores la SEP revisaba y validaba que los libros para la enseñanza del inglés cumplieran con los programas, objetivos y contenidos considerados para cada grado de estudios, dejando que las distintas editoriales los abordaran desde distintas metodologías, así los docentes podrían elegir la que consideraran mejor para sus alumnos y facilitar el aprendizaje en función de las características de los propios estudiantes.

Pero la diversidad no le gustó a la Nueva Escuela Mexicana y decidieron eliminar ese esquema para incluir la enseñanza del inglés en un nuevo material denominado “Lenguajes” que realiza una mezcolanza que comienza con Español, seguido de “Lengua indígena como lengua materna”, “Lengua indígena como segunda lengua” Inglés y Artes; y en un afán de ser más específico sobre la enseñanza de “Lenguajes”: Un tercio del libro es dedicado al Español, otro tercio a las lenguas indígenas y la última tercera parte se la reparten Inglés y Artes.

Se entiende que el Arte pueda ser considerada una forma de expresión y, como tal, tenga un lenguaje propio pero es difícil pensar que temas como “Beneficios de las artes para la salud personal y comunitaria” (de primer grado), “Activismo con impacto ambiental y reconciliación” (de segundo) y “La difusión de una vida saludable” (de tercero) refieran a temáticas del lenguaje más que a cuestiones que deban ser tratadas desde una perspectiva más amplia y que destaque todo su valor cultural.

Nada que ver con el otro llamado “Múltiples Lenguajes” que no es sobre lenguajes sino que incluye lecturas y ejercicios de Arte, Literatura, Cultura, Historia y hasta dos o tres cosas de Matemáticas; y que justifica su nombre diciendo que “Incluso el cielo, con sus formas curiosas en las nubes, las copas de los árboles al agitarse con el viento, y por supuesto, los animales y los sonidos que emiten para expresar sus necesidades, te están contando algo todo el tiempo”; porque sí, según este libro de texto de secundaria, las nubes le hablan a los adolescentes.

En fin, volviendo al tema del inglés; los libros de secundaria no enseñan ninguna estructura gramatical del idioma, en el mejor de los casos incluyen un listado de fraseos en español e inglés para situaciones determinadas; por ejemplo, en el tema de primero de secundaria “Exposición de un punto de vista”, la lección está toda en español y se complementa con algunas tablas de frases en ambos idiomas que se usan para dar el punto de vista y hasta ahí.

Hay temas como el que le sigue inmediatamente “Puntos de vista sobre la diversidad, la interacción y la empatía” cuya lección es totalmente en español, incluyendo el texto de una maestra estadounidense que se presenta en la lengua de Cervantes y no en la de Shakespeare porque ¿quién esperaría que en el área de inglés se pretenda enseñar inglés?

Pero hay otras lecciones que nada tienen que ver con el aprendizaje del idioma; por ejemplo, el tema se llama “Identificación y solución de problemas en textos de lengua inglesa” pero el tema comienza con “identificación de problemas comunitarios” sigue con “Soluciones a los temas comunitarios” y termina en “Redacción de un informe”; nunca, en ningún punto de la lección se habla de textos de lengua inglesa y mucho menos de la problemática que se podría encontrar en ellos; mera simulación para introducir una perspectiva comunitaria en la resolución de problemas pero nada que ver con el aprendizaje de un idioma que se considera, desde hace mucho tiempo, medio de acceso a una perspectiva mundial.

Esta situación ocasionará un desfase en la educación entre los adolescentes de escasos recursos, cuyas familias no pueden invertir en reforzar el aprendizaje del idioma por cuenta propia, y los de mayor ingreso, quienes tendrán la posibilidad de pagarse clases en escuelas dedicadas a la enseñanza del idioma inglés; perjudicando a los más pobres y generando, de nueva cuenta, una brecha educativa en función del acceso a los recursos.

Ahora, eso no es circunstancial, los propios libros de texto de secundaria lo reconocen abiertamente. En su presentación citan el texto de Antón Makarenko llamado “Poema pedagógico” del que refieren: “cómo los rabfak, las escuelas para trabajadores en la extinta Unión Soviética, fueron considerados espacios del conocimiento. Se sueña con que las secundarias mexicanas, junto con sus libros de texto, alcancen esa cualidad”.

Así tal cual se lee, los autores de los textos y de lo que sea que signifique la “Nueva Escuela Mexicana” hacen pública su nostalgia por los tiempos de la Rusia soviética pero, además, reconocen abiertamente que el anhelo es que las escuelas secundarias en México alcancen las cualidades de “las escuelas para trabajadores en la extinta Unión Soviética”.

Pero bueno ¿qué se puede esperar de un libro que pretende enseñar el correcto uso del lenguaje y que utiliza los términos “todxs” u “otrxs” que abiertamente la Real Academia Española ha desechado del uso académico pero que está de moda en el ámbito político porque ubica a quienes lo usan del lado “progre” sin que eso necesariamente signifique que abona algo al conocimiento de alguna manera.

El tema da para reflexiones mucho más amplias que no solo deben circunscribirse al ámbito docente sino que deben trascender a lo social porque son los niños y adolescentes mexicanos quienes están recibiendo un contenido más enfocado en convertirlos en trabajadores soviéticos que en personas independientes con el conocimiento mínimo necesario para desenvolverse en un mundo donde los saberes son un factor determinante para el acceso a las oportunidades. De nueva cuenta quedará en manos de los docentes reparar las fallas de un sistema que logró lo que parecía imposible: empeorar lo que de por sí ya estaba mal. En fin, feliz regreso a clases.

Hoy regresan a clases cerca de 25 millones de estudiantes de primaria y secundaria en todo el país, mientras que en el Estado de México se trata de cerca de 700 mil menores que regresan a las aulas pero lo harán bajo el esquema de adoctrinamiento de la Nueva Escuela Mexicana que antepone los postulados ideológicos del marxismo y no teme dejar en evidencia la nostalgia por la Rusia soviética de mediados de los 80, o al menos eso dicen sus libros de texto.

Entre padres de familia ha generado preocupación en los últimos días, específicamente, el tema de la enseñanza del inglés en las escuelas secundarias, en función de que se eliminaron los libros especializados que se enfocaban en la enseñanza del idioma desde una perspectiva basada en el desarrollo de técnicas pedagógicas construidas durante años y se ha sustituido por un libro producido por la SEP, que consiste en un mazacote de textos en los que el inglés pasa a segundo término.

Para que el lector de estas líneas comprenda de qué estamos hablando. En años anteriores la SEP revisaba y validaba que los libros para la enseñanza del inglés cumplieran con los programas, objetivos y contenidos considerados para cada grado de estudios, dejando que las distintas editoriales los abordaran desde distintas metodologías, así los docentes podrían elegir la que consideraran mejor para sus alumnos y facilitar el aprendizaje en función de las características de los propios estudiantes.

Pero la diversidad no le gustó a la Nueva Escuela Mexicana y decidieron eliminar ese esquema para incluir la enseñanza del inglés en un nuevo material denominado “Lenguajes” que realiza una mezcolanza que comienza con Español, seguido de “Lengua indígena como lengua materna”, “Lengua indígena como segunda lengua” Inglés y Artes; y en un afán de ser más específico sobre la enseñanza de “Lenguajes”: Un tercio del libro es dedicado al Español, otro tercio a las lenguas indígenas y la última tercera parte se la reparten Inglés y Artes.

Se entiende que el Arte pueda ser considerada una forma de expresión y, como tal, tenga un lenguaje propio pero es difícil pensar que temas como “Beneficios de las artes para la salud personal y comunitaria” (de primer grado), “Activismo con impacto ambiental y reconciliación” (de segundo) y “La difusión de una vida saludable” (de tercero) refieran a temáticas del lenguaje más que a cuestiones que deban ser tratadas desde una perspectiva más amplia y que destaque todo su valor cultural.

Nada que ver con el otro llamado “Múltiples Lenguajes” que no es sobre lenguajes sino que incluye lecturas y ejercicios de Arte, Literatura, Cultura, Historia y hasta dos o tres cosas de Matemáticas; y que justifica su nombre diciendo que “Incluso el cielo, con sus formas curiosas en las nubes, las copas de los árboles al agitarse con el viento, y por supuesto, los animales y los sonidos que emiten para expresar sus necesidades, te están contando algo todo el tiempo”; porque sí, según este libro de texto de secundaria, las nubes le hablan a los adolescentes.

En fin, volviendo al tema del inglés; los libros de secundaria no enseñan ninguna estructura gramatical del idioma, en el mejor de los casos incluyen un listado de fraseos en español e inglés para situaciones determinadas; por ejemplo, en el tema de primero de secundaria “Exposición de un punto de vista”, la lección está toda en español y se complementa con algunas tablas de frases en ambos idiomas que se usan para dar el punto de vista y hasta ahí.

Hay temas como el que le sigue inmediatamente “Puntos de vista sobre la diversidad, la interacción y la empatía” cuya lección es totalmente en español, incluyendo el texto de una maestra estadounidense que se presenta en la lengua de Cervantes y no en la de Shakespeare porque ¿quién esperaría que en el área de inglés se pretenda enseñar inglés?

Pero hay otras lecciones que nada tienen que ver con el aprendizaje del idioma; por ejemplo, el tema se llama “Identificación y solución de problemas en textos de lengua inglesa” pero el tema comienza con “identificación de problemas comunitarios” sigue con “Soluciones a los temas comunitarios” y termina en “Redacción de un informe”; nunca, en ningún punto de la lección se habla de textos de lengua inglesa y mucho menos de la problemática que se podría encontrar en ellos; mera simulación para introducir una perspectiva comunitaria en la resolución de problemas pero nada que ver con el aprendizaje de un idioma que se considera, desde hace mucho tiempo, medio de acceso a una perspectiva mundial.

Esta situación ocasionará un desfase en la educación entre los adolescentes de escasos recursos, cuyas familias no pueden invertir en reforzar el aprendizaje del idioma por cuenta propia, y los de mayor ingreso, quienes tendrán la posibilidad de pagarse clases en escuelas dedicadas a la enseñanza del idioma inglés; perjudicando a los más pobres y generando, de nueva cuenta, una brecha educativa en función del acceso a los recursos.

Ahora, eso no es circunstancial, los propios libros de texto de secundaria lo reconocen abiertamente. En su presentación citan el texto de Antón Makarenko llamado “Poema pedagógico” del que refieren: “cómo los rabfak, las escuelas para trabajadores en la extinta Unión Soviética, fueron considerados espacios del conocimiento. Se sueña con que las secundarias mexicanas, junto con sus libros de texto, alcancen esa cualidad”.

Así tal cual se lee, los autores de los textos y de lo que sea que signifique la “Nueva Escuela Mexicana” hacen pública su nostalgia por los tiempos de la Rusia soviética pero, además, reconocen abiertamente que el anhelo es que las escuelas secundarias en México alcancen las cualidades de “las escuelas para trabajadores en la extinta Unión Soviética”.

Pero bueno ¿qué se puede esperar de un libro que pretende enseñar el correcto uso del lenguaje y que utiliza los términos “todxs” u “otrxs” que abiertamente la Real Academia Española ha desechado del uso académico pero que está de moda en el ámbito político porque ubica a quienes lo usan del lado “progre” sin que eso necesariamente signifique que abona algo al conocimiento de alguna manera.

El tema da para reflexiones mucho más amplias que no solo deben circunscribirse al ámbito docente sino que deben trascender a lo social porque son los niños y adolescentes mexicanos quienes están recibiendo un contenido más enfocado en convertirlos en trabajadores soviéticos que en personas independientes con el conocimiento mínimo necesario para desenvolverse en un mundo donde los saberes son un factor determinante para el acceso a las oportunidades. De nueva cuenta quedará en manos de los docentes reparar las fallas de un sistema que logró lo que parecía imposible: empeorar lo que de por sí ya estaba mal. En fin, feliz regreso a clases.