/ martes 5 de noviembre de 2024

El Observador / Mes de muertos

Sí, hoy se espera un día de perros. Y agárrese, porque lo que resta del mes amenaza con ser igual.

Ya estaba anunciada la turbulencia financiera por la impredecible elección presidencial en el vecino del norte, que amenaza con sacar chispas más allá del martes electoral y, con ello, llevarse entre las patas a nuestro peso. También se veía venir el choque de trenes entre las fracciones de Morena, incluida doña Claudia, y la Corte, que haría pedazos el Estado de Derecho en el país, ante el asombro de propios y extraños. Ambas cuestiones puestas en un solo día son suficientes para hacer temblar al más ecuánime de los mortales.

Pero si a usted le parece que las eventuales consecuencias para nuestro futuro económico de este fatídico martes 5 no son suficientes, ya don Ricardo Monreal, quien coordina los “esfuerzos” de los diputados de Morena, nos recetó ayer la agenda legislativa para la próxima semana, que más bien lució como amenaza. Seguramente se estaba aguantando la risa porque, a su lado, el presidente de los diputados, el morenista Sergio Gutiérrez, no podía con su sonrisa burlona, como diciéndonos: “¡Tómala, ahí les va!”.

Palabras más, palabras menos, Monreal dijo que extinguirán a los siete órganos autónomos “si es que así lo deciden las mayorías calificadas y las legislaturas de los estados” (¡aguántese la risa, por favor!) entre el lunes 11 y el jueves 14. Así, frescos y desahogados, esperarán el paquete económico 2025 que les lanzará Hacienda el viernes 15, incluido el milagro de reducir de un jalón el déficit en 2.4 puntos porcentuales del PIB, como lo prometieron al FMI el fin de semana.

“Así que tenemos mucho trabajo, pero estamos preparados para realizarlo con responsabilidad”, dijo don Ricardo frente a los periodistas (me imagino que soltó la carcajada ya en privado).

Así, en pleno mes de noviembre, ¡vaya ironía!, llegó el anuncio de la muerte de los siete órganos autónomos que planteó en febrero el innombrable bajo la excusa de ahorrar algunos centavos al presupuesto. Y sí que son centavos. Los siete órganos que desaparecerán -el IFT, el INAI, la Cofece, el Coneval, la CRE, la CNH, y Mejoredu- tienen un presupuesto conjunto por poco más de 5,200 millones de pesos (que se reduce significativamente porque varios de ellos generan ingresos) que representan el 3.2% de las pérdidas que reportó Pemex en el trimestre pasado. Así que, son centavos para el presupuesto anual.

La turbulencia financiera no parará con el término de la elección presidencial de los vecinos del norte, que ya es mucho decir porque se esperan fricciones poselectorales y, acto seguido, presiones comerciales, migratorias y de seguridad que vendrán a partir de enero con el nuevo gobierno. Y todo eso junto al debilitamiento consistente de nuestra economía, como ayer lo hicieron ver los expertos del Inegi con sus indicadores de tendencia.

No hay duda, la obstinación no es perseverancia; lleva a la sordera y ceguera que, me temo, tendrá un alto costo.

Colofón

Quienes esperan un alivio a las finanzas públicas derivado de los remanentes que entregaría el Banco de México a Hacienda, deben hacer cuentas que al cierre del año pasado el banco central arrastró un capital negativo por más de 728 mil millones de pesos, por la apreciación del peso. Será muy difícil ver remanentes en este año… a menos que el peso siga hundiéndose en el escenario más pesimista previo al fin de año. ¿Lo cree?

* Mensajes a esta columna fúnebre enviarlos al correo: samuel@arenapublica.com


Sí, hoy se espera un día de perros. Y agárrese, porque lo que resta del mes amenaza con ser igual.

Ya estaba anunciada la turbulencia financiera por la impredecible elección presidencial en el vecino del norte, que amenaza con sacar chispas más allá del martes electoral y, con ello, llevarse entre las patas a nuestro peso. También se veía venir el choque de trenes entre las fracciones de Morena, incluida doña Claudia, y la Corte, que haría pedazos el Estado de Derecho en el país, ante el asombro de propios y extraños. Ambas cuestiones puestas en un solo día son suficientes para hacer temblar al más ecuánime de los mortales.

Pero si a usted le parece que las eventuales consecuencias para nuestro futuro económico de este fatídico martes 5 no son suficientes, ya don Ricardo Monreal, quien coordina los “esfuerzos” de los diputados de Morena, nos recetó ayer la agenda legislativa para la próxima semana, que más bien lució como amenaza. Seguramente se estaba aguantando la risa porque, a su lado, el presidente de los diputados, el morenista Sergio Gutiérrez, no podía con su sonrisa burlona, como diciéndonos: “¡Tómala, ahí les va!”.

Palabras más, palabras menos, Monreal dijo que extinguirán a los siete órganos autónomos “si es que así lo deciden las mayorías calificadas y las legislaturas de los estados” (¡aguántese la risa, por favor!) entre el lunes 11 y el jueves 14. Así, frescos y desahogados, esperarán el paquete económico 2025 que les lanzará Hacienda el viernes 15, incluido el milagro de reducir de un jalón el déficit en 2.4 puntos porcentuales del PIB, como lo prometieron al FMI el fin de semana.

“Así que tenemos mucho trabajo, pero estamos preparados para realizarlo con responsabilidad”, dijo don Ricardo frente a los periodistas (me imagino que soltó la carcajada ya en privado).

Así, en pleno mes de noviembre, ¡vaya ironía!, llegó el anuncio de la muerte de los siete órganos autónomos que planteó en febrero el innombrable bajo la excusa de ahorrar algunos centavos al presupuesto. Y sí que son centavos. Los siete órganos que desaparecerán -el IFT, el INAI, la Cofece, el Coneval, la CRE, la CNH, y Mejoredu- tienen un presupuesto conjunto por poco más de 5,200 millones de pesos (que se reduce significativamente porque varios de ellos generan ingresos) que representan el 3.2% de las pérdidas que reportó Pemex en el trimestre pasado. Así que, son centavos para el presupuesto anual.

La turbulencia financiera no parará con el término de la elección presidencial de los vecinos del norte, que ya es mucho decir porque se esperan fricciones poselectorales y, acto seguido, presiones comerciales, migratorias y de seguridad que vendrán a partir de enero con el nuevo gobierno. Y todo eso junto al debilitamiento consistente de nuestra economía, como ayer lo hicieron ver los expertos del Inegi con sus indicadores de tendencia.

No hay duda, la obstinación no es perseverancia; lleva a la sordera y ceguera que, me temo, tendrá un alto costo.

Colofón

Quienes esperan un alivio a las finanzas públicas derivado de los remanentes que entregaría el Banco de México a Hacienda, deben hacer cuentas que al cierre del año pasado el banco central arrastró un capital negativo por más de 728 mil millones de pesos, por la apreciación del peso. Será muy difícil ver remanentes en este año… a menos que el peso siga hundiéndose en el escenario más pesimista previo al fin de año. ¿Lo cree?

* Mensajes a esta columna fúnebre enviarlos al correo: samuel@arenapublica.com