No es un mero comentario o un análisis vacío el señalar de forma constante el impulso y la vitalidad que el nearshoring podría representar para la economía y las familias de nuestro país, ya que, hasta el momento, diversas proyecciones estiman que de concretarse acciones que favorezcan la llegada de inversiones extranjeras a México por este fenómeno, el producto interno bruto (PIB) nacional podría crecer entre 3 y 8 puntos porcentuales anualmente.
De acuerdo a estimaciones realizadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), a pesar de que la economía mexicana está teniendo un buen comportamiento y con un crecimiento mayor al esperado, se encuentra frente al riesgo de no aprovechar la oportunidad que tiene para atraer mayores inversiones, impulsadas por la relocalización de cadenas de suministro gracias a su cercanía con el mercado norteamericano, especialmente el de Estados Unidos.
Al encontrarse ubicado en Norteamérica, la región con mayor dinamismo económico a nivel global; México está a unos cuantos pases de un mercado de 492 millones de personas que equivale al 6.5 por ciento de la población mundial; a una región que, en conjunto, equivale al 18.3 por ciento del PIB global con un valor de 25 mil 900 billones de dólares y que su comercio representa 1 mil 170 billones de dólares, que se traduce en 15.9 por ciento del comercio mundial.
Sin embargo, pese a las altas posibilidades de inversión e intercambio comercial, nuestro país enfrenta importantes desafíos que requieren de una atención inmediata si no quiere quedarse aislado de este boom económico; hoy es sumamente importante atender las deficiencias que México tiene en materia de generación eléctrica e infraestructura.
Naciones ubicadas en Latinoamérica han detectado el abanico de posibilidades que el nearshoring podría representar para su economía y han puesto manos a la obra para ofrecer las mejores ventajas competitivas para las empresas que desean asentarse en la región; países como Costa Rica, Panamá, Honduras, El Salvador, Chile o Perú desea sumarse al barco que desea conquistar el mercado de EU, que es el principal importador de productos a nivel mundial con el 14 por ciento.
Si bien, la administración federal ha destinado recursos para obras emblemáticas, éstas no favorecen el traslado de mercancías ni facilitan la comunicación entre los puntos de producción y los puertos de salida al exterior, por lo que requerimos de trabajos complementarios que generen certidumbre a las inversiones. De igual forma, se calcula que en el corto plazo México deberá cubrir un déficit energético de entre 30,000 y 40,000 megavatios, que requiere una inversión de al menos 160 mil millones de dólares, por lo que ampliar la cobertura energética debe ser una prioridad de las autoridades.
Hoy estamos en un punto de quiebre e inflexión; si México no es capaz de generar infraestructura y brindar un abasto de energía suficiente en los próximos meses, habremos fracasado y tendremos que decir adiós a las oportunidades que el nearshoring nos puede brindar hacia el futuro.
Lic. Gilberto Javier Sauza Martínez / Vicepresidente de CONCAEM
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