/ domingo 20 de octubre de 2024

El tintero de las Musas | El poder nacional y la seguridad nacional y la capacidad nacional y la Seguridad Pública

Comenzaré por escribir que la seguridad nacional no se puede ni podría entenderse sin el concepto de la soberanía nacional; luego entonces, la misma es la facultad que tiene el Estado Mexicano de autodeterminarse jurídica y políticamente. La seguridad nacional es el ejercicio de conservar esta soberanía, este soberano supremo poder, que es nuestro Estado-Nación.

La realidad hoy en día es otra. La seguridad nacional cuenta con innumerables variables, de tal suerte que este trabajo solo corresponde a expertos. A expertos en política, a políticos profesionales. Esta materia no admite en sus filas novatadas, ni a inexpertos: se necesitan verdaderos estadistas, que dejen de lado el estato-centrismo y apliquen visión de estrategas. Es decir, una mira de altura. Como si pudieren mirar desde la estratósfera. Desde otro punto de vista. No desde su imaginación, que creen perfecta.

La seguridad nacional es ambigua, pero también es predecible. Solo se necesita tener el pulso de donde se está parado.

Considerar con exactitud matemática las variables. Los responsables en la agenda de riesgo, ahora mismo bien podrían estar parados de pestañas, vueltos locos. Pero algunos no lo entienden y a otros no les importa.

Apreciaciones desde mi punto de vista:

1.- La seguridad nacional constituye un valor que una Nación puede poseer en mayor o menor medida. Sí, depende en como maneje su Agenda de Riesgos.

2.- La riqueza mide el caudal de las posesiones materiales de una Nación; y el poder, su capacidad de controlar a otras entidades. La economía y la gobernabilidad son variables importantísimas en la Agenda de Riesgos, y lo son, porque pueden convulsionar a cualquier Gobierno.

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3.- Las pugnas por aumentar el nivel de la seguridad nacional solo generan carreras armamentistas. Allí está la feroz e infértil lucha por el uranio, por ejemplo.

4.- Los que intentan expandir su interés nacional, anhelan conquistar el globo; es una política de seguridad nacional uniforme, y por ende imitable.

Me he dedicado en estos días a considerar todas las variables posibles que atenten contra la seguridad nacional de un Estado-Nación. Todas, pero absolutamente todas las variables hoy en día, son capaces de convulsionar a un país, a una región entera. Quienes desconsideran las variables que pueden hurgar en el tejido social, y que éste esté incrustado en la dimensión funcional-estructural de una nación, no entienden de seguridad nacional.

Los Estados-Nación poseen ya una constitución política, es decir una constitución jurídica interna, y, por tanto, no tienen por qué someterse a las presiones de otros países, de otros estados, que quieren reducirlos en importancia.

Se debe promover el debate teórico en seguridad nacional y seguridad pública. Invitar a discusión a todas las corrientes, porque es imposible concebir el tema de la seguridad nacional fuera del teorema. De ahí el gran error de muchos pensadores y tratadistas, porque solo se circunscribieron al tema de la seguridad nacional co-relacionado con el tema de la guerra fría, sin estudiar y/o analizar otras variables en la agenda de riesgos.

Desde luego, aunque tratadistas con anterioridad han visto a la Seguridad Nacional como un fin, el caso es que es un concepto convertido al día de hoy en multi-dimensional, y no solo en el origen externo de las amenazas; el enemigo bien podría estar en casa, y a éste le llamamos el día de hoy, variables en la agenda de riesgos, incluidos en los objetivos nacionales y que contiene una multitud de acciones.

El concepto de Poder Nacional proporcionó a la formulación de la Seguridad Nacional una formulación, es decir medios para lograr los fines de la Nación. Pero además en la teoría de la relaciones internacionales, en política exterior arrojo un sistema de conducta objetivo, consistente en primer término, en poder lograr una definición genérica de Seguridad Nacional, libre y exenta de peligro, daño o riesgo.

Es allí donde comenzamos las determinaciones cualitativas y cuantitativas. Y en mi opinión, es aquí donde podemos sacar el mejor provecho y definición, relación, diferencia y discusión, entre la seguridad pública y la seguridad nacional.

En ambas depende de las cualidades del sujeto y siempre habrá una relación entre el sujeto y el objeto. La capacidad implica las cualidades, y ésta es la medición que se establece el objeto que puede representar un daño o peligro. Es pues la función del Estado, lo que será medible y cuestionable en ambos conceptos.

La seguridad será siempre un resultado de dos variables: “De las capacidades y del riesgo”. Siempre es una relación funcional con dos elementos que la determinan como señalamos en el renglón anterior:

La capacidad que será el elemento cualitativo. -

  1. A mayor capacidad, menor riesgo.
  2. A mayor riesgo, menor seguridad.
  3. A menor capacidad, mayor riesgo.
  4. A menor riesgo, mayor seguridad pública o nacional.

Comenzaré por escribir que la seguridad nacional no se puede ni podría entenderse sin el concepto de la soberanía nacional; luego entonces, la misma es la facultad que tiene el Estado Mexicano de autodeterminarse jurídica y políticamente. La seguridad nacional es el ejercicio de conservar esta soberanía, este soberano supremo poder, que es nuestro Estado-Nación.

La realidad hoy en día es otra. La seguridad nacional cuenta con innumerables variables, de tal suerte que este trabajo solo corresponde a expertos. A expertos en política, a políticos profesionales. Esta materia no admite en sus filas novatadas, ni a inexpertos: se necesitan verdaderos estadistas, que dejen de lado el estato-centrismo y apliquen visión de estrategas. Es decir, una mira de altura. Como si pudieren mirar desde la estratósfera. Desde otro punto de vista. No desde su imaginación, que creen perfecta.

La seguridad nacional es ambigua, pero también es predecible. Solo se necesita tener el pulso de donde se está parado.

Considerar con exactitud matemática las variables. Los responsables en la agenda de riesgo, ahora mismo bien podrían estar parados de pestañas, vueltos locos. Pero algunos no lo entienden y a otros no les importa.

Apreciaciones desde mi punto de vista:

1.- La seguridad nacional constituye un valor que una Nación puede poseer en mayor o menor medida. Sí, depende en como maneje su Agenda de Riesgos.

2.- La riqueza mide el caudal de las posesiones materiales de una Nación; y el poder, su capacidad de controlar a otras entidades. La economía y la gobernabilidad son variables importantísimas en la Agenda de Riesgos, y lo son, porque pueden convulsionar a cualquier Gobierno.

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3.- Las pugnas por aumentar el nivel de la seguridad nacional solo generan carreras armamentistas. Allí está la feroz e infértil lucha por el uranio, por ejemplo.

4.- Los que intentan expandir su interés nacional, anhelan conquistar el globo; es una política de seguridad nacional uniforme, y por ende imitable.

Me he dedicado en estos días a considerar todas las variables posibles que atenten contra la seguridad nacional de un Estado-Nación. Todas, pero absolutamente todas las variables hoy en día, son capaces de convulsionar a un país, a una región entera. Quienes desconsideran las variables que pueden hurgar en el tejido social, y que éste esté incrustado en la dimensión funcional-estructural de una nación, no entienden de seguridad nacional.

Los Estados-Nación poseen ya una constitución política, es decir una constitución jurídica interna, y, por tanto, no tienen por qué someterse a las presiones de otros países, de otros estados, que quieren reducirlos en importancia.

Se debe promover el debate teórico en seguridad nacional y seguridad pública. Invitar a discusión a todas las corrientes, porque es imposible concebir el tema de la seguridad nacional fuera del teorema. De ahí el gran error de muchos pensadores y tratadistas, porque solo se circunscribieron al tema de la seguridad nacional co-relacionado con el tema de la guerra fría, sin estudiar y/o analizar otras variables en la agenda de riesgos.

Desde luego, aunque tratadistas con anterioridad han visto a la Seguridad Nacional como un fin, el caso es que es un concepto convertido al día de hoy en multi-dimensional, y no solo en el origen externo de las amenazas; el enemigo bien podría estar en casa, y a éste le llamamos el día de hoy, variables en la agenda de riesgos, incluidos en los objetivos nacionales y que contiene una multitud de acciones.

El concepto de Poder Nacional proporcionó a la formulación de la Seguridad Nacional una formulación, es decir medios para lograr los fines de la Nación. Pero además en la teoría de la relaciones internacionales, en política exterior arrojo un sistema de conducta objetivo, consistente en primer término, en poder lograr una definición genérica de Seguridad Nacional, libre y exenta de peligro, daño o riesgo.

Es allí donde comenzamos las determinaciones cualitativas y cuantitativas. Y en mi opinión, es aquí donde podemos sacar el mejor provecho y definición, relación, diferencia y discusión, entre la seguridad pública y la seguridad nacional.

En ambas depende de las cualidades del sujeto y siempre habrá una relación entre el sujeto y el objeto. La capacidad implica las cualidades, y ésta es la medición que se establece el objeto que puede representar un daño o peligro. Es pues la función del Estado, lo que será medible y cuestionable en ambos conceptos.

La seguridad será siempre un resultado de dos variables: “De las capacidades y del riesgo”. Siempre es una relación funcional con dos elementos que la determinan como señalamos en el renglón anterior:

La capacidad que será el elemento cualitativo. -

  1. A mayor capacidad, menor riesgo.
  2. A mayor riesgo, menor seguridad.
  3. A menor capacidad, mayor riesgo.
  4. A menor riesgo, mayor seguridad pública o nacional.