/ domingo 28 de julio de 2024

El tintero de las Musas | Rubén Aguilar, Los Mitos del Gobierno, de 1920 a 2016

Hay un poderoso y dramático hecho histórico: la Revolución. Mito convocante que a lo largo de 80 años da sustento, racional y emocional, al primer gobierno que emana de la gesta armada y todos los siguientes. Se pueden distinguir cuatro grandes periodos.

a) 1920-1940. Etapa de fundación del nuevo régimen y de la definición de los términos centrales del mito. Se construyen las instituciones y surgen las expresiones culturales a que da lugar la Revolución. El mensaje es que la Revolución está en marcha y es la fuente de los cambios que vive el país. Con sus acciones (Reforma Agraria), y con su discurso, el régimen se hace de una enorme base popular y de un sólido capital social.

Mucho tiempo sigue viviendo de ellas. La Revolución y su discurso, se hace realidad y toma forma. Es la época de los gobiernos de los presidentes Álvaro Obregón (1920-1924); Plutarco Elías Calles (1924-1928); Emilio Portes Gil (1928-1930); Pascual Ortiz Rubio (1930-1932); Abelardo L. Rodríguez (1932-1934) y Lázaro Cárdenas (1934- 1940).

b) 1940-1960. Las acciones y el discurso de la etapa anterior se atemperan. Se busca la distensión de una sociedad polarizada a consecuencia, entre otras de la Reforma Agraria y la Expropiación Petrolera. Los generales dejan el poder e inicia la etapa de los gobiernos civiles. La Revolución se hace responsable de la modernización que requiere el país. La Revolución se institucionaliza. Se mantiene el discurso revolucionario, pero empieza a perder fuerza. Es la época de los gobiernos de los presidentes Manuel Ávila Camacho (1940- 1946); Miguel Alemán (1946-1952) y Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958).

c) 1960-1980. La etapa inicia con la afirmación del presidente López Mateos, mi gobierno es de “Centro izquierda dentro de la Constitución”. El país organiza las Olimpiadas (1968) y el mundial de futbol (1970). El intento de recuperar un discurso más revolucionario se cae con la matanza de 1968. El gobierno sostiene que los estudiantes están manipulados por el comunismo internacional. Se recurre a la Revolución para fustigar a las fuerzas obscuras que desprestigian al país. Por primera vez las clases medias mexicanas toman distancia del régimen. El mito de la Revolución se desvanece.

En reacción los dos siguientes gobiernos intentan, en lógica populista y en contra de los empresarios, restablecer el mito con énfasis en el nacionalismo revolucionario. Es la época de los gobiernos de los presidentes Adolfo López Mateos (1958-1964); Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970); Luis Echeverría (1970- 1976) y José López Portillo (1976-1982).

d) 1980-2000. Se hace evidente el quiebre del milagro económico mexicano. El país deja de crecer a una tasa anual del 6%. Se requieren cambios. Hay que abrirse a la economía mundial. Las transformaciones necesarias van en contra del mito. Un sector del PRI, baluarte del mito, se siente traicionado y abandonan el partido, para fundar una alternativa que mantenga al mito, y nace el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Se pone fin a la Reforma Agraria, se establecen relaciones oficiales con la Iglesia y finalmente se firma el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). El mito fundador ha quedado en el olvido. El PRI pierde la presidencia. Es la época de los gobiernos de los presidentes Miguel de la Madrid (1982-1988); Carlos Salinas de Gortari (1988- 1994) y Ernesto Zedillo (1994-2000).

El PRI, en el año 2000, después de 80 años es derrotado. Vicente Fox del PAN, rompe con las viejas formas y modales y con el discurso, de la anquilosada litúrgica cívica del poder priista. Su manera de ser y de decir las cosas resulta muy atractiva para el electorado. En los seis meses de la campaña construyó un poderoso mito convocante al voto de quienes se pronunciaran a su favor; sacar al PRI de Los Pinos. El encarnaba todas las virtudes, para alcanzar ese fin que se veía imposible. En ocho décadas nadie había podido construir una alternativa de poder para enfrentar al PRI.

Avanza la campaña, se extiende y posiciona el mito; el candidato Fox, con botas y sombrero, con un discurso directo y popular, a veces populachero, se convierte en el candidato que podía sacar al PRI de Los Pinos. Ante la posibilidad del triunfo, pocos días antes de la elección, los electores que no simpatizaban con el PAN deciden hacer que su voto cuente y en la urna optan por Fox.

El voto útil y la alta participación electoral quiebran las posibilidades del enorme y disciplinado voto duro del PRI, que se quedan cortos con los números del panista. La ventaja de siete puntos, obligan al presidente Ernesto Zedillo a reconocer la derrota. La posibilidad del “fraude patriótico”, ya no tenía lugar. La sociedad mexicana y el mundo, a través de miles de periodistas, estaban atentos a lo que pasaba.

Ya en la presidencia las cosas no funcionaron como en la campaña. Fox (2000-2006) y su gobierno no pueden construir un mito convocante. En las encuestas hechas por la presidencia el tema de sacar al PRI de Los Pinos hasta el fin de los seis años de gobierno, se mantuvo dentro de las tres acciones más reconocidas y mejor calificadas; hacia relación directa con la idea de la democracia.

Continuará...

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