La importancia de la transformación digital radica en poner en el centro al ciudadano, y para ello es necesario contar con el derecho de acceso a Internet, reconocido por la ONU desde 2016. Sin embargo, la brecha digital persiste como una barrera significativa para el ejercicio efectivo de derechos fundamentales, particularmente el acceso a la información para la toma de decisiones y por otro lado, el de protección de datos personales en una era en donde el poder de los datos es incuestionable.
A nivel mundial tenemos grandes referentes de digitalización como Estonia, México con grandes avances normativos e institucionales y otros con restricciones significativas como Cuba; según datos de Digital 2024 Global Overview Report, la penetración mundial de Internet en la población es de 66.2%, lo que deja una brecha digital mundial por cubrir de 33.8%, y pese a que año con año esta cifra podría ir disminuyendo, no se puede omitir que para ello es necesario garantizar instituciones sólidas, inversiones bien planeadas y perfiles profesionales capaces de dar dirección a los países.
Si bien México aún cuenta con una brecha digital importante y sobre todo con disparidades regionales significativas en las entidades federativas, los esfuerzos que se hacen por parte de los Organismos garantes, nacional y locales por la difusión de los derechos es de reconocerse, por medio de programas como los de Infoem: de Monitor de la Transparencia que va a dirigido a sectores vulnerables y menores de edad, la entrega de equipos de cómputo a municipios con población menor a 70 mil habitantes, la creación de redes especializadas para el combate a la corrupción, así como la difusión y alianzas que se realizan con Organismos para prevenir la violencia digital y la Ciberseguridad, y a nivel nacional la Plataforma Nacional de Transparencia, la Ruta de Privacidad del propio Sistema Nacional, entre otros.
Nos encontramos ante una realidad coyuntural, en donde es preciso concientizar a la población sobre los mínimos que se necesitan para caminar hacía ser un país de avanzada y no hacía un retroceso peligroso en donde se dejen de garantizar derechos humanos, para ellos se requiere 4 puntos fundamentales que países como Estonia no han perdido de vista, como son: Constitución como ley suprema, Protección de derechos fundamentales, Sistema judicial independiente, Transparencia administrativa.
Los desafíos a alcanzar por México resultan obvios en este momento: la alfabetización digital, el acceso a internet, la capacitación técnica, el necesario fortalecimiento institucional e independencia de autoridades garantes , integridad de datos gubernamentales, garantía de derechos digitales, Ciberseguridad robusta y privacidad digital, así como la permanencia de contrapesos que permitan asegurar la garantía absoluta de las libertades fundamentales desde el derecho a saber, hasta la de opinar y participar.
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