/ sábado 24 de agosto de 2024

La agenda de transformación en una democracia iliberal

Durante la campaña, y en el periodo de transición, Claudia Sheinbaum ha seguido al pie de la letra la narrativa obradorista, y es probable que siga la inercia de las reformas en el inicio de su mandato para luego matizarlas y diferenciarse de su antecesor. Asimismo, el contexto de estanflación caracterizado por bajo crecimiento económico y alta inflación, aderezado por un eventual regreso del trumpismo en Estados Unidos podría moderar las reformas anunciadas.

Por primera vez en la era de la alternancia política que se inauguró en el 2000 con la presidencia de Vicente Fox, el partido gobernante Morena tuvo más votos en términos relativos, pues paso de 53 al 59%, y en números absolutos de 30 a 35 millones de votos, que le permitirá junto con sus aliados de PT y Verde obtener una mayoría calificada en la cámara de diputados, y a 3 votos de tener las dos terceras partes del senado de la república. De esta forma, podrá aprobar reformas constitucionales sin el consenso de la oposición.

Para el partido gobernante, las reformas anunciadas en febrero pasado por el Presidente López Obrador y respaldadas por la Presidenta electa Claudia Sheinbaum son parte de la agenda de transformación apoyada mayoritariamente en las urnas el pasado 2 de junio. Desde la narrativa obradorista, las reformas ayudarán a restablecer un Estado fuerte para cumplir con los postulados de la llamada cuarta transformación.

Algunas de las reformas anunciadas como la judicial y la electoral han generado incertidumbre en los mercados, y en importantes grupos de la sociedad mexicana que han cuestionado que se pretende eliminar contrapesos institucionales necesarios para garantizar la democracia en México, incluso calificándolos como una regresión autoritaria.

La agenda de transformación que abandera el obradorismo se dará en el contexto de una democracia iliberal, entendida como un sistema en el que se celebran elecciones de manera periódica, pero que presenta severas deficiencias para garantizar los derechos humanos, y libertades públicas como la de prensa, de expresión, y la seguridad. Tienden a ejercer una tiranía de la mayoría y por lo tanto a ignorar los derechos de las minorías, lo que hace que este tipo de democracia sea antiliberal. Otro elemento de este tipo de régimen son las bajas posibilidades de alternancia por la existencia de un partido hegemónico o dominante y un árbitro electoral que no garantiza imparcialidad y profesionalismo.

Durante los próximos 30 días, el Presidente López Obrador contara con una mayoría calificada en el Congreso, por lo que podríamos ser testigos de un fin de sexenio aún mas disruptivo que el inicio del sexenio cuando se cancelo el NAIM en Texcoco. El perfil político del Presidente se ha distinguido por apegarse estrictamente a su agenda y su narrativa.

Las reformas propuestas por AMLO han sido respaldadas por Claudia Sheinbaum, sin embargo el estilo personal de gobernar podría ser mas técnico en el próximo sexenio, y esto podría atenuar las reformas. Una diferencia sustancial es el perfil del gabinete presidencial de Sheinbaum que puede ser mas técnico profesional que el de López Obrador, lo cual puede tender a escuchar a especialistas de cada secretaria, y estar más abierta a escuchar.

Durante la campaña, y en el periodo de transición, Claudia Sheinbaum ha seguido al pie de la letra la narrativa obradorista, y es probable que siga la inercia de las reformas en el inicio de su mandato para luego matizarlas y diferenciarse de su antecesor. Asimismo, el contexto de estanflación caracterizado por bajo crecimiento económico y alta inflación, aderezado por un eventual regreso del trumpismo en Estados Unidos podría moderar las reformas anunciadas.

Durante la campaña, y en el periodo de transición, Claudia Sheinbaum ha seguido al pie de la letra la narrativa obradorista, y es probable que siga la inercia de las reformas en el inicio de su mandato para luego matizarlas y diferenciarse de su antecesor. Asimismo, el contexto de estanflación caracterizado por bajo crecimiento económico y alta inflación, aderezado por un eventual regreso del trumpismo en Estados Unidos podría moderar las reformas anunciadas.

Por primera vez en la era de la alternancia política que se inauguró en el 2000 con la presidencia de Vicente Fox, el partido gobernante Morena tuvo más votos en términos relativos, pues paso de 53 al 59%, y en números absolutos de 30 a 35 millones de votos, que le permitirá junto con sus aliados de PT y Verde obtener una mayoría calificada en la cámara de diputados, y a 3 votos de tener las dos terceras partes del senado de la república. De esta forma, podrá aprobar reformas constitucionales sin el consenso de la oposición.

Para el partido gobernante, las reformas anunciadas en febrero pasado por el Presidente López Obrador y respaldadas por la Presidenta electa Claudia Sheinbaum son parte de la agenda de transformación apoyada mayoritariamente en las urnas el pasado 2 de junio. Desde la narrativa obradorista, las reformas ayudarán a restablecer un Estado fuerte para cumplir con los postulados de la llamada cuarta transformación.

Algunas de las reformas anunciadas como la judicial y la electoral han generado incertidumbre en los mercados, y en importantes grupos de la sociedad mexicana que han cuestionado que se pretende eliminar contrapesos institucionales necesarios para garantizar la democracia en México, incluso calificándolos como una regresión autoritaria.

La agenda de transformación que abandera el obradorismo se dará en el contexto de una democracia iliberal, entendida como un sistema en el que se celebran elecciones de manera periódica, pero que presenta severas deficiencias para garantizar los derechos humanos, y libertades públicas como la de prensa, de expresión, y la seguridad. Tienden a ejercer una tiranía de la mayoría y por lo tanto a ignorar los derechos de las minorías, lo que hace que este tipo de democracia sea antiliberal. Otro elemento de este tipo de régimen son las bajas posibilidades de alternancia por la existencia de un partido hegemónico o dominante y un árbitro electoral que no garantiza imparcialidad y profesionalismo.

Durante los próximos 30 días, el Presidente López Obrador contara con una mayoría calificada en el Congreso, por lo que podríamos ser testigos de un fin de sexenio aún mas disruptivo que el inicio del sexenio cuando se cancelo el NAIM en Texcoco. El perfil político del Presidente se ha distinguido por apegarse estrictamente a su agenda y su narrativa.

Las reformas propuestas por AMLO han sido respaldadas por Claudia Sheinbaum, sin embargo el estilo personal de gobernar podría ser mas técnico en el próximo sexenio, y esto podría atenuar las reformas. Una diferencia sustancial es el perfil del gabinete presidencial de Sheinbaum que puede ser mas técnico profesional que el de López Obrador, lo cual puede tender a escuchar a especialistas de cada secretaria, y estar más abierta a escuchar.

Durante la campaña, y en el periodo de transición, Claudia Sheinbaum ha seguido al pie de la letra la narrativa obradorista, y es probable que siga la inercia de las reformas en el inicio de su mandato para luego matizarlas y diferenciarse de su antecesor. Asimismo, el contexto de estanflación caracterizado por bajo crecimiento económico y alta inflación, aderezado por un eventual regreso del trumpismo en Estados Unidos podría moderar las reformas anunciadas.