El 47% de la población considera que el PRI nacional es el partido político más corrupto; en contraste, sólo el 7% considera lo mismo del partido MORENA. Éstos son datos arrojados por la encuesta nacional recientemente elaborada por Mexicanos Contra la Corrupción (MCCC) y Grupo Reforma.
Los resultados fueron publicados el pasado 20 de abril. Justo ese día se realizó el primer debate entre las candidatas por la gubernatura del Estado de México, Delfina Gómez y Alejandra del Moral. El Instituto Electoral del Estado de México coordinó el encuentro, pues es el órgano que por ley debe realizar “dos debates obligatorios entre todos los candidatos a Gobernador”.
Uno de los temas abordados en este primer ejercicio fue el combate a la corrupción, un tema toral para la próxima administración en el Estado de México. La hora que duró el encuentro fue insuficiente para que las candidatas explicaran a detalle sus planteamientos en un tema tan complejo. Lo anterior, debido al formato del debate, pero también por las estrategias desplegadas por las candidatas a lo largo del mismo.
Queda la percepción que fue una oportunidad perdida por parte de Alejandra del Moral para explicar al público cómo va a erradicar la corrupción en el Estado de México. Llama la atención que en su página electrónica tampoco se encuentra alguna propuesta para enfrentar la corrupción y la impunidad en la entidad.
Por su parte, la candidata de la Alianza “Juntos Hacemos Historia”, integrada por Morena, PT y PVEM mencionó algunas propuestas concretas para combatir tal flagelo, como son erradicar el clientelismo en los programas sociales, políticas públicas transparentes y fortalecer el sistema estatal anticorrupción. Sobre esto último destaca que considere este sistema como parte de las medidas para paliar la corrupción, cuando a nivel nacional los legisladores están discutiendo eliminar la Secretaría del Sistema Nacional Anticorrupción.
La propuesta más interesante para combatir la corrupción vino de parte de Delfina Gómez, con el tema de gobierno digital. La propuesta no es nueva pero su potencial ha sido poco aprovechado en la administración pública estatal. Sólo una estrategia digital transversal puede hacer posible un monitoreo real y oportuno de todos los recursos públicos que se gastan en la entidad, a la vez que haría más simples los trámites a la ciudadanía.