La mayoría de los mexicanos han experimentado el mal gobierno del Estado de México a través del presidente más corrupto de la historia moderna de México - Enrique Peña Nieto. Peña encarnó el estilo mexiquense de la simulación y el enriquecimiento ilícito a través de su sexenio y de todos los fraudes cometidos por sus golden boys. Sin embargo, es necesario contar la historia desde adentro y de la importancia que tiene desterrar el mal gobierno del Estado de México para los mexiquenses y para los mexicanos en general. Como dice nuestro Presidente, es vital hacer memoria sobre todo para los más jóvenes o para aquellos que no conocen esta historia.
Sobre el Estado de México ha existido una pesada loza. Los mexiquenses, acostumbrados a ser el motor de la economía del Valle de México y el fiel de la balanza en 3 de las 4 elecciones a presidente del México moderno, hemos sido acostumbrados a aceptar realidades terribles durante más de 90 años.
Los últimos 20 años, el Estado de México ha estado por encima de la media nacional de delitos y los mexiquenses se han visto obligados a mirar al otro con desconfianza. Ser el estado con la segunda economía más grande del país no ha beneficiado a sus habitantes - la pobreza y la marginación están presentes en gran parte de nuestro estado, lo que ha hecho a las grandes masas trabajadoras del Estado de México blanco frecuente de extorsionadores políticos - así construyó su poder Antorcha Campesina, cobrando a la gente 5 pesos por asistir a juntas y cobrándoles más con asistencias a mítines del PRI con la promesa de darles una vivienda.
La resignación fue profunda en nuestro pueblo - el cambio sucedió en casi todo el país pero en nuestro Estado, la aristocracia del Mazo se impuso, con los métodos que ya describí y otros aún peores. Sin embargo, podemos rechazar esta pesada herencia. Para ello los jóvenes deberemos trabajar dos veces más fuerte para convencer a aquellas personas que han sido empujadas a la resignación por las terribles condiciones de vida que ha creado el PRI en nuestro estado por décadas.
Para ello, nos toca formar una nueva cultura política más popular y democrática, alejada de las violentas relaciones de corrupción, de extorsión y de movilización forzada que se han enraizado en la cultura política de nuestro estado.
Confío en que sabremos dar el mejor de estos ejemplos ya que hemos contribuido a movilizaciones en varias otras partes de la república, incluso allí en dónde los cambios parecían imposibles han llegado como en Hidalgo, estado con una loza casi tan pesada como la nuestra.
En el Estado de México vamos a desterrar la pesada herencia de políticos cuyos nexos familiares y de amistad eran lo único que les permitía acceder al poder y enriquecerse. Las juventudes obradoristas tenemos experiencias diferentes de organización, tenemos relaciones de solidaridad con nuestros compañeros y caminando las calles de varias ciudades y estados de la república hemos logrado materializar la Cuarta Transformación. Hemos creado maneras de hacer política lejos de la subordinación, la extorsión y los delitos electorales que son el sustento de la continuidad del régimen del pasado en el Estado de México.
Esta es la cultura política que vamos a difundir, estas son las batallas que daremos con nuestros referentes como Horacio Duarte, excelente funcionario y desde los inicios del movimiento, el abogado del presidente en aquellos tiempos difíciles en donde la victoria era todavía una ilusión lejana. Con esa congruencia e historia de militancia, vamos a recorrer nuestro estado y nos vamos a multiplicar, por cientos, por miles.
Ello nos permitirá llevar a la Maestra Delfina Gómez a la gubernatura del Estado de México y rectificar la injusticia de la elección anterior que tuvo los dados cargados y cuyos resultados lastimaron tanto a nuestra gente. Con esta nueva práctica política podremos dar un ejemplo de que, en todos los rincones del país, incluyendo nuestro estado, se ha podido desterrar la pesada herencia que ha dejado el PRI y su estela de corrupción y mal gobierno.
En el Estado de México los jóvenes también podremos alegrarnos cuando el triunfo llegue de la mano de quienes han luchado junto a nuestro presidente por décadas, pero también de quienes estamos convencidos de que no vamos a dejar qué el grupo Atlacomulco nos robe el futuro y siga engañando y robando, cómo engañó y robó durante la presidencia de Enrique Peña Nieto.