/ lunes 29 de julio de 2024

Línea y advertencia a los diputados

La gobernadora Delfina Gómez Álvarez convocó el pasado jueves a los diputados electos locales y federales que integraron la coalición Sigamos haciendo historia en el Estado de México a una reunión oficial en la sede del Poder Ejecutivo estatal y aunque faltaron varios de ellos (no se sabe si por voluntad propia o porque no se les convocó) el hecho en sí dio para mucho qué pensar sobre lo que está pasando con los grupos del oficialismo tanto en el Legislativo como en el Ejecutivo estatal.

En primer lugar, hay que decir que la gobernadora ya había tenido, al menos, dos reuniones previas con los legisladores, la primera de ellas, según se supo, en el conjunto Sedagro, en Metepec; los diputados habían sido convocados para “una reunión de trabajo” a las 11:00 de la mañana, pero Gómez Álvarez no apareció sino hasta alrededor de las 13:00 y no precisamente para una sesión de trabajo, más bien por una especie de festejo por el triunfo en las urnas con comida y bebida incluidos.

La segunda reunión se llevó a cabo en Tecámac, en esa hubo un poco más de cuidado y discreción respecto a las formas, pero en cuanto al fondo se corrió la voz que el objetivo era sondear a los diputados respecto a su posición en cuanto a quién encabezará la bancada morenista en la la Legislatura local e ir deslizando su propuesta de que sea Francisco Vázquez en quien recaiga esa responsabilidad; cuentan los que ahí estuvieron que la respuesta no fue tan positiva como se esperaba.

Con estos antecedentes, la reunión del jueves en Palacio de Gobierno se convertiría en la primera oficial entre la gobernadora y los legisladores electos del bloque oficialista (partidos Morena, Verde y del Trabajo) y se justificó con la intención de presentarles el Plan de Desarrollo 2023-2029. Ahora sí revisemos todo lo que se dejó ver con este evento en el que, quizás sin intención o quizás con toda la intención, surgieron varias cosas interesantes.

Empecemos por lo evidente: El principal objetivo de la reunión fue tirarle línea a los legisladores del grupo oficialista para que atiendan los intereses del gobierno estatal. Por un lado, sí es hacerles saber lo que plantea el Plan de Desarrollo (porque ¿cómo pensar que los futuros diputados mexiquenses fueran responsables y ya lo conocieran? Mejor exhibir que no) pero principalmente hacerles la mención de la aprobación del presupuesto 2025 que ya recaerá en su entera responsabilidad.

Vaya manera de demostrar que los tiempos cambian, los nombres de los partidos pueden ser otros, pero las costumbres se mantienen. Atrás quedaron los discursos de la libertad y autonomía de los legisladores; por el contrario, nada mejor que la vieja y tradicional práctica de la añeja política mexicana en la que el titular del Ejecutivo le impone a los representantes del Legislativo los temas que deben atender en su agenda, asumiéndose como su jefe directo y qué mejor que hacerlo, incluso, antes que asuman el cargo.

Quizás por eso no acudieron todos los legisladores del grupo; hicieron falta varios verdes eruvielistas encabezados por su líder, el exgobernador mexiquense que, por más que hace para demostrar que ahora está sumado con la 4T, simplemente el bloque morenista no lo acepta; ya lo vimos con las declaraciones de la entonces candidata Claudia Sheinbaum respecto a que podrá haberse sumado, pero no será parte, y ahora con su notoria ausencia en la reunión con la mandataria estatal queda demostrado.

Hablando de ausencias, también fue notoria la del grupo del exalcalde de Ecatepec, Fernando Vilchis Contreras, que en reacción a que le negaron la posibilidad de poner a su esposa como candidata de Morena para suplirlo, decidió pasarse a las filas del Partido del Trabajo junto con su grupo que, ahora, se ve entre la disyuntiva de seguir bajo su liderazgo en el PT, que está en pleno proceso de recomposición política en la entidad, o de plano continuar en Morena por cuenta propia.

Con estos dos antecedentes, que pueden ser la punta del iceberg de las condiciones en que se encuentra el oficialismo en la entidad, se entiende entonces el llamado a la unidad y a evitar las divisiones al interior de las bancadas de Morena, PVEM y PT; no solo para que hagan valer su aplastante mayoría en la Legislatura local, sino también para que el Ejecutivo regrese a esos “hermosos y bellos tiempos” en los que no había necesidad de negociar y solo se necesitaba dar instrucciones de un Poder a otro.

La solicitud de unidad no es un tema menor: Solo se pide aquello que no se tiene y, bajo esta lógica, se hace evidente que existe nerviosismo respecto a si los legisladores del bloque oficialista mantendrán la unidad en los temas prioritarios para el Ejecutivo estatal o se generará un grupo interno de presión que obligue a la negociación para sacar esos asuntos y le complique la vida a la administración actual.

Algo menos obvio pero visible detrás de estos hechos es la confirmación de los rumores que circulan en las oficinas de Lerdo 300 respecto a la existencia de una división, cada vez más marcada, en el equipo de la actual administración; por un lado, la gente del secretario general de Gobierno, Horacio Duarte, por otro el de la gobernadora, Delfina Gómez, y un tercero conformado por quienes se integraron por petición/instrucciones de Palacio Nacional.

El evento fue organizado/convocado por la Secretaría General de Gobierno y aunque implicaba una reunión del Ejecutivo con los futuros diputados, no fue considerado ningún otro secretario del gabinete; nadie que pudiera robarle cámara al organizador. Además, se hizo evidente lo ya sabido en el círculo rojo: que el equipo de comunicación social del gobierno estatal no trabaja para Delfina sino para Horacio, pues el comunicado institucional oficial sobre la reunión no buscó destacar la acción de la mandataria sino la participación y organización del secretario.

Hay que agradecer la realización de este evento que resultó bastante ilustrativo respecto a lo que está pasando y lo que están pensando tanto al interior del bloque oficialista en las legislaturas local y federal como en el gobierno mexiquense, donde la salida del exsecretario de Seguridad, Andrés Andrade, desató la andanada de rumores e incertidumbres respecto al control del gobierno que empiezan a ganarle a esta administración el mote de “gabinete Montesori” donde cada quien hace lo que quiere mientras la maestra solo guía pero sin decir qué hacer o cómo hacerlo o qué espera de su gobierno.

La gobernadora Delfina Gómez Álvarez convocó el pasado jueves a los diputados electos locales y federales que integraron la coalición Sigamos haciendo historia en el Estado de México a una reunión oficial en la sede del Poder Ejecutivo estatal y aunque faltaron varios de ellos (no se sabe si por voluntad propia o porque no se les convocó) el hecho en sí dio para mucho qué pensar sobre lo que está pasando con los grupos del oficialismo tanto en el Legislativo como en el Ejecutivo estatal.

En primer lugar, hay que decir que la gobernadora ya había tenido, al menos, dos reuniones previas con los legisladores, la primera de ellas, según se supo, en el conjunto Sedagro, en Metepec; los diputados habían sido convocados para “una reunión de trabajo” a las 11:00 de la mañana, pero Gómez Álvarez no apareció sino hasta alrededor de las 13:00 y no precisamente para una sesión de trabajo, más bien por una especie de festejo por el triunfo en las urnas con comida y bebida incluidos.

La segunda reunión se llevó a cabo en Tecámac, en esa hubo un poco más de cuidado y discreción respecto a las formas, pero en cuanto al fondo se corrió la voz que el objetivo era sondear a los diputados respecto a su posición en cuanto a quién encabezará la bancada morenista en la la Legislatura local e ir deslizando su propuesta de que sea Francisco Vázquez en quien recaiga esa responsabilidad; cuentan los que ahí estuvieron que la respuesta no fue tan positiva como se esperaba.

Con estos antecedentes, la reunión del jueves en Palacio de Gobierno se convertiría en la primera oficial entre la gobernadora y los legisladores electos del bloque oficialista (partidos Morena, Verde y del Trabajo) y se justificó con la intención de presentarles el Plan de Desarrollo 2023-2029. Ahora sí revisemos todo lo que se dejó ver con este evento en el que, quizás sin intención o quizás con toda la intención, surgieron varias cosas interesantes.

Empecemos por lo evidente: El principal objetivo de la reunión fue tirarle línea a los legisladores del grupo oficialista para que atiendan los intereses del gobierno estatal. Por un lado, sí es hacerles saber lo que plantea el Plan de Desarrollo (porque ¿cómo pensar que los futuros diputados mexiquenses fueran responsables y ya lo conocieran? Mejor exhibir que no) pero principalmente hacerles la mención de la aprobación del presupuesto 2025 que ya recaerá en su entera responsabilidad.

Vaya manera de demostrar que los tiempos cambian, los nombres de los partidos pueden ser otros, pero las costumbres se mantienen. Atrás quedaron los discursos de la libertad y autonomía de los legisladores; por el contrario, nada mejor que la vieja y tradicional práctica de la añeja política mexicana en la que el titular del Ejecutivo le impone a los representantes del Legislativo los temas que deben atender en su agenda, asumiéndose como su jefe directo y qué mejor que hacerlo, incluso, antes que asuman el cargo.

Quizás por eso no acudieron todos los legisladores del grupo; hicieron falta varios verdes eruvielistas encabezados por su líder, el exgobernador mexiquense que, por más que hace para demostrar que ahora está sumado con la 4T, simplemente el bloque morenista no lo acepta; ya lo vimos con las declaraciones de la entonces candidata Claudia Sheinbaum respecto a que podrá haberse sumado, pero no será parte, y ahora con su notoria ausencia en la reunión con la mandataria estatal queda demostrado.

Hablando de ausencias, también fue notoria la del grupo del exalcalde de Ecatepec, Fernando Vilchis Contreras, que en reacción a que le negaron la posibilidad de poner a su esposa como candidata de Morena para suplirlo, decidió pasarse a las filas del Partido del Trabajo junto con su grupo que, ahora, se ve entre la disyuntiva de seguir bajo su liderazgo en el PT, que está en pleno proceso de recomposición política en la entidad, o de plano continuar en Morena por cuenta propia.

Con estos dos antecedentes, que pueden ser la punta del iceberg de las condiciones en que se encuentra el oficialismo en la entidad, se entiende entonces el llamado a la unidad y a evitar las divisiones al interior de las bancadas de Morena, PVEM y PT; no solo para que hagan valer su aplastante mayoría en la Legislatura local, sino también para que el Ejecutivo regrese a esos “hermosos y bellos tiempos” en los que no había necesidad de negociar y solo se necesitaba dar instrucciones de un Poder a otro.

La solicitud de unidad no es un tema menor: Solo se pide aquello que no se tiene y, bajo esta lógica, se hace evidente que existe nerviosismo respecto a si los legisladores del bloque oficialista mantendrán la unidad en los temas prioritarios para el Ejecutivo estatal o se generará un grupo interno de presión que obligue a la negociación para sacar esos asuntos y le complique la vida a la administración actual.

Algo menos obvio pero visible detrás de estos hechos es la confirmación de los rumores que circulan en las oficinas de Lerdo 300 respecto a la existencia de una división, cada vez más marcada, en el equipo de la actual administración; por un lado, la gente del secretario general de Gobierno, Horacio Duarte, por otro el de la gobernadora, Delfina Gómez, y un tercero conformado por quienes se integraron por petición/instrucciones de Palacio Nacional.

El evento fue organizado/convocado por la Secretaría General de Gobierno y aunque implicaba una reunión del Ejecutivo con los futuros diputados, no fue considerado ningún otro secretario del gabinete; nadie que pudiera robarle cámara al organizador. Además, se hizo evidente lo ya sabido en el círculo rojo: que el equipo de comunicación social del gobierno estatal no trabaja para Delfina sino para Horacio, pues el comunicado institucional oficial sobre la reunión no buscó destacar la acción de la mandataria sino la participación y organización del secretario.

Hay que agradecer la realización de este evento que resultó bastante ilustrativo respecto a lo que está pasando y lo que están pensando tanto al interior del bloque oficialista en las legislaturas local y federal como en el gobierno mexiquense, donde la salida del exsecretario de Seguridad, Andrés Andrade, desató la andanada de rumores e incertidumbres respecto al control del gobierno que empiezan a ganarle a esta administración el mote de “gabinete Montesori” donde cada quien hace lo que quiere mientras la maestra solo guía pero sin decir qué hacer o cómo hacerlo o qué espera de su gobierno.