/ viernes 28 de junio de 2024

Mensajes cruzados: los nuevos cinco de Claudia

La virtual presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, presentó una nueva serie de nombramientos para su gabinete presidencial que entrará en funciones a partir del 1 de octubre; sin embargo, luego de que el anuncio anterior generara tranquilidad, esta nueva revelación vuelve a crear incertidumbre respecto a la relación con administración saliente y la dependencia al presidente Andrés Manuel López Obrador.

En esta ocasión, se anunciaron los titulares de cinco secretarías: Luz Elena González en la Secretaría de Energía, Jesús Esteva Medina en la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transporte, David Kershenobich Stalnikowitz en la Secretaría de Salud, Raquel Buenrostro en la Secretaría de la Función Pública, y Edna Elena Vega en la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano.

Si bien es cierto que la elección de Claudia Sheinbaum como presidenta representa una continuación del proyecto de la Cuarta Transformación iniciado por Andrés Manuel López Obrador, también lo es que en cierto sectores se espera que esta continuación no represente una dependencia y que se tenga un estilo diferente de hacer las cosas, sobre todo en temas como torales como economía, política y lucha contra la corrupción.

Por esto llama la atención que en la Secretaría de Energía haya sido nombrada Luz Elena González quien es conocida por su experiencia en administración pública pero sobre todo por su cercanía con Sheinbaum; el puesto que asume es crítico en un momento en que la política energética de México está bajo escrutinio y ha presentado severas fallas, específicamente en materia de electricidad.

La administración actual ha promovido una mayor intervención estatal en el sector energético, priorizando a Pemex y la CFE sobre las empresas privadas incluso dando marcha atrás a avances en la participación de particulares en el sector frenando el crecimiento energético del país por lo que preocupa que esta designación represente una continuación de esta política pues tendría implicaciones directas para la inversión extranjera y la competitividad.

Hoy más que nunca, la gestión de recursos energéticos es crucial para el desarrollo económico del país y para garantizar ciertos niveles de soberanía; sin embargo, la política actual ha generado controversias y tensiones con socios comerciales, particularmente en el marco del T-MEC por lo que genera preocupación un mensaje de continuidad en ese camino y no de apertura a otras opciones.

En la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transporte, Jesús Esteva Medina ha trabajado estrechamente con Sheinbaum y enfrenta el desafío de mejorar la infraestructura del país, una tarea que incluye desde la modernización de carreteras y puertos hasta la expansión y modernización de las redes de telecomunicaciones pues la infraestructura deficiente en ese sector ha sido un obstáculo para el crecimiento económico y la competitividad de México; no obstante hay confianza en que se continuará con era programa de crecimiento de la red de transporte público interestatal que permita opciones reales de conectividad en el país.

En la Secretaría de Salud, el nombramiento de David Kershenobich Stalnikowitz, un destacado médico e investigador, sugiere un enfoque tecnocrático y basado en la ciencia para la gestión de la salud pública, similar al enfoque que se tuvo con los primeros seis nombramientos. La pandemia de COVID-19 reveló debilidades significativas en el sistema de salud mexicano y Kershenobich tendrá la tarea de fortalecer la infraestructura de salud, mejorar el acceso a servicios médicos y enfrentar la crisis de salud mental en tendencia.

Aunado a esto, tendrá que enfrentar un sistema debilitado por la falta de medicamentos, material de curación y salarios decorosos para los profesionales de la salud del sistema público que son una importante y peligrosa herencia de esta administración.

En nombramiento de Raquel Buenrostro en la Secretaría de la Función Pública se basa en construir una imagen de postura firme contra la corrupción pues asume una secretaría clave en la lucha por la transparencia y la rendición de cuentas; no obstante arrastra consigo el haber sido la responsable de la centralización de las compras del sector salud que dio pie al desabasto actual así como la retroceso en la digitalización de los servicios del SAT que dan un contrasentido a la autoadministración por parte de los contribuyentes.

Aunado a ello está cercano de Buenrostro con el actual Presidente, lo que podría abrir la puerta al encubrimiento de ciertas acciones que han sido denunciadas, sobre todo de aquellas en las que se han visto involucrados los hijos del actual mandatario, lo que advierte un tufo de impunidad en esos manejos.

La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano tendrá al frente a Edna Elena Vega quien enfrenta la responsabilidad de abordar uno de los desafíos más complejos de México: el desarrollo agrario y urbano, la desigualdad territorial, el acceso a la vivienda y el desarrollo sostenible son temas críticos que afectan a millones de mexicanos, especialmente a los más vulnerables.

Además de que podría enfrnetar duplicaciones de funciones con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural por lo que sus funciones tendrán que ser muy específicas y trabajar de la mano para atender un campo altamente abandonado que, ahora, podría quedar entrampado en la confusión de los trámites.

Queda claro que con estos nombramientos hay un mensaje de protección a la administración actual y de una preocupante continuidad en temas fundamentales como el energético en donde es de esperar que el desarrollo de proyectos como la Refinería de Dos Bocas o el Tren Maya sigan su curso sin mayores inconvenientes o cambios sustanciales por lo que el mensaje enviado con estos nombramientos podría generar, de nueva cuenta, un impacto negativo en los mercados.

Ante los hechos actuales, es difícil diferenciar la delgada línea entre continuidad y dependencia y eso suma a la incertidumbre sobre lo que representará la administración entrante, no solo para los planes y proyectos de la 4T sino también para atender las necesidades de atender un mercado global y dar certeza a nuestros actuales socios comerciales, específicamente, a los del norte.

La virtual presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, presentó una nueva serie de nombramientos para su gabinete presidencial que entrará en funciones a partir del 1 de octubre; sin embargo, luego de que el anuncio anterior generara tranquilidad, esta nueva revelación vuelve a crear incertidumbre respecto a la relación con administración saliente y la dependencia al presidente Andrés Manuel López Obrador.

En esta ocasión, se anunciaron los titulares de cinco secretarías: Luz Elena González en la Secretaría de Energía, Jesús Esteva Medina en la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transporte, David Kershenobich Stalnikowitz en la Secretaría de Salud, Raquel Buenrostro en la Secretaría de la Función Pública, y Edna Elena Vega en la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano.

Si bien es cierto que la elección de Claudia Sheinbaum como presidenta representa una continuación del proyecto de la Cuarta Transformación iniciado por Andrés Manuel López Obrador, también lo es que en cierto sectores se espera que esta continuación no represente una dependencia y que se tenga un estilo diferente de hacer las cosas, sobre todo en temas como torales como economía, política y lucha contra la corrupción.

Por esto llama la atención que en la Secretaría de Energía haya sido nombrada Luz Elena González quien es conocida por su experiencia en administración pública pero sobre todo por su cercanía con Sheinbaum; el puesto que asume es crítico en un momento en que la política energética de México está bajo escrutinio y ha presentado severas fallas, específicamente en materia de electricidad.

La administración actual ha promovido una mayor intervención estatal en el sector energético, priorizando a Pemex y la CFE sobre las empresas privadas incluso dando marcha atrás a avances en la participación de particulares en el sector frenando el crecimiento energético del país por lo que preocupa que esta designación represente una continuación de esta política pues tendría implicaciones directas para la inversión extranjera y la competitividad.

Hoy más que nunca, la gestión de recursos energéticos es crucial para el desarrollo económico del país y para garantizar ciertos niveles de soberanía; sin embargo, la política actual ha generado controversias y tensiones con socios comerciales, particularmente en el marco del T-MEC por lo que genera preocupación un mensaje de continuidad en ese camino y no de apertura a otras opciones.

En la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transporte, Jesús Esteva Medina ha trabajado estrechamente con Sheinbaum y enfrenta el desafío de mejorar la infraestructura del país, una tarea que incluye desde la modernización de carreteras y puertos hasta la expansión y modernización de las redes de telecomunicaciones pues la infraestructura deficiente en ese sector ha sido un obstáculo para el crecimiento económico y la competitividad de México; no obstante hay confianza en que se continuará con era programa de crecimiento de la red de transporte público interestatal que permita opciones reales de conectividad en el país.

En la Secretaría de Salud, el nombramiento de David Kershenobich Stalnikowitz, un destacado médico e investigador, sugiere un enfoque tecnocrático y basado en la ciencia para la gestión de la salud pública, similar al enfoque que se tuvo con los primeros seis nombramientos. La pandemia de COVID-19 reveló debilidades significativas en el sistema de salud mexicano y Kershenobich tendrá la tarea de fortalecer la infraestructura de salud, mejorar el acceso a servicios médicos y enfrentar la crisis de salud mental en tendencia.

Aunado a esto, tendrá que enfrentar un sistema debilitado por la falta de medicamentos, material de curación y salarios decorosos para los profesionales de la salud del sistema público que son una importante y peligrosa herencia de esta administración.

En nombramiento de Raquel Buenrostro en la Secretaría de la Función Pública se basa en construir una imagen de postura firme contra la corrupción pues asume una secretaría clave en la lucha por la transparencia y la rendición de cuentas; no obstante arrastra consigo el haber sido la responsable de la centralización de las compras del sector salud que dio pie al desabasto actual así como la retroceso en la digitalización de los servicios del SAT que dan un contrasentido a la autoadministración por parte de los contribuyentes.

Aunado a ello está cercano de Buenrostro con el actual Presidente, lo que podría abrir la puerta al encubrimiento de ciertas acciones que han sido denunciadas, sobre todo de aquellas en las que se han visto involucrados los hijos del actual mandatario, lo que advierte un tufo de impunidad en esos manejos.

La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano tendrá al frente a Edna Elena Vega quien enfrenta la responsabilidad de abordar uno de los desafíos más complejos de México: el desarrollo agrario y urbano, la desigualdad territorial, el acceso a la vivienda y el desarrollo sostenible son temas críticos que afectan a millones de mexicanos, especialmente a los más vulnerables.

Además de que podría enfrnetar duplicaciones de funciones con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural por lo que sus funciones tendrán que ser muy específicas y trabajar de la mano para atender un campo altamente abandonado que, ahora, podría quedar entrampado en la confusión de los trámites.

Queda claro que con estos nombramientos hay un mensaje de protección a la administración actual y de una preocupante continuidad en temas fundamentales como el energético en donde es de esperar que el desarrollo de proyectos como la Refinería de Dos Bocas o el Tren Maya sigan su curso sin mayores inconvenientes o cambios sustanciales por lo que el mensaje enviado con estos nombramientos podría generar, de nueva cuenta, un impacto negativo en los mercados.

Ante los hechos actuales, es difícil diferenciar la delgada línea entre continuidad y dependencia y eso suma a la incertidumbre sobre lo que representará la administración entrante, no solo para los planes y proyectos de la 4T sino también para atender las necesidades de atender un mercado global y dar certeza a nuestros actuales socios comerciales, específicamente, a los del norte.