En gran parte de nuestro país celebramos y vemos con ilusión la llegada de la temporada de ciclones en el Pacífico y el Atlántico, ya que, gracias a que estos fenómenos naturales, numerosas regiones de México han podido subsanar con las lluvias, las largas temporadas de estiaje y sequía que hemos venido padeciendo.
Pero, pese a lo que debiera significar buenas noticias, de acuerdo a un análisis realizado por el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), las lluvias llegaron tarde y debido a la intensa sequía que afectó a gran parte del país en los primeros meses de 2024, la cosecha de varios productos observa disminuciones importantes.
En lo que respecta a la siembra total del ciclo otoño-invierno 2023-2024, ésta disminuyó 9 por ciento frente al mismo periodo de 2022-2023; mientras la producción de granos, hortalizas y frutas cayó 7 por ciento durante el mismo lapso. En lo que respecta a la producción de maíz, base de la alimentación en México, este producto mostró una disminución de 33 por ciento, el sorgo uno por ciento y el trigo 27 por ciento.
Sobre la cosecha de primavera-verano 2024, se observa un déficit total de siembras de 2 por ciento; en el caso del maíz observó una reducción de 0.3 por ciento; sorgo, 14 por ciento, y frijol 9 por ciento. En lo que se refiere a la extensión total, en el caso del maíz, se han sembrado 4 mil hectáreas menos que el año pasado, una diferencia de 0.3 por ciento. Para frijol se sembraron 75 mil hectáreas, 9 por ciento menos del avance que se tenía para el mismo periodo del año anterior.
A partir de estos datos poco alentadores, se puede pronosticar que la sequía no tendrá efectos inmediatos en la economía, sino hasta agosto en que se dé la cosecha; por lo que, a partir de esta fecha deberemos esperar los datos que se generen, así como a los efectos que la sequía tendrá en los bolsillos de las personas por el efecto inflacionario que tendrá ante la falta de acciones preventivas ante este escenario climático.
En los datos más recientes, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que los precios al consumidor durante la 1era quincena de junio, la inflación general se ubicó en 4.8% anual, mientras que, la inflación subyacente se ubicó en 4.2% anual. Destaca el hecho de que algunos precios se han acelerado, entre ellos, los precios del sector servicios y de los productos agropecuarios, por lo que se espera una inflación a finales de año de 4.5 por ciento.
Frente a estos desafíos, tanto autoridades como ciudadanía, debemos prever los productos que se encarecerán en el mercado por la existencia limitada de ciertos productos, que, como pudimos ver, no tendrán los niveles de producción vistos en otros años a partir de los meses de agosto y septiembre.
Los efectos negativos en la economía por la falta de agua y prevención en los mercados, nos jugará una mala pasada que impactará en nuestros bolsillos. El cambio climático es una realidad, por lo que un cambio hacia la prevención será fundamental en todos los sectores productivos del país.
Lic. Gilberto Javier Sauza Martínez / Vicepresidente de CONCAEM
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