A raíz de las diversas problemáticas económicas y sociales que se presentan en la entidad, así como en el país, una mayor cantidad de personas tienen dificultades para acceder a beneficios y caen en condiciones de pobreza que restringen sus opciones de desarrollo.
De acuerdo con el último reporte del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en el Estado de México un 42.9 por ciento de la población se encuentra en situación de pobreza, lo que se traduce en más de 7.4 millones de mexiquenses; de estos, 6 por ciento se encuentra en pobreza extrema, mientras que con ingreso inferior a la línea de pobreza extrema se ubica un 12.1 por ciento.
Esto ha llevado a que dentro de nuestra entidad las autoridades hayan promovido la ejecución de un proyecto dirigido a fomentar el autoempleo para atender de manera oportuna a la población mexiquense que por alguna situación ha caído en condiciones de pobreza y requiere de opciones de desarrollo.
A través del autoempleo las personalidades desarrollan opciones de trabajo por cuenta propia, es decir, la persona trabaja para sí misma, con lo que la persona es responsable de la generación de sus propios ingresos.
Sin embargo, al analizar las medidas que las autoridades estatales han venido realizando para promover el desarrollo del empleo entre las y los mexiquenses, ubicamos varias similitudes entre este plan y una estrategia basada en implementar sociedades cooperativas a lo largo del territorio estatal.
Pero basándonos en esta primera observación a esta estrategia estatal, debemos señalar que una sociedad cooperativa opera como una organización social integrada por personas físicas con base en intereses comunes y en los principios de solidaridad, esfuerzo propio y ayuda mutua, con el propósito de satisfacer necesidades individuales y colectivas, a través de la realización de actividades económicas de producción, distribución y consumo de bienes y servicios.
Si bien, el reto es fundamental porque no sólo se trata de incentivar a la sociedad en trabajar en un beneficio común, resulta estratégico enseñar a generar estructuras económicas consolidadas para con ello entregar buenos resultados y avanzar en proyectos aún más sólidos y con mayores rendimientos.
En la actualidad, las cooperativas generan ingresos por aproximadamente 2 mil 35 billones de dólares anuales y emplean al 10 por ciento de la población mundial activa, es decir, 280 millones de personas a nivel mundial.
Por lo que resultará estratégico que las autoridades generen estructuras o se les faciliten figuras que regulen su operación; las posibilidades de éxito son altas si se cuenta con un plan integral que promueva su correcta operación, por lo que difundir los beneficios de esta práctica entre la población es quizá la tarea más complicada por realizar.
Lic. Gilberto Javier Sauza Martínez / Vicepresidente de CONCAEM
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