De acuerdo con información oficial, durante la jornada electoral de este 2 de junio, en todo México se logró la instalación de un 99 por ciento del total de casillas programadas para esta elección en la que se eligieron poco más de 20 mil cargos en las 32 entidades del país, así como la presidencia de la república.
Y tras el cierre de los espacios de votación, en el que resultó fundamental la participación de la ciudadanía como electores, observadores o como integrantes de las mesas directivas de casilla, pudimos ser testigos de una victoria contundente por parte del partido que actualmente encabeza el ejecutivo federal, y que ahora, de acuerdo a los resultados preliminares, tendrá mayoría dentro de las cámaras de diputados y de senadores, así como la titularidad en 25 de las 32 entidades federativas, mientras que por 6 años más, conducirá la presidencia de la república.
Destaca el hecho que, dentro de estas votaciones, aunque pudimos ver largas filas en los sitios que acogieron las casillas; el indicador de participación ciudadana para la elección presidencial fue de entre 60 y 61.5 por ciento.
Tras estos datos, quedó claro cómo el oficialismo y el partido Morena han sabido captar y entender perfectamente que el país no sólo se construye con la venía de las clases media y alta, como lo han manifestado en diferentes ocasiones los partidos de oposición. El partido ganador en estas elecciones, así como sus aliados, han puesto en marcha un plan en dónde el voto de la población más necesitada tiene el mismo espacio de representación y se le asigna el mismo valor que el de las clases media y alta.
Desde hace algunos años, candidatas y candidatos del partido oficial, han venido construyendo un puente de comunicación hacia la población con menos recursos con sus políticas, sus acciones y mensajes que empatan con las necesidades que históricamente ha manifestado este sector y no tuvieron el eco necesario en los partidos gobernantes en años previos.
Otro hecho de facto, fue la enorme movilización que de forma voluntaria la ciudadanía realizó para acudir a las casillas y ejercer su derecho al voto; sin embargo, a pesar de que hombres y mujeres acudimos de manera puntual a la cita, se registraron importantes deficiencias en la logística de votación tanto del Instituto Nacional Electoral (INE), como del Instituto Electoral del Estado de México. Lo que se tradujo en largas filas por la deficiente capacitación brindada a los funcionarios de casillas, que, pese a esto, dieron su máximo esfuerzo para garantizar elecciones ordenadas, limpias y transparentes.
Lamentablemente, hoy debemos señalar que las instituciones garantes del voto y la democracia no se comportaron a la altura de una ciudadanía ávida de participar. Pudimos darnos cuenta que existen instituciones a las cuáles la austeridad les afecta de manera importante y los órganos electorales son muestra de ello.
Desde este espacio, mi reconocimiento a cada mexicano y mexicano que desde su trinchera participó en la construcción de un país más democrático; más que nunca, se requiere de una participación activa de cada uno de los sectores que lo integran. México necesita ciudadanos participativos y que demanden instituciones sólidas y comprometidas con el desarrollo de esta gran nación.
Lic. Gilberto Javier Sauza Martínez / Vicepresidente de CONCAEM
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