El Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), mejor conocida como la prueba PISA, tiene como objetivo medir la capacidad de las y los alumnos de 15 años para utilizar sus conocimientos y habilidades de lectura, matemáticas y ciencias para afrontar los retos de la vida real.
Gracias a los datos que arroja, PISA proporciona una plataforma global para comparar las habilidades de los estudiantes en Lectura, Matemáticas y Ciencias, monitorear el progreso en los resultados del aprendizaje, y ayudar a abordar las disparidades entre diferentes grupos de la población; destaca el hecho de que nuestro país ha participado en todas las rondas de PISA desde el año 2000, y para 2025, PISA contará con 91 naciones participantes, incluyendo 13 países latinoamericanos, como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Paraguay, Perú y Uruguay.
Sin embargo, de acuerdo al director de Educación y Competencias y asesor especial sobre Política Educativa del secretario general de OCDE, Andreas Schleicher, nuestro país no ha realizado los estudios necesarios para aplicar la prueba PISA en 2025, por lo que se ha solicitado la intervención inmediata de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) para evitar que México quede excluido de esta prueba internacional.
Además de las reacciones que han expuesto organizaciones de la sociedad, miembros del poder legislativo y algunos partidos políticos frente a este posible retroceso en materia educativa, como miembros del sector económico vemos con preocupación que la autoridad federal no haya tomado las medidas pertinentes para poder ejecutar en tiempo y forma la prueba PISA en las aulas mexicanas.
Desde el sector productivo consideramos que, sin importar el área de la que se trate, es fundamental contar con mediciones y resultados con los que se puedan tomar decisiones que favorezcan el crecimiento y bienestar de la población. Y en materia educativa, favorecer el aprendizaje de las y los alumnos será crítico para su desarrollo profesional; tan sólo basta señalar que en diciembre pasado la OCDE publicó los resultados de México en la prueba PISA y se registró un nulo avance en la última década en las áreas de matemáticas, lectura y ciencias.
Desde hoy señalamos que no mantener a México dentro de la prueba PISA sería un grave error con repercusiones en el corto, mediano y largo plazo; la educación nos permite contar con mayores oportunidades y generar una menor disparidad entre las personas. La educación le permite al sector económico contar con personal más capacitado con una menor curva de aprendizaje con lo que se genera un círculo virtuoso en la contratación y en la generación de eficiencia, riqueza y bienestar social para todas y todos.
En la última prueba realizada, México se colocó en el lugar 35 entre los 37 países miembros de la OCDE que fueron evaluados, por lo que los adjetivos negativos y las descalificaciones no caben en una medición que brinda herramientas a las personas en su futuro profesional y contribuye al mejor desarrollo de las personas.
Lic. Gilberto Javier Sauza Martínez / Vicepresidente de CONCAEM
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