Sin importar la nación a la que hagamos referencia, las autoridades constituidas como el poder ejecutivo dentro de los países democráticos, han de velar siempre por los intereses de su ciudadanía, poniendo como prioridad el proteger y generar las condiciones que favorezcan el bienestar de toda la población.
Para responder a ello, los representantes del poder ejecutivo han de establecer medidas, reglas y leyes que contribuyan al desarrollo de los sectores productivos de las naciones; en este sentido, México informó dentro del Diario Oficial de la Federación (DOF) que a partir del 23 de abril se imponen aranceles temporales de entre el 5 y 50 por ciento a la importación de 544 fracciones arancelarias a productos originarios de China y países con los que no se tenga tratado comercial.
Algunos de los productos que serán causa de gravamen para ingresar al territorio nacional serán el acero, aluminio, textiles, confección, calzado, madera, plástico y sus manufacturas, productos químicos, papel y cartón, productos cerámicos, vidrio y sus manufacturas, material eléctrico, material de transporte, instrumentos musicales, muebles, etc.
La medida, de acuerdo a las autoridades se debe a la creciente implementación de nuevos modelos comerciales a nivel mundial, como es el nearshoring, así como el poder ofrecer certidumbre y condiciones de mercado justas a los sectores de la industria nacional que enfrentan situaciones de vulnerabilidad, derivado de las prácticas que alteran y afectan el comercio internacional y, así fomentar el desarrollo de la industria nacional y apoyar el mercado interno.
Si bien, se trata de una medida que expirará el 23 de abril de 2026, es decir tiene una vigencia de sólo 2 años, resultó sorpresiva para diversos integrantes del sector productivo, representantes del poder legislativo y ciudadanía en general ya que no se tenía previsto el inicio de una medida de este tipo en el país.
Ante la puesta en marcha de estos aranceles temporales, vale la pena cuestionar si esta medida fue analizada a detalle y con datos duros, ya que se tiene el riesgo latente de afectar de manera directa en el consumo al tratarse de una medida protectora para el mercado interno. Aunque pudiera parecer que es un apoyo directo para el sector y la ciudadanía, puede resultar nociva si no se analizó la capacidad del mercado para cubrir la demanda; de no contar con suficiencia de productos se producirá irremediablemente un efecto inflacionario ante la carencia de productos.
Como ciudadanía e integrantes del sector económico, apelamos a que el gobierno federal no se haya enfocado en realizar una medida proteccionista al mercado y se haya desarrollado un análisis profundo de las causas, los beneficios y los efectos.
Desde ya, estaremos atentos y dentro de estas líneas daremos seguimiento a los escenarios que pueden presentarse en el futuro, el riesgo de una inflación mayor a la pronosticada por el Banco de México salta a la vista. La alerta fue enviada, buena parte de los productos con nuevos aranceles se relacionan a la industria de la construcción, favorecen el desarrollo de infraestructura y por ende, a la creación de riqueza en el país.
Lic. Gilberto Javier Sauza Martínez / Vicepresidente de CONCAEM
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