Todo parece indicar que la tregua postelectoral ha terminado en Morena y los grupos internos del partido están a todo lo que dan para hacerse de posiciones clave que les permitan no solo operar con tranquilidad los temas que sean de su interés sino que, también, el tener un elemento de negociación obligatorio para poder llevar a cabo las acciones necesarias para el gobierno o. simplemente, para el cumplimiento de los compromisos contraídos.
Ya desde hace unos días se había hecho evidente el inicio del mismo “modus operandi” que funcionó para eliminar del gabinete al exsecretario de Seguridad, Andrés Andrade Tellez, pero ahora en contra de la secretaria de Finanzas, Paulina Moreno García; de nueva cuenta las intrigas palaciegas que hacen llegar rumores provenientes de “fuentes muy confiables” a columnas afines a estos objetivos y que ahora tienen la misma tónica pero diferente protagonista.
Andrés Andrade y Paulina Moreno se vieron involucrados en la filtración de un video a principios de año, por ahí del mes de febrero, en el que se les implicaba en presuntos actos de corrupción, siendo además un material que se hacía pasar pro una investigación de un diario nacional que denunció la falsedad del material; los dos titulares involucrados también denunciaron la falsificación e incluso presentaron una denuncia en la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) que, según se sabe, duerme el sueño de los (in)justos en algún cajón del nuevo búnker de la capital mexiquense.
Sin embargo, teniendo la posibilidad, el equipo, la capacidad y el conocimiento (recordemos que Andrés Andrade trabajó en el Centro Nacional de Inteligencia —CNI y antes CISEN—) el ex secretario de Seguridad encargó a la policía cibernética de las dependencia a su cargo realizar la investigación que descubrió que el origen del material apócrifo era “una oficina del segundo piso de Lerdo 300 junto a la de la gobernadora”, forma que usaban quienes conocían del tema para apuntar a la oficina de la Secretaría General de Gobierno pero cuidando “las formas” que, eso sí, nunca pasan de moda.
Las mismas “fuentes muy confiables” aseguraban que hubo un llamado de atención a ambos secretarios involucrados en este escándalo: Andrés Andrade y Horacio Duarte, pero solo uno de ellos habría hecho caso de la instrucción mientras el otro mantuvo la estrategia mediática a través de deslizar entre columnistas “amigos” rumores de malestar por la supuesta falta de resultados en materia de seguridad pese a que los datos oficiales de instituciones como el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública indicaban lo contrario, que la inseguridad iba a la abaja y que las acciones comenzaban a dar resultados.
De la misma manera ahora se deslizan rumores similares pero en contra de la otra involucrada en aquellos videos, la secretaria de Finanzas, acusando que por sus decisiones se está deteniendo la acción del gobierno estatal y, de nueva cuenta, asegurando que hay un supuesto malestar de la gobernadora con la secretaria; aunque, al igual que con Andrade Tellez la mandataria se ha mostrado muy amable y hasta contenta junto a Moreno García.
Esta serie de intrigas palaciegas tienen por trasfondo, según cuentan en las filas del morenismo, una pugna por el control de la administración estatal entre el Horacio Duarte y Delfina Gómez, en donde el secretario busca sacar a quienes se encuentran en posiciones clave para poder operar sus planes para lo que resta de la administración y le permitan posicionarse como el candidato lógico y único para la sucesión estatal.
Para seguir con la trama las filtraciones ahora van en la dirección de generar la percepción de que la salida de Andrade Téllez fue positiva, como quien trata de convencer a su jefe de que tomó una buena decisión y como tratando de reforzar la estrategia de ataques ahora contra la titular de Finanzas.
Mientras eso ocurre en los pasillos palaciegos de Lerdo 300, entre los diputados electos sigue el jaloneo —bueno, bueno— “las conversaciones” para tratar de sacar al coordinador de la bancada de Morena en la LXII Legislatura entre Paco Vázquez (vinculado a la gobernadora Delfina Gómez) y Maurilio Hernández (relacionado como alfil del senador Higinio Martínez), quienes estarían pugnando por la posición para sus grupos y mantener cierto control del grupo oficialista los próximos tres años.
Los tiempos se acercan, ya estamos en agosto y el reloj no tiene su marcha, ambos bandos se han comprometido a que a mediados de este mes habrá “humo blanco” respecto al tema y que, además, lograrán sacarlo por consenso de todos los diputados electos morenistas con lo que habrá posibilidad de trabajar como bloque, no obstantes se mantendrá el recelo, al menos, en los primeros meses.
En apariencia el grupo del senador sería el más numeroso y más fuerte al momento de una posible votación pero existe la posibilidad de que una alianza entre Gómez Álvarez y Martínez Miranda sea el punto de encuentro en una negociación que conformaría una alianza que, al mismo tiempo le permitiría a la gobernadora llevar en paz y a buen término las intenciones de su gobierno mientras que por el otro generaría un contrapeso que le abriría la puerta de palacio al Senador para poner en orden a Duarte Olivares.
Y ahí se centra el eje del conflicto en Morena. Quienes son cercanos a Higinio Martínez aseguran que no hay ningún sentimiento en contra de la gobernadora, por el contrario, incluso hay cariño hacia ella, no así con el secretario a quien el senador tolera en lo público pero con quien está no solo rota sino dañada la relación.
Mientras tanto en la sede estatal del partido el enfoque de la situación está en mantener a raya a otro que se siente traicionado por Duarte Olivares durante el proceso electoral. Fernando Vilchis está moviendo su estructura al PT (mismo que esta en una pugna interna por la urgente renovación de cuadros y liderazgos) por lo que en el partido están haciendo lo propio para mantener a sus liderazgos en Morena por lo que están al margen de la discusión en la Legislatura.
Así las cosas, parece que al asentarse las aguas tras el turbulento proceso electoral, se empiezan a conformar alianzas que encuentran un mismo personaje en común que se las ha arreglado para enemistarse con muchas actores y que, incluso, se aventó la puntada de rechazar la solicitud de apoyo de la entonces candidata a la Presidencia para su campaña y quien, seguramente, también estaría interesada en cobrarse ese desdén. En fin que las cosas, a pesar de la aparente calma y como diría Galileo; sin embargo, se mueven.