Hace cuatro años en este mismo espacio, escribimos sobre una trabajadora que prestaba sus servicios en una empresa químico-farmacéutica y le diagnosticaron cáncer de mama, pero ella había leído que algunas sustancias que ahí se manejaban, podían producir diversos tipos de cáncer, por lo que al acudir con su médico familiar del IMSS, le pidió, aparte del tratamiento, que su cáncer de mama se calificara como Enfermedad de Trabajo, ante esto el Medico la canalizo a Medicina del Trabajo y ahí le dijeron que en la Tabla de Enfermedades de Trabajo de la Ley Federal del Trabajo, publicada en 1970, no aparecían, en aquel entonces, esas sustancias como causantes de su cáncer de mama, por lo tanto se calificó como Enfermedad General.
Si esta situación se hubiera dado el día de hoy, el cáncer de mama de esta trabajadora o cualquier otro tipo de cáncer, se hubieran podido calificar como Enfermedad de Trabajo, siempre y cuando, estos carcinomas se encuentren considerados en el actualizado grupo de cánceres de origen laboral, de la nueva Tabla de Enfermedades de Trabajo, que, por cierto, estos padecimientos registraron el mayor aumento, al pasar de 4 a 30 canceres laborales.
Esta Tabla, publicada el año pasado, dispone las reformas a los artículos 513 y la Tabla de Enfermedades de Trabajo; 514, y 515, y se adicionan los párrafos segundo y tercero y la Tabla para la Valuación de Incapacidades Permanentes Resultantes de los Riesgos de Trabajo al artículo 513 de la Ley Federal del Trabajo.
Es preciso aclarar que, se deben agotar los protocolos de identificación, por parte de las autoridades competentes, para su determinación como Cáncer Laboral, ya que al no calificarse estos padecimientos como Enfermedad de Trabajo, se coarta el derecho del trabajador, al no recibir todas las prestaciones enunciadas en esta categoría, como el hecho de cobrar su salario íntegro al 100%, desde el primer día de incapacidad (cuando se califica como Enfermedad General se percibe, solamente, el 60% y a partir del cuarto día de incapacidad) pero resulta igual de importante que la fuentes cancerígenas, al no identificarlas como tales, continuaran afectando a más y a más trabajadoras y trabajadores.
Al no existir cifras oficiales sobre el cáncer de mama de origen laboral, consultamos con varias médicas y médicos tratantes y nos comentaron que de cada 100 casos probados de cáncer de mama, más del 50% son trabajadoras retiradas o que aún se encuentran en activo, y de este porcentaje estiman que el 30% contrajeron esta neoplasia en el trabajo.
Con relación al cáncer de mama en el hombre, la Delegación IMSS Poniente Estado de México, detecto 11 casos.
De acuerdo con lo publicado en la página de Upnify, para prevenir el Cáncer de mama en el trabajo, se recomienda: “Programas de Sensibilización y Educación: Las empresas pueden implementar programas de sensibilización y educación sobre la importancia de la detección temprana del cáncer de mama. Esto puede incluir charlas informativas, campañas de concienciación y promoción de mamografías regulares; Promover un estilo de vida saludable, esto incluye la promoción de una dieta equilibrada, la actividad física regular y la reducción del consumo de alcohol y tabaco.
En este orden, es conveniente brindar a los empleados un paquete de beneficios de salud integral que incluya cobertura médica adecuada y acceso a exámenes médicos preventivos; Ofrecer opciones de trabajo flexibles, como la posibilidad de trabajar desde casa o ajustar los horarios de trabajo, puede ayudar a los empleados que enfrentan tratamientos médicos y necesitan tiempo para su recuperación; El diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama pueden ser emocionalmente agotadores. Las empresas pueden ofrecer apoyo emocional a través de programas de asesoramiento o terapia para ayudar a los empleados a lidiar con el estrés y la ansiedad relacionados con la enfermedad.”
*Presidente de la Asociación Nacional para la Promoción, Atención y Defensa de los Usuarios de la Seguridad Social,
(ANPADEUSS, O.S.C.) anpadeuss01@yahoo.com
X(Twitter): @jadiazgalindo
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