La noticia se volvió tendencia inmediatamente y con justa razón: Dante Emiliano, un menor de 12 años, fue baleado en la calle 8 de octubre ubicado en el municipio de Paraíso, Tabasco; el hecho fue captado en video y se viralizó rápidamente gracias a que los medios de comunicación lo replicaron en sus redes sociales, se observa a una persona tratando de ayudare al menor mientras se le escucha decir repetidamente “no me quiero morir”.
En una primera versión, la que circuló en la redes sociales y que replicaron los medios de comunicación, se dijo que Emiliano habría resultado herido al intentar defender a su madre quien, presuntamente, iba a ser víctima de un secuestro.Esta información fue desmentida, posteriormente por la Fiscalía de Justicia del Estado de Tabasco (FJET) que no ha podido indicar cuál fue la razón por la cual el niño de 12 años fue agredido, solo saben que no se trataba de un secuestro.
La versión oficial fue dada a conocer por el propio gobernador de Tabasco, Carlos Manuel Merino Campos, quien en varias entrevistas radiofónicas ha dicho que el menor habría recibido una llamada telefónica antes de salir a la calle donde se encontró con unas personas que estaban a bordo de un automóvil y quienes habrían disparado en su contra.
Según la versión oficial, el menor estaba discutiendo con los ocupantes del vehículo pero la situación habría subido de tono por lo que estos sujetos habrían intentado introducir al menor al coche por la fuerza, sería en este momento que sucedieron los tres disparos que terminaron por cobrar la vida del infante.
Por la razón que haya sido, Emiliano no murió inmediatamente, recibió los primeros auxilios por parte de algunos vecinos que acudieron al lugar para tratar de ayudarlo, el niño logró llegar con vida al Hospital Regional de Petróleos Mexicanos (Pemex) donde, según los reportes de algunos medios tabasqueños, el menor habría fallecido a causa del ataque pero también derivado de la falta de materiales y equipo para su atención.
Mientras la fiscalía tabasqueña trabaja a marchas forzadas para cumplir la promesa del gobernador de que el crimen sería aclarado, la delincuencia organizada parece haber tomado cartas en el asunto. La mañana de este jueves, aparecieron dos cuerpos decapitados y abandonados en distintos puntos del municipio de Comalcalco, vecino de Paraíso, en uno de estos se dejó una cartulina con un mensaje que hacía referencia al “niño de Paraíso”.
Aunque desde Palacio Nacional el tema de la inseguridad se ha tratado de minimizar una y otra vez; lo cierto es que las cifras desmienten cualquier narrativa y el Andrés Manuel López Obrador es ya, y por mucho, el sexenio más violento de este siglo con 187 mil 858 homicidios dolosos superando, incluso, las cifras de los sexenios de Vicente Fox (60 mil 280) y Felipe Calderón (120 mil 463) juntos (180 mil 743) según cifras de la empresa TResearch. Curiosamente los años más violentos han sido 2019 el primero del sexenio (36 mil 661) y 2020 el primer año, oficialmente hablando, de la epidemia de Covid-19 en nuestro país y también el más violento con 36 mil 773 asesinatos.
La polémica estrategia de “abrazos, no balazos” del Presidente solo sirvió para incrementar la violencia en el país que ha llegado a tal grado que en la Ciudad de México, el corazón mismo de la nación se registraron dos atentados con fines de homicidio a personajes de alto perfil (el exsecretario de Seguridad, Omar García Harfuch y el periodista Ciro Gómez Leyva), algo que no se veía en esta entidad desde hace décadas.
El impacto de esta violencia ha permeado también a los procesos electorales, en donde se han registrado ataques mortales a candidatos y candidatas en distintas zonas del territorio nacional y de las que el Estado de México tampoco ha quedado exento aunque sin víctimas fatales aún en nuestra entidad.
Recientemente, la candidata de Morena en el municipio de Santo Tomás de los Plátanos, Teresa Reyes Loza, al sur del Estado de México, renunció a su candidatura asegurando que no existen condiciones de seguridad en esa localidad para participar del proceso electoral; esto después de que se cumplieran 10 días de que su suegro fuera secuestrado en la demarcación.
Y ya que tocamos el tema, este también es el sexenio con mayor número de desapariciones llegando un dato estremecedor: de los 101 mil 324 desaparecidos no localizados desde 1988 hasta la fecha, prácticamente la mitad (48%) han ocurrido en este sexenio; y aunque 2023 ha sido el año con más desapariciones de personas no localizadas con 10 mil 313 caso; en lo que va de 2024 se perfila una tendencia similar o que amenaza superarla con 4 mil 272 casos en los primero cuatro meses.
Después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador dijera que el caso de Emiliano en Tabasco es algo que sus adversarios quieren utilizar para dañar su imagen por el tema electoral, Claudia Hernández Estrada, mamá del menor declaró que al mandatario “se le salió de las manos la delincuencia” dijo que no confiaba en las investigaciones y pidió que no se ensuciará la imagen de su hijo quien estudiaba el primer año de secundaria y quería ser ingeniero, igual que su hermano.
Además de todo está el tema de la atención médica, en el hospital regional de Pemex aseguran que la muerte del menor se debió a que las balas habían tocado órganos vitales y ya nada podían hacer por él, pero la abuela denunció que la ambulancia tardó media hora en llegar al lugar además de que en las redes se menciona que no había los medicamentos y materiales necesarios para su atención; algo que se vuelve acorde con el desabasto que ha imperado en el país desde los primeros meses de este sexenio.
La triste realidad nacional es que los índices de violencia se han disparado, la delincuencia, tanto común como organizada, sigue incrementándose día a día y la gente trata de ajustar su estilo de vida a esta nueva realidad en la que nos encontramos; ya sea no saliendo muy tarde de sus casas, evitando tomar vacaciones en algunos centros turísticos en los que se han dado casos de ataques o hasta incrementando las medidas de seguridad de sus propios domicilios.
Nos guste reconocerlo o no, el grito de ayuda de Emiliano se ha vuelto la manera de pensar de cientos de mexicanos que salen a la calle con la incertidumbre de si regresarán con buen a sus casas y con la misma idea en la cabeza durante todo el día: “no me quiero morir”.