A dos días de que inicie formalmente el proceso electoral federal 2024 en donde se disputarán un sinnúmero de cargos de elección popular en todo el país cobra relevancia el de la Presidencia de la República cuyo proceso previo hay que decirlo, merecerá ser analizado, considerando la anticipación de hechos hoy ya consumados que no forman parte del marco legal vigente y en el que además tampoco hubo exentos de participación.
La lucha electoral por ganar la presidencia de la república pasa también por procesos definitorios nunca antes vistos como lo son las encuestas que son el método por el que han optado tanto el Frente Amplio por México para definir la titularidad del Responsable Nacional para la Construcción del Frente Amplio Opositor, como Morena para determinar a su Coordinador(a) de defensa de la 4T.
En este contexto, por primera vez en México una mujer tiene posibilidades reales de ser la presidenta de la República Mexicana, algo que como mujer veo como una conquista, aunque lamentable han tenido que pasar 200 años para que sea una realidad si consideramos que Guadalupe Victoria fue proclamado primer presidente de México el 10 de octubre de 1824.
El nuestro es un país sumamente machista y patriarcal donde el arribo de las mujeres a los cargos de poder y de toma de decisión han llevado más años que en otros países latinoamericanos, ejemplo de ello son mujeres como Isabel Martínez de Perón en Argentina que fue la primera mujer presidenta de su país en 1974, Violeta Chamorro, la tercera mujer en ocupar la posición de jefa de Estado y jefa de Gobierno en América latina de 1990 a 1997, Mireya Moscoso en Panamá en 1999 o Dilma Rousseff presidenta de Brasil de 2011 a 2016.
El arribo de una mujer al máximo cargo de la nación después de 200 años de historia de solo hombres, representa un cambio importante en la política mexicana que hace justica a las mujeres que representamos más del 50% del padrón electoral.
Sin embargo, los retos que tendrán ellas si son quienes contienden, no serán sencillos porque de entrada se enfrentan a ese patriarcado que no termina de ceder ante los derechos de nosotras aunado a temas que laceran a las mujeres en todo el país como es la pobreza y pobreza extrema en la que se encuentran muchas de ellas, la falta de oportunidades con igualdad, los salarios menores que los hombres y aún más doloroso, las mujeres víctimas de feminicidio que no es de años recientes, hay que decirlo claro, el tema tiene ya más de una década sin ser resuelto y de acuerdo con cifras del Observatorio de igualdad de género de América Latina, en 2021 se registraron 11 países de América Latina con una tasa igual o superior a una víctima de feminicidio por cada 100.000 mujeres entre los cuales esta México.
Como reflexión final, serán mujeres quienes tendrán que combatir esas cifras y el origen de delitos cometidos en regímenes de hombres, muchos hombres.