¿Existe una forma femenina de civilización?, es una de las interrogantes que Sabina Berman expresa en el libro Tiempo de Mujeres, que con enorme gusto y orgullo coordiné. Yo al igual que ella quiero pensar que sí, aunque pareciera que avanzamos ciertos pasos y retrocedemos otros más en esta lucha histórica de nosotras las mujeres.
Actualmente la frase Tiempo de Mujeres se ha hecho muy común en la clase política; sin embargo, es fundamental que los problemas que las mujeres padecen dia a día, se atiendan de inmediato y se trabaje por eliminar de raíz el sistema patriarcal que se ha recrudecido ante el aumento de las diferentes violencias contra niñas y mujeres hasta llegar a los terribles feminicidios.
Por ello en el libro, las autoras exponemos algunos de los problemas que requieren ser abordados de forma urgente a través de política pública, uno de ellos es la migración que exige ser abordada de manera realista y con toda la complejidad que tiene. Las personas migran huyendo de la violencia de género que viven en sus países de origen y esa violencia la padecen en su trayecto por agentes estatales, integrantes del crimen organizado, traficantes de personas, empleadores y la misma sociedad al discriminarlas.
Otro tema es la brecha de desigualdad salarial que existe, Vanessa González comparte que de acuerdo con el estudio McKinsey&Company las mujeres ganan 8% menos que los hombres y en espacios directivos esa brecha aumenta y es del 22% menos. Vemos que a pesar que desde hace 14 años se ha consolidado la paridad, las mujeres presidentas municipales en el país siguen siendo menos del 50%.
En cuanto a la violencia laboral y el acoso sexual que se da en los centros de trabajo aún falta mucho por hacer para que mujeres y particularmente hombres sepan que hay conductas prohibidas. Es terrible el acoso sexual que muchas mujeres viven, se debe generar una cultura de la denuncia y tomar decisiones con firmeza sin titubeos ante ese tipo de agresores que reproducen estereotipos y machismo usando los espacios que tienen para ello indebidamente.
Para ir erradicando estos problemas es necesario que las mujeres en espacios de toma de decisiones no se masculinicen en su ejericio y no continuen usando los mismos modelos, costumbres y las mismas formas de los hombres.
Lamentablemente la visión de género no se adquiere solo por el hecho de ser mujer, por ello es fundamental que nosotras reinventemos la forma de ejercer el poder . La sumisión y las prácticas masculinas erosionan la lucha de millones de mujeres en el mundo.
Se trata de modificar las relaciones humanas que se han creado con una visión androcéntrica en la que la subordinación y la desvalorización por lo femenino forma parte de las propias instituciones. Aspiramos a una igualdad sustantiva en donde hombres y mujeres realmente seamos tratados igual en todos los sentidos.
Las opiniones vertidas en este artículo son responsabilidad de quien las emite y no de esta casa editorial. Aquí se respeta la libertad de expresión.