La organización de una elección tiene diversas aristas :1) la parte económica, 2) la política y 3) la operativa que materializa las decisiones que el máximo órgano de dirección que es el Consejo General determina a través de sus proyectos de acuerdo.
En esta ocasión quiero referirme a la parte operativa pues es la que define en gran medida lo que el IEEM ha significado en el Estado de México; una entidad que conoció tardíamente la alternancia en el Poder Ejecutivo y que desde su nacimiento en 1996 creó una estructura bien definida a través de las vocalías distritales y municipales que son órganos temporales que se integran cada proceso electoral y que se convierten en Consejos distritales y municipales, ahí es donde se cuentan los votos y se confirma el triunfo del ganador (a).
Esa estructura se creó a partir de contar con procedimientos que lejos de ser inclusivos de la ciudadanía fomentaron que proceso tras proceso repitieran las mismas personas en esos cargos sin dejar posibilidad de que nuevos perfiles se integraran a una labor que en esencia es ciudadana.
Así de 385 cargos hubo personas que ocuparon 11 y 10 veces una vocalía, 9 personas que fueron 9 veces vocales y cerca de 850 personas que ocuparon esos espacios en 2 y hasta 8 ocasiones, ¿no había perfiles idóneos? ¿la ciudadanía no quería participar? No, lo que existía era un procedimiento que privilegiaba solo la experiencia ganada en función de haber sido vocal en otras ocasiones y de incluso cumplir órdenes como en el proceso pasado me lo expreso un ex vocal: “la instrucción en 2017 fue que abriéramos el menor número de paquetes”
En la democracia es fundamental que los espacios se renueven y se generen condiciones de igualdad e inclusión, por fortuna en el IEEM eso ocurrió en este proceso electoral en el que se rompió esa inercia.
En el proceso para seleccionar a los y las vocales que hoy fungen en cada junta distrital y municipal se dieron los cambios siguientes: 1. Por primera ocasión el área técnica del IEEM no genero los reactivos del examen, lo hizo un claustro académico que se integró paritariamente y todos miembros del Sistema Nacional de Investigadores, 2. Por primera ocasión se incluyeron reactivos de habilidades transversales en los que se evaluó el liderazgo, el trabajo en equipo y el manejo de estrés, 3. en las entrevistas se redujo el porcentaje del 35% al ser un elemento subjetivo al 20%, 4. Por primera ocasión se valoró la participación ciudadana al considerar puntaje a quienes habían sido observadores electorales, capacitadores asistentes electorales, supervisores electorales o funcionarios de mesa directiva de casilla.
El resultado fue una renovación del 45% en esos espacios. De 385 vocales 170 personas se incorporaron por primera ocasión en estos espacios para organizar la elección.
Hay un enorme reto para el IEEM en este momento y es capacitar adecuadamente a los nuevos vocales, arroparlos y acompañarlos en este proceso de manera permanente ya que en las juntas municipales que es donde mayor presión podrá haber, se designaron a 22 vocales que ya habían estado en otros procesos y fungen como vocales ejecutivos y 23 que son personas que por primera vez se integran al instituto en las tareas de organización que es la más complicada.
Hay un equilibrio, lo cual es muy bueno; sin embargo, ya en algunos municipios como El Oro tuvimos que hacer una sustitución de una vocal de nuevo ingreso que expreso que la Vocal ejecutiva la presiono y la maltrato refiriendo que no tenía experiencia en procesos electorales, algo que debemos evitar como institución.
El modelo resulto exitoso pero es un deber institucional erradicar las formas antiguas que lejos de abonar pueden manchar el proceso, lo hemos logrado en la conformación de una nueva convocatoria, las áreas técnicas y operativas del órgano central ahora deben replicar y hacer lo mismo en los órganos desconcentrados con los vocales que con experiencia intenten mantener las viejas inercias que hoy ya no caben en el IEEM.