/ viernes 17 de mayo de 2024

Pensamiento Universitario | La Marea Rosa

El siguiente domingo, 19 de mayo, cientos de miles de mexicanas y mexicanos volverán a llenar las principales plazas del país y algunas del extranjero.

Según los organizadores, a las movilizaciones se han sumado más de 80 ciudades de aquí, de Europa, Estados Unidos y Canadá, y 143 organizaciones habían ya firmado la convocatoria, hasta el inicio de la presente semana.

En esta ocasión, el objetivo no es sólo defender la libertad, la justicia y la democracia, sino también servirá para promover el voto útil del próximo 2 de junio, en favor de la candidata presidencial de Oposición, Xóchitl Gálvez Ruiz, y de todas y todos los candidatos de la coalición Fuerza y Corazón por México, porque, se dice, han hecho suyo el ideario ciudadano, específicamente en cuanto a construir una Nueva República y evitar la continuidad del desastre actual, plenamente garantizado por los representantes del partido en el poder. Precisamente la Ingeniera Xóchitl y Santiago Taboada, aspirante a la Jefatura de Gobierno de la CDMX, serán oradores en el evento del Zócalo capitalino, donde, entre otros compromisos, asumirán lo establecido en una serie de diez, dados a conocer por los líderes del Frente Cívico Nacional y de Sociedad Civil México.

El decálogo, además de los temas centrales de prometer elecciones libres y justas, de contar con instituciones que protejan a las personas de los abusos de los poderosos y de ser autónomos en el pensar, opinar y escribir, contiene otros aspectos, como son el respeto de los gobiernos a la ley, a las instituciones y a los ciudadanos de cualquier clase y condición social, con el trato igualitario en cuanto a otorgarles los mismos derechos y oportunidades. Asimismo, procurar un país con unión y solidaridad, cuyas acciones se reflejen siempre en beneficio de la colectividad.

Lograr la paz será otra tarea ineludible, pues la gente de bien no debe seguir abandonada por el Estado, viviendo con el temor y la angustia, dominada por los grupos delictivos, hoy acostumbrados a recibir los abrazos de un régimen autocalificado de ejemplo mundial de humanismo. Desde luego, obligado es emprender una misión urgente y de largo alcance, consistente en no tolerar la impunidad y castigar severamente la corrupción, la trampa y la mentira, sellos característicos de esta devastación.

Sin embargo, los focos rojos están encendidos, ante la posibilidad de no tener elecciones confiables, auténticas y equitativas, debido a la nociva influencia de diversos factores. Entre ellos destacan desde las encuestas amañadas, los medios inclinados al oficialismo y autoridades débiles, medrosas o capturadas, hasta la del crimen organizado en muchos lugares del territorio, la inmoral actuación y el desvío de recursos públicos por parte de varias fuerzas políticas, estatales y municipales, y la del propio inquilino de Palacio Nacional, quien se ha hecho acreedor a 51 medidas cautelares emitidas por el Tribunal Electoral, dada su insistencia en atacar adversarios y clase media, e intervenir directamente en el proceso.

Al estar en riesgo el futuro del país, es necesario dejar atrás la indiferencia, el miedo y el fatalismo, sumar voluntades y apoyar de manera pacífica el proyecto de cambio en una gran cantidad de asuntos fundamentales, evidencia tangible de una administración actual fallida, enemiga del progreso y saturada de maldad. Más allá de partidos políticos o ideologías, es un deber cívico salir ahora a las calles, y en su momento expresar en las urnas la firme decisión de no permitir las imposiciones de un gobierno centralista y autoritario.

Ingeniero civil, profesor de tiempo completo en la UAEM.

juancuencadiaz@hotmail.com