/ domingo 5 de febrero de 2023

Política en Blanco y Negro | Debate entre EU y México por el maíz transgénico

Resulta increíble que México tenga que importar maíz; sin duda muchísimas personas de la población no lo creerían, pero la falta de tecnología y el poco rendimiento de producción en el campo mexicano; hace que importemos de Estados Unidos, en su mayoría de maíz amarillo destinado al forraje de animales y cuyo cultivo se utiliza maíz transgénico.

México es el mayor importador que tiene el país del norte, pero en el año 2020 el presidente Andrés Manuel López Obrador decreto eliminar la importación del maíz transgénico y otros productos biotecnológicos agrícolas, cuya ley entraría en vigor a más tardar 31 de enero de 2024; pero Estados Unidos pretende hacer cumplir sus derechos de comercialización del maíz en virtud del acuerdo T-MEC.

A pesar de que el secretario de Agricultura de Estados Unidos, Tom Vilsack vino el año pasado a negociar una salida a este conflicto, no ve que México cancele ese decreto para eliminar el uso y compra de maíz transgénico y el herbicida glifosato. Es más, el pasado 16 de enero hubo otro decreto de López Obrador para que se imponga un arancel de 50 por ciento a los envíos de maíz blanco para elaboración de tortillas.

Por lo que autoridades estadounidenses buscarán una solución de controversias en el marco del T-MEC, a las “graves preocupaciones con las políticas biotecnológicas de México”, ya que solo autoridades de nuestro país pospondrán la prohibición hasta 2025 (y seguro vendrá otro acuerdo con quienes estén al frente de nuestro país).

La United States Trade Representative (USTR), o bien la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos, amagó con recurrir al panel de solución, ya que el daño en la economía de los agricultores estadounidenses y de los productores ganaderos mexicanos, puede ser de miles de millones de dólares, por el comercio agrícola bilateral.

Si bien EU dice que los alimentos transgénicos son más nutritivos, apetitosos, requieren menos agua, fertilizante y pesticidas, tienen mayor vida útil, da un crecimiento más rápido en plantas y animales, entre otras cosas.

México argumenta que estos alimentos pueden causar reacciones alérgicas o tóxicas, cambios genéticos inesperados y dañinos, que nos son nutritivos, su costo es mayor y algunas semillas no se pueden reutilizar por restricciones de bioseguridad; y también se dice que producen cáncer.

Así el tema tendría que analizarse en profundidad, pues si bien existen desventajas como asegura México; entonces porque solo retrasar la medida, si los productos transgénicos en especial el maíz es dañino, entonces en estos años seguiremos consumiendo productos que a la larga nos traerán consecuencias.

Las presiones de Estados Unidos continuarán ya que México es el principal comprador del maíz transgénico llegando a más de 16 millones de toneladas al año.

Por otra parte, organizaciones ambientalistas están generando presión porque están en contra de los alimentos modificados. Y el mismo presidente López Obrador quiere proteger el maíz nativo y la salud de la población.

Pero la USTR y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, lanzaron su segunda llamada, para que considere López Obrador su decreto, ya que la tercera será un pleito que tendrá graves consecuencias.

Resulta increíble que México tenga que importar maíz; sin duda muchísimas personas de la población no lo creerían, pero la falta de tecnología y el poco rendimiento de producción en el campo mexicano; hace que importemos de Estados Unidos, en su mayoría de maíz amarillo destinado al forraje de animales y cuyo cultivo se utiliza maíz transgénico.

México es el mayor importador que tiene el país del norte, pero en el año 2020 el presidente Andrés Manuel López Obrador decreto eliminar la importación del maíz transgénico y otros productos biotecnológicos agrícolas, cuya ley entraría en vigor a más tardar 31 de enero de 2024; pero Estados Unidos pretende hacer cumplir sus derechos de comercialización del maíz en virtud del acuerdo T-MEC.

A pesar de que el secretario de Agricultura de Estados Unidos, Tom Vilsack vino el año pasado a negociar una salida a este conflicto, no ve que México cancele ese decreto para eliminar el uso y compra de maíz transgénico y el herbicida glifosato. Es más, el pasado 16 de enero hubo otro decreto de López Obrador para que se imponga un arancel de 50 por ciento a los envíos de maíz blanco para elaboración de tortillas.

Por lo que autoridades estadounidenses buscarán una solución de controversias en el marco del T-MEC, a las “graves preocupaciones con las políticas biotecnológicas de México”, ya que solo autoridades de nuestro país pospondrán la prohibición hasta 2025 (y seguro vendrá otro acuerdo con quienes estén al frente de nuestro país).

La United States Trade Representative (USTR), o bien la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos, amagó con recurrir al panel de solución, ya que el daño en la economía de los agricultores estadounidenses y de los productores ganaderos mexicanos, puede ser de miles de millones de dólares, por el comercio agrícola bilateral.

Si bien EU dice que los alimentos transgénicos son más nutritivos, apetitosos, requieren menos agua, fertilizante y pesticidas, tienen mayor vida útil, da un crecimiento más rápido en plantas y animales, entre otras cosas.

México argumenta que estos alimentos pueden causar reacciones alérgicas o tóxicas, cambios genéticos inesperados y dañinos, que nos son nutritivos, su costo es mayor y algunas semillas no se pueden reutilizar por restricciones de bioseguridad; y también se dice que producen cáncer.

Así el tema tendría que analizarse en profundidad, pues si bien existen desventajas como asegura México; entonces porque solo retrasar la medida, si los productos transgénicos en especial el maíz es dañino, entonces en estos años seguiremos consumiendo productos que a la larga nos traerán consecuencias.

Las presiones de Estados Unidos continuarán ya que México es el principal comprador del maíz transgénico llegando a más de 16 millones de toneladas al año.

Por otra parte, organizaciones ambientalistas están generando presión porque están en contra de los alimentos modificados. Y el mismo presidente López Obrador quiere proteger el maíz nativo y la salud de la población.

Pero la USTR y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, lanzaron su segunda llamada, para que considere López Obrador su decreto, ya que la tercera será un pleito que tendrá graves consecuencias.