El conflicto entre Ecuador y México cada día sigue escalando, la muestra es que ahora el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, demanda a ese país sudamericano ante la justicia internacional por el asalto a la Embajada, pidiendo a La Haya que sea suspendido temporalmente como miembro de la ONU, además que se evalúe su expulsión definitiva.
Como podemos recordar el pasado viernes 5 de abril agentes policiales de Ecuador, entraron por la fuerza a la embajada mexicana en Quito para detener al exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, que había solicitado asilo político, tras haber sido acusado de corrupción.
La violación al estatus diplomático de la embajada ha llevado a romper lazos diplomáticos con Ecuador, ya que el haber allanado nuestra representación en ese país, es una flagrante violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas; además que fueron lesionados personales diplomáticos mexicanos entre ellos el jefe de la Sección Consular Mexicana en Quito Roberto Canseco.
Cabe resaltar que, en la diplomacia internacional, la inviolabilidad de las embajadas y misiones diplomáticas se considera sacrosanta; ya que estos lugares de representación de los países sirven como territorio soberano para las naciones a las que representan; y debe cada país ofrecer protección e inmunidad tanto a los diplomáticos como a los funcionarios.
Sin polemizar si el expresidente Jorge Glas tenía o no derecho de acogerse al asilo diplomático; en este espacio quiero abordar al echo de que la irrupción forzada a la embajada fue una violación al artículo 22 de la Convención de Viena, que establece que los locales de la misión serán inviolables y el país anfitrión debe tomar todas las medidas apropiadas para impedir cualquier intrusión.
Ahora bien, si abordamos sobre el hecho de que México brindó asilo diplomático al expresidente Jorge Glas, quien se vio envuelto en 2017 como culpable de recibir sobornos de la constructora brasileña Odebrecht y condenado a seis años de prisión; pero tuvo libertad anticipada y el tiempo restante de la condena sería fuera de la cárcel.
Pero en 2023, se inició un nuevo procedimiento como consecuencia de una supuesta malversación de fondos públicos; por lo que se refugió en la embajada mexicana en busca de asilo; invocando el principio de protección diplomática; pero las autoridades ecuatorianas optaron por entrar por la fuerza.
Así después de las órdenes del presidente Daniel Noboa para que la policía entrara en forma violenta a la Embajada Mexicana en Quito, el ejecutivo de México ha solicitado se juzgue lo sucedido y se suspenda a Ecuador como miembro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU); y su expulsión del organismo si se comprueba ante el Tribunal que se violaron los principios establecidos por la carta fundacional de Naciones Unidas.
Además, México ha solicitado el apoyo de otros países para su pedido y ha recibido el respaldo de los dos órganos diplomáticos de mayor peso en la región: la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). México consiguió también que Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea apoyaran la demanda presentada en La Haya.