Cuando las próximas administraciones municipales de los municipios más grandes del estado de México lleguen a ejercer sus encargos en enero del año próximo, recibirán una herencia de muy padre y señor mío: la elevada percepción de inseguridad.
Con sus altibajos, naturales en todas las mediciones demoscópicas —palabra dominguera, sacada del diccionario de Moliner—, en los últimos tres años no ha mejorado la idea de que vivimos en medio de la inseguridad, la delincuencia y la violencia.
Las ciudades mexiquenses que aparecen en la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, Atizapán de Zaragoza, Chimalhuacán, Cuautitlán Izcalli, Ecatepec, Naucalpan, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla y Toluca, se han movido en un rango de 50 a 90 por ciento de percepción de inseguridad. En los extremos, Atizapán de Zaragoza, la que mejores números reporta, y Naucalpan, que anda por la calle de la amargura. Lejos, todas, de los mínimos porcentajes de un San Pedro Garza, en Nuevo León —con apenas 13 por ciento— o de la alcaldía de Benito Juárez, en la Ciudad de México —con 17 por ciento—.
Y eso significa que el panorama de los mayores centros urbanos mexiquenses está del cocol. Y que los próximos gobiernos municipales tendrán que lidiar con un problema mayúsculo, especialmente en Naucalpan y Ecatepec. Aunque Cuautitlán Izcalli, Toluca y Chimalhuacán no cantan mal las rancheras.
Por si eso fuera poco, los futuros gobiernos municipales también tendrán una percepción adversa en servicios públicos elementales: los baches en calles y avenidas, las fallas y fugas en el suministro de agua potable, el alumbrado público insuficiente y, aunque no es del ámbito de su competencia, los hospitales saturados o con servicio deficiente.
Agreguemos que la percepción social sobre la efectividad de los gobiernos para resolver problemas indica calificaciones reprobatorias: apenas entre 9 y 26 por ciento de los ciudadanos considera que su gobierno es capaz de resolver los problemas más importantes —apenas uno de cada cuatro ciudadanos, siendo extraordinariamente benévolos—.
En la suma, aquellos que llegarán a administrar los gobiernos municipales a partir de enero, tendrán un escenario más negro que mis malos pensamientos: la gente vive temerosa, identifica problemas graves en la prestación de servicios y cree que sus gobiernos son mediocres e incapaces.
Menuda herencia y desafío para los Ricardos, Isaacs, Azucenas, Razieles, Danieles, y todos los demás, porque si bien las mediciones de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana refieren casos concretos, la gran mayoría de los municipios andan en las mismas. Nadie se extrañe si a partir del primero de enero de 2025 todo sigue igual, o peor.
Director del noticiario Panorama Informativo Toluca de Grupo Acir Toluca. Gerente de Meganoticias Toluca.
Tips: felgonre@gmail.com. Twitter: @FelipeGlz.
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