Como un país de gran riqueza natural. Los mexicanos somos considerados muy creativos, capaces de solucionar problemas técnicos mecánicos o científicos con ocurrentes y eficaces chapuzas. Nos mantuvimos el pasado siglo, libres de dictaduras militares, mientras centro y Sudamérica, sufrieron varios gorilatos, que sumieron a las naciones en la pobreza y el dolor. Hasta hace 6 años, tuvimos uno de los mecanismos educativos mas sólidos de Latinoamérica y uno de los mejores modos de salud pública del mundo. Nuestro sistema electoral, era modelo para otras naciones. Cuando se descubría algún fraude comprobado, de un político corrupto, podía haber despidos, sanciones y renuncias. De México se llegó a decir, que hasta el que no trabajaba comía.
Hoy, parece que, entre los dichos y los hechos, las cosas no cuadran o porque hay una bola de mentirosos malintencionados intentando descalificar al presidente y su gobierno o porque las cosas aunque aparentan estar bien, no lo están.
Recuerdo el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, presidente que debió legitimarse ante el resultado de las elecciones, mucho se habló de que el mecanismo que regulaba el resultado electoral, donde fue electo, se cayó, las boletas desaparecieron de la Cámara de diputados, donde estaban resguardadas por el ejército y no hubo modo de recontarlas. Salinas en su gobierno, intentó recomponer la economía nacional, negociando las deudas, impulsando el FOBAPROA, endeudándonos a los mexicanos y financiando las arcas nacionales con los recursos obtenidos de la venta de paraestatales, empresas privadas administradas por el gobierno. Al final de su gobierno, las cosas no se pudieron disimular y a los 20 días del gobierno de Zedillo, la economía trono y la moneda se devaluó, el 100 por ciento en un día.
Económicamente, el sexenio de Miguel de la Madrid, fue dañino para los mexicanos, casi fueron 6 años de devaluaciones constantes y pactos económicos. De la Madrid, heredó los malos manejos y los celos de López Portillo, quien endeudó a México, contratando deuda y apalancándola con el petróleo, que entonces, nos sobraba, el también tuvo que legitimarse como presidente en unas elecciones amañadas donde el candidato único fue él, quizá por eso impulso la reforma electoral de 1977 para permitir la competencia electoral y la representatividad de las fuerzas políticas en las cámaras. Durante el gobierno Lopezportillista, hasta quemábamos el gas de nuestras instalaciones petroleras para mostrar a Estados Unidos que, si no nos lo compraba, lo podíamos desperdiciar.
Por su parte, Echeverría se peleó con empresarios y banqueros, mientras Díaz Ordaz, presumía las olimpiadas de 1968, después de la matanza de Tlatelolco.
México, no la ha tenido fácil, los problemas de la macroeconomía y la real politic, han estado enmarcados por los caprichos del gobernante en turno, el cual daba su sello a los 6 años de gobierno del heredero presidencial. Hemos crecido demográficamente de 70 millones a 130 millones de mexicanos. Transitamos de una economía cerrada a una economía globalizada, lo que hoy pasa en el mundo, nos afecta más. Estamos entre las 20 principales economías del mundo y queremos disfrutar los parabienes de esa clasificación, heredando seguridad y oportunidades a nuestros hijos, pero ante la bonanza, la delincuencia y la corrupción han crecido a costa de nuestra paz, nuestra tranquilidad y oportunidades.
Quizá, ese sea el reto del próximo sexenio, que la mayoría de los mexicanos disfruten una recomposición moral donde la corrupción no sea sinónimo de éxito, las oportunidades fluyan para todos y el cuidado ambiental y la transición energética nos garanticen buen tránisto hacia el futuro.
pedro_gomez77@hotmail.com
Licenciado en Comunicación por la UAEM
Maestrando en Periodismo Político por la EPCSG
