Durante mucho tiempo se ha dicho, que la prensa es el cuarto poder. Que la información es poder. Que quién controla la información es quien marca agenda.
Pareciera cierto, es lógico, creíble ya que en la toma de decisiones recabar la mayor cantidad de datos que permitan considerar los hechos a favor y en contra de una acción física, una declaración, una obra pública o privada, el matrimonio, el divorcio, los estudios, la guerra, la comida, la salud, la educación, la paz, la muerte, todo requiere de información.
Cuando la información es veraz es posible construir o destruir, todo depende de la motivación y el objetivo.
En el proceso administrativo, la previsión, planeación ejecución y control requieren de un cuidadoso análisis para la selección de objetivos que den cumplimiento a las políticas públicas o a los objetivos de una empresa.
La información es el dato que nos hace conocedores o actores de un suceso, de modo que nos hace entrar en un proceso de comunicación donde hay un mensaje, un emisor, un canal y un receptor que reacciona ante el mensaje y responde, secuencia que puede quedar incompleta si hay ruido en el ciclo, haciéndonos llegar a resultados, imprevistos o no deseados.
Ese ruido puede ser la desinformación que tergiversa los mensajes, hace verdadero lo falso, plantea metas poco objetivas, confronta los cimientos de las instituciones y destruye la comunicación positiva para llegar a objetivos no deseados por la mayoría, pero anhelados en la inconciencia del momento del líder, el placer de lo insano, vivir con el ego a flor de piel, esperando dar vida con la muerte. La mentira que domina el escenario.
Hoy, el imperio de la desinformación derrota las decisiones mas congruentes con perogrulladas y latinajos que, -resalto- hacen falso, lo verdadero.
Y si la desinformación es la que domina como va llegar México, el pueblo mexicano, los ciudadanos que estudian, trabajan, viven de su pensión, son protegidos por el sistema de salud, los servicios, la seguridad, a vivir en un escenario que colapsara, cunado no haya dinero, cuando los empresarios que daban empleo a millones de ciudadanos tengan que salir del país, porque tienen riesgo de perder sus empresas, que pasará, si la educación no nos hace competitivos con otras naciones y rompemos relaciones con socios comerciales que nos hacian un bloque comercial competitivo con Europa.
Vemos cientos de empresas asiáticas asentandose en el país. No sólo tiendas comerciales, empresas de gran tecnología que aprovecharon el conflicto con Canada, Estados Unidos y Europa, para ofertar sus productos a emprendedores mexicanos, que hacen muy bien su trabajo, pero que desplazaron a varios de los principales socios mexicanos. La desinformación, hace vacio, no nos dice lo que ocurre, esconde a los desauciados por el sistema, creyendo que si no se ven, no existen, ni existieron.
Los problemas ocultos en el ruido de la comunicación, en la desinformación, no desaparecieron, crecen escondidos como un tumor que tarde o temprano cobra la vida de su hospedador, a menos que sea detectado a tiempo y las medicinas y tratamiento para su curación sean las adecuadas.
¿Caerá el imperio de la desinformación o se fortalecerá? Usted, que desea…