/ martes 23 de julio de 2024

Rescate Tierra | Hágase la Revolución… En los bueyes de mi compadre

Entre dichos y hechos, nos dan temor el número creciente de asesinatos en los municipios del Estado de México, todos los días leemos de cuerpos encontrados en Otzacatipan o en San Pablo, en Temoaya, Valle de Bravo, Amanalco de Becerra, Chalco, Chimalhuacán y muchos más lugares. Y a pesar de las mesas de seguridad del país, estados y municipios, las autoridades no logran detener la ola de asesinatos, homicidios, muertes dolosas, hombres moridos o como quiera que los guardianes de la justicia deseen nombrarlos.

En materia vial, no estamos mejor, todas las semanas escuchamos de algún accidente donde esta involucrado el transporte público, choques en la ciudad de Toluca, Ecatepec, Naucalpan, en Palmillas, em la México-Toluca, donde algún tráiler que perdió los frenos en carretera casi se lleva la caseta, cuando no destroza otro vehículo, motociclistas accidentados por correr, no obedecer las reglas de tránsito o ir colgados como crías de zarigüeya 3, 4 y hasta 5 personas en una moto, hasta el circo Ataide, envidiaría tales acrobacias.

El caso, es que, a pesar de los exámenes para adquirir licencias de automovilista, chofer, motociclista o chofer federal, la mayoría de conductores y peatones desobedecen las reglas de tránsito, dicen conocerlas, pero no previenen accidentes cumpliéndolas y las sanciones no se aplican como deberían. El manejo a la defensiva dicen, es el mejor para prevenir muertes, mutilados o heridos, sin embargo, los conductores manejan a la ofensiva, bajo la “ley de la selva” o como diría mi abuela: Sálvese el que pueda.

Los motociclistas, olvidan que no tienen carrocería que los proteja, corren arriba de la velocidad permitida, igual que los automovilistas y cuando se accidentan, el hubiera… no los salva. Ojalá volvieran a darse clases de manejo y tránsito en las escuelas y unas dos veces al año se impartieran clínicas de manejo a choferes de transporte público. Ojalá los agentes de vialidad, no se dedicaran a crear cuellos de botella en las principales avenidas de las ciudades, deteniendo vehículos, como para ver que sacan en lugar de hacer fluido y seguro el tránsito y todos respetaran la señal de alto e iniciaran el frenado con la luz ámbar, en lugar de acelerar para volársela.

El mes pasado, nos quejábamos del excesivo calor, la amenaza de sequía, el dengue que viene subiendo a lugares antes fríos igual que el Zika o la Chingunguya, nuevas enfermedades cuya migración es originada en el cambio climático que hoy nos prodiga torrenciales lluvias, muertos por las inundaciones, deslaves y zonas desérticas.

Pero seguimos talando zonas arboladas por millones de piezas y nos quejamos de la falta de agua potable en las lagunas, presas y ríos que nos abastecen y hoy amenazan secarse. Nos quejamos y culpamos a otros de los males que nos aquejan pero no modificamos nuestra conducta, para tener seguridad, salud, menos accidentes y muertos, políticos y gobiernos honestos, descarbonizar la economía para combatir el calentamiento global y el cambio climático, vemos corromperse a los gobiernos y la política, dejando que narco y crimen organizado, se apoderen de ellas, creyendo que los delincuentes actuaran democrática y cívicamente, respetando la vida de las familias, de los hijos, la mujeres y los hombres que hoy se arrodillan ante la delincuencia y son engañados en procesos de elección de autoridades.

Decimos muchas cosas de lo que es correcto, pero actuamos de manera incorrecta y luego nos quejamos de los males que sufrimos, porqué, cuando pudimos hacer lo bueno y cambiar las cosas, no lo hicimos.

Pedro_gomez77@hotmail.com

Licenciado en Comunicación por la UAEM

Maestrando en Periodismo Político por la EPCSG

Entre dichos y hechos, nos dan temor el número creciente de asesinatos en los municipios del Estado de México, todos los días leemos de cuerpos encontrados en Otzacatipan o en San Pablo, en Temoaya, Valle de Bravo, Amanalco de Becerra, Chalco, Chimalhuacán y muchos más lugares. Y a pesar de las mesas de seguridad del país, estados y municipios, las autoridades no logran detener la ola de asesinatos, homicidios, muertes dolosas, hombres moridos o como quiera que los guardianes de la justicia deseen nombrarlos.

En materia vial, no estamos mejor, todas las semanas escuchamos de algún accidente donde esta involucrado el transporte público, choques en la ciudad de Toluca, Ecatepec, Naucalpan, en Palmillas, em la México-Toluca, donde algún tráiler que perdió los frenos en carretera casi se lleva la caseta, cuando no destroza otro vehículo, motociclistas accidentados por correr, no obedecer las reglas de tránsito o ir colgados como crías de zarigüeya 3, 4 y hasta 5 personas en una moto, hasta el circo Ataide, envidiaría tales acrobacias.

El caso, es que, a pesar de los exámenes para adquirir licencias de automovilista, chofer, motociclista o chofer federal, la mayoría de conductores y peatones desobedecen las reglas de tránsito, dicen conocerlas, pero no previenen accidentes cumpliéndolas y las sanciones no se aplican como deberían. El manejo a la defensiva dicen, es el mejor para prevenir muertes, mutilados o heridos, sin embargo, los conductores manejan a la ofensiva, bajo la “ley de la selva” o como diría mi abuela: Sálvese el que pueda.

Los motociclistas, olvidan que no tienen carrocería que los proteja, corren arriba de la velocidad permitida, igual que los automovilistas y cuando se accidentan, el hubiera… no los salva. Ojalá volvieran a darse clases de manejo y tránsito en las escuelas y unas dos veces al año se impartieran clínicas de manejo a choferes de transporte público. Ojalá los agentes de vialidad, no se dedicaran a crear cuellos de botella en las principales avenidas de las ciudades, deteniendo vehículos, como para ver que sacan en lugar de hacer fluido y seguro el tránsito y todos respetaran la señal de alto e iniciaran el frenado con la luz ámbar, en lugar de acelerar para volársela.

El mes pasado, nos quejábamos del excesivo calor, la amenaza de sequía, el dengue que viene subiendo a lugares antes fríos igual que el Zika o la Chingunguya, nuevas enfermedades cuya migración es originada en el cambio climático que hoy nos prodiga torrenciales lluvias, muertos por las inundaciones, deslaves y zonas desérticas.

Pero seguimos talando zonas arboladas por millones de piezas y nos quejamos de la falta de agua potable en las lagunas, presas y ríos que nos abastecen y hoy amenazan secarse. Nos quejamos y culpamos a otros de los males que nos aquejan pero no modificamos nuestra conducta, para tener seguridad, salud, menos accidentes y muertos, políticos y gobiernos honestos, descarbonizar la economía para combatir el calentamiento global y el cambio climático, vemos corromperse a los gobiernos y la política, dejando que narco y crimen organizado, se apoderen de ellas, creyendo que los delincuentes actuaran democrática y cívicamente, respetando la vida de las familias, de los hijos, la mujeres y los hombres que hoy se arrodillan ante la delincuencia y son engañados en procesos de elección de autoridades.

Decimos muchas cosas de lo que es correcto, pero actuamos de manera incorrecta y luego nos quejamos de los males que sufrimos, porqué, cuando pudimos hacer lo bueno y cambiar las cosas, no lo hicimos.

Pedro_gomez77@hotmail.com

Licenciado en Comunicación por la UAEM

Maestrando en Periodismo Político por la EPCSG