/ martes 19 de noviembre de 2024

Rescate Tierra | México y el Plan Nacional de Adaptación ante el cambio climático

Busqué, busqué y busqué, la firma de México para el desarrollo del Plan Nacional de Adaptación NAP ante el calentamiento global, el cambio climático y el desastre que hemos provocado en nuestra casa, el planeta Tierra. No encontré publicación, propuesta o adhesión de México. Argentina lo firmó en 2023, Brasil en 2016, Chile en 2017, Colombia en 2018, Costa Rica en 2022, pero México, no apareció en la lista.

Hoy es un tema discutido en las reuniones de la COP29 en Azerbaijan y no es un tema menor. La vulnerabilidad de la Tierra es enorme, hay gran amenaza y riesgo para la humanidad, siendo estos, dos de los factores que se consideran en la elaboración de los planes de adaptación mundiales ponderando el incremento de la temperatura global, variable en la que México ha dominado por varios años, teniendo en su territorio, uno de los estados con mayor temperatura del planeta, Sonora.

El año que termina, nos amenazó climáticamente en el Estado de México, los reservorios de agua, redujeron su capacidad a casi menos del 30 por ciento, previendo desabasto en las ciudades mexiquenses y en la Capital del país. Considerando los árboles como elemento básico en el equilibrio hídrico, México, según datos de los dos años anteriores, ha perdido 9.3 por ciento de su masa forestal algo así como 4.89 millones de hectáreas y en el Estado, durante 2022 perdimos 1310 hectáreas de bosque.

No hemos padecido amenaza de huracanes, ni ciclones, como en Guerrero, Oaxaca, Veracruz o Yucatán, pero tenemos el riesgo de una sequía que complique el abasto del vital líquido a la población de casi 20 millones de mexiquenses.

Sin considerar el siglo anterior, en lo que va de este, la tala ilegal ha dañado cerca del 30 por ciento de la masa forestal del estado de México, afectando la recarga de los mantos freáticos y los taladores se niegan a aplicar una metodología sustentable que permita recuperar los árboles perdidos, incrementando el riesgo de un desastre.

De allí deriva la insistencia del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente PNUMA, para que las naciones o Partes participantes, elaboren, publiquen y cumplan un Plan Nacional de Adaptación PAN o NAP para identificar las necesidades de adaptación de acuerdo a su comportamiento climático, ayudando a crear planes de gestión ambiental y el Estado de México, tiene mayor población y territorio que varias naciones que ya lo tienen y verifican su cumplimiento en lo agrícola, en la infraestructura de las ciudades, en las costas, la energía, biodiversidad, pesca, acuicultura, financiamiento y cambio climático.

Hay tanto por hacer y el tiempo para lograr revertir el daño, se reduce. Es como si el ser humano sólo cobrara conciencia del riesgo en que se encuentra cuando la amenaza es casi irreversible y no prevé y aplica acciones que detengan el daño.

No podemos obligar a otras naciones a cumplir los acuerdos necesarios, pero nosotros podemos actuar correctamente, reduciendo el impacto global y colocar a nuestra Nación y estado, en mejores condiciones de las que está. México ha iniciado el proceso de formulación e implementación de un NAP y eso es bueno.

Pedro_gomez77@hotmail.com

Licenciado en Comunicación por la UAEM

Maestrando en Periodismo Político por la EPCSG

Las opiniones vertidas en este artículo son responsabilidad de quien las emite y no de esta casa editorial. Aquí se respeta la libertad de expresión.

Busqué, busqué y busqué, la firma de México para el desarrollo del Plan Nacional de Adaptación NAP ante el calentamiento global, el cambio climático y el desastre que hemos provocado en nuestra casa, el planeta Tierra. No encontré publicación, propuesta o adhesión de México. Argentina lo firmó en 2023, Brasil en 2016, Chile en 2017, Colombia en 2018, Costa Rica en 2022, pero México, no apareció en la lista.

Hoy es un tema discutido en las reuniones de la COP29 en Azerbaijan y no es un tema menor. La vulnerabilidad de la Tierra es enorme, hay gran amenaza y riesgo para la humanidad, siendo estos, dos de los factores que se consideran en la elaboración de los planes de adaptación mundiales ponderando el incremento de la temperatura global, variable en la que México ha dominado por varios años, teniendo en su territorio, uno de los estados con mayor temperatura del planeta, Sonora.

El año que termina, nos amenazó climáticamente en el Estado de México, los reservorios de agua, redujeron su capacidad a casi menos del 30 por ciento, previendo desabasto en las ciudades mexiquenses y en la Capital del país. Considerando los árboles como elemento básico en el equilibrio hídrico, México, según datos de los dos años anteriores, ha perdido 9.3 por ciento de su masa forestal algo así como 4.89 millones de hectáreas y en el Estado, durante 2022 perdimos 1310 hectáreas de bosque.

No hemos padecido amenaza de huracanes, ni ciclones, como en Guerrero, Oaxaca, Veracruz o Yucatán, pero tenemos el riesgo de una sequía que complique el abasto del vital líquido a la población de casi 20 millones de mexiquenses.

Sin considerar el siglo anterior, en lo que va de este, la tala ilegal ha dañado cerca del 30 por ciento de la masa forestal del estado de México, afectando la recarga de los mantos freáticos y los taladores se niegan a aplicar una metodología sustentable que permita recuperar los árboles perdidos, incrementando el riesgo de un desastre.

De allí deriva la insistencia del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente PNUMA, para que las naciones o Partes participantes, elaboren, publiquen y cumplan un Plan Nacional de Adaptación PAN o NAP para identificar las necesidades de adaptación de acuerdo a su comportamiento climático, ayudando a crear planes de gestión ambiental y el Estado de México, tiene mayor población y territorio que varias naciones que ya lo tienen y verifican su cumplimiento en lo agrícola, en la infraestructura de las ciudades, en las costas, la energía, biodiversidad, pesca, acuicultura, financiamiento y cambio climático.

Hay tanto por hacer y el tiempo para lograr revertir el daño, se reduce. Es como si el ser humano sólo cobrara conciencia del riesgo en que se encuentra cuando la amenaza es casi irreversible y no prevé y aplica acciones que detengan el daño.

No podemos obligar a otras naciones a cumplir los acuerdos necesarios, pero nosotros podemos actuar correctamente, reduciendo el impacto global y colocar a nuestra Nación y estado, en mejores condiciones de las que está. México ha iniciado el proceso de formulación e implementación de un NAP y eso es bueno.

Pedro_gomez77@hotmail.com

Licenciado en Comunicación por la UAEM

Maestrando en Periodismo Político por la EPCSG

Las opiniones vertidas en este artículo son responsabilidad de quien las emite y no de esta casa editorial. Aquí se respeta la libertad de expresión.