El señor Oscuro, era el personaje no visto. El poder tras el trono. El malvado que dirigía a las fuerzas diabólicas enviando a sus Orkos a conquistar el mundo, en la trilogía de El Señor de los Anillos, donde actuó la bellísima Liv Tyler.
Hoy el término regresa, pero se confunde el uso entre buenos y malos. El oscuro llama a sus adversarios oscuros y las leyes, los hechos, que denuncian la maldad, con que gobierna, son calificadas como mentiras que usan sus adversarios para agredirlo, porque él es bueno y quienes no piensan como él, son malos.
El problema es que no hay bien para más del 90 por ciento de los mexicanos. La oscuridad va cubriéndolo todo. El dinero no alcanza, muchas personas perdieron su trabajo, otros han sido desalojados de su hogar, porque no pueden pagar, se quedaron sin trabajo o sus contratantes simplemente, no les pagan. Los precios suben, los sueldos bajan y de pilón nos cayó el COVID-19.
Las cosas estaban mal antes de la pandemia. Echar la culpa a otras personas, no soluciona la crisis que se ahonda y extiende al paso de los días.
Los problemas creí, se solucionarían conforme se acercara el periodo electoral y entonces, sólo entonces. Para demostrar a los ciudadanos lo cumplidor que es el líder nacional. Habría trabajo, pagarían deudas atrasadas, generarían empleos, harían eficientes y respetuosas las instituciones sociales, se impulsaría a los empresarios y las organizaciones sociales, pero no es así.
Ante la crisis y la falta de soluciones reales, la estrategia para desviar la atención es hacer pelear a todos contra todos. "Fifis" y su prensa, "Chayros" y sus "bots". Estudiantes y maestros. Médicos y enfermos. Emprendedores vs. funcionarios, reglamentos, impuestos, deuda.
Hay que administrar el caos, empeorar las cosas para que con hambre, el pueblo acepte lo que le den, pida la crucifixión de quienes osan, estar mejor y el jefe máximo al estilo Poncho Pilatos, se lave las manos y deje al pueblo hacer justicia.
México se esta convirtiendo en un "circo romano", donde los patricios al igual que en Roma, distraen a la plebe arrojando cristianos a los leones y haciendo pelear gladiadores. Nada le importaba al pueblo mientras hubiera pan y circo. Así, Nerón incendió Roma, Calígula hizo senador a su caballo y los césares se dedicaron a matarse y acusarse, mientras la moral, el empleo y la seguridad se perdían, las leyes eran modificadas para beneficio del Emperador y las instituciones que garantizaban el cumplimiento de las leyes se pervirtieron y corrompieron. Con ello, el desempleo, la inseguridad, la falta de salud, la pobreza, falta de educación y respeto a la vida, fueron olvidados por el espectáculo.
Pablo de Tarso, como ciudadano, ante Herodes y Pilatos, fue protegido con esas leyes, que en Roma, se convirtieron en letra muerta. Los cesares y su Senado, derrumbaron la legitimidad y hegemonía de las instituciones, para perpetuarse en el poder.
El poder del pueblo, fue volteado oscuramente contra el pueblo y los derechos humanos y la libertad, se perdieron.
Espero, no nos pase lo mismo. No lo merecemos.