“Un hombre que le arrebata la libertad a otro es un prisionero del odio, está encerrado tras los barrotes del prejuicio...” –Nelson Mandela
En el Estado de México, se escribe un nuevo capítulo de su historia colectiva e institucional: la discusión y análisis de las propuestas de Ley de Amnistía, en la LX Legislatura local, abren un nuevo camino hacia la justicia y la libertad, flanqueado por la visión que aporta la cultura de derechos humanos.
En días recientes, en la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem) atendimos la invitación de las y los diputados para participar en dicha discusión y reiteramos la necesidad de contar con un marco jurídico que emane del diálogo y reúna las diferentes voces y visiones, incluyendo a los colectivos de la sociedad civil organizada, para lograr que éste sea robusto.
En este sentido, y coincidiendo plenamente con la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, quien expresó que “ahora más que nunca los gobiernos deben poner en libertad a todos los reclusos detenidos sin motivos jurídicos suficientes, a los presos políticos y otros internos que fueron encarcelados simplemente por expresar ideas críticas o disentir”, sabemos que el virus, que ha asolado a todas las regiones del mundo, puede recrudecerse al interior de los centros penitenciarios y convertirlos en los lugares más peligrosos para las personas privadas de libertad y sus familias, además de quienes ahí laboran.
Tenemos que derribar la barrera de los prejuicios, porque quienes están en prisión no dejan de ser personas y tener derechos; es preciso entender que una Ley de Amnistía no solapa transgresiones jurídicas, sino que protege a las y los que vieron debilitado su acceso a la justicia; una ley de este orden fortalecerá a los sistemas judicial y de procuración de justicia, así como al edificio democrático y social, pues tiene como finalidad la justicia, la libertad y la reinserción de las personas en la vida familiar y comunitaria.
Hay que reflexionar a fondo y resolver sobre las violaciones al debido proceso y la armonización de los mecanismos de reinserción efectiva y de corresponsabilidad social postpenitenciaria, pues quienes obtengan el beneficio de la amnistía, habrán de lograr su reinserción mediante un eficaz modelo de gestión penitenciaria, con mecanismos de apoyo al exterior, para lo cual es indispensable crear y reforzar alianzas y pactos con los sectores laboral y económico.
La Codhem se ha pronunciado porque la Ley de Amnistía considere los más altos estándares de derechos humanos y sean su eje transversal, incorporando también la imprescindible perspectiva de género. El trabajo en unidad para esta ley nos dará una legislación que trascienda la letra y se lleve a la práctica, en pos de la dignidad y el pleno goce de los derechos humanos de quienes puedan beneficiarse de ella.
Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México
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