Las redes sociales explotaron cuando ingresaron los agentes de la policía de Ecuador a la embajada de México en Quito el viernes 5 de abril para detener al ex vicepresidente de ese país, Jorge Glas.
Cabe destacar que Glas ha sido acusado en su país por peculado; este delito se refiere a la presunta sustracción de recursos públicos, siendo que, de acuerdo con información de la Fiscalía de Ecuador, Glas y otros funcionarios desviaron hacia otros proyectos los recursos económicos que estarían destinados para la reconstrucción de la provincia de Manabí por un temblor que sucedió el pasado 16 de abril de 2016.
Al irrumpir la sede diplomática de México en Quito, Noboa marcaría un hecho sin precedente, violando el Derecho Internacional y lo establecido en La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas en 1961. Se debe entender que dicho acto le podría causar un gran daño a la región de Latinoamérica y tendría grandes repercusiones geopolíticas.
Le explico, la región ya vive grandes desafíos contemporáneos en términos de integración regional y competitividad, siendo una región que cada vez está más fracturada y que podría afectar su desarrollo económico y la calidad de vida de su población.
Desde una perspectiva política, la región se caracteriza por una notable diversidad de sistemas políticos y orientaciones ideológicas, desde gobiernos de izquierda hasta administraciones conservadoras. Esta diversidad, junto con periodos de inestabilidad política y tensiones diplomáticas, dificulta la formulación de políticas regionales coherentes y el avance hacia objetivos comunes. La polarización política interna en muchos países de la región también complica la participación en proyectos de integración regional. Del mismo modo, América Latina enfrenta problemas significativos como la desigualdad, la violencia y la migración forzada, que no solo tienen un profundo impacto en el tejido social interno, sino que también afectan las relaciones y la cooperación regional.
En esta orden de ideas, mientras los políticos de la región siguen peleándose unos con otros, la realidad es que, para poder superar estos retos se requiere un enfoque multifacético que aborde las raíces económicas, políticas y sociales de la desunión, fomente la cooperación y la solidaridad regional, y promueva políticas inclusivas y sostenibles que reflejen las necesidades y aspiraciones de todos los países latinoamericanos.
Entre tanto caos y conflictos entre jefes de Estados de la región, se le suma lo ocurrido en Ecuador, posiblemente sea el principio de una muerte ya anunciada de la integración regional.
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Licenciado en Negocios Internacionales por el Instituto Politécnico Nacional. Académico en el área de Bloques Regionales de la Escuela Superior de Comercio y Administración Unidad Santo Tomás del Instituto Politécnico Nacional.
Asociado PJ COMEXI. @Chennie_tw
