Cerca de cinco mil empleados de confianza del gobierno del Estado de México esperan la decisión de sus superiores actuales, los que llegaron con el nuevo gobierno estatal, y ocupan responsabilidades en el gobierno y gabinete ampliado.
Solo que, ahora, las circunstancias llegaron juntas en el estado de México, como en todo el país, está en época electoral, época de distracción de todo tipo, económica, política y social, con características específicas, que se presentan no en una contienda pacífica sino en una guerra por el poder, en donde algunos piensan que ”se vale todo”.
Época en el Estado en donde por primera vez llega otro partido político diferente al que casi gobernó cien años, y con él, llega “gente nueva”, es decir, personas, algunas que ni soñaron ocupar cargos públicos, otras cuyos antecedentes de trabajo están llenos de acciones de proselitismo partidista, pero que ni idea tienen de las acciones administrativas a desempeñar.
Esa circunstancia hace que, todos estos meses, exista un hueco, un vacío de actividades tanto para los que venían desempeñando el cargo, como para los que llegan.
Llegan preguntando ¿a qué partido pertenecen los trabajadores? ¿cuántos años llevan en el cargo? y cómo la mayoría trabajaban bajo la sombra de otra bandera política, aunque ni siquiera hayan pertenecido nunca a ningún partido, lo primero que se decide es quitarlos.
No existe evaluación de desempeño, ni siquiera entrevista personal con el funcionario superior, solo resentimiento, venganza, poder decidir por el amigo conocido lo que sea, pero cambiar al que está
Estamos en la época perdida, mientras encuentran al sustituto, pero no hay que olvidar que se está perdiendo experiencia, tiempo, recursos, y que, en cerca de cinco mil hogares, hay familias en la incertidumbre porque solo por una decisión partidista se pierden años de dedicación, aprendizaje, amor al trabajo y servicio con conocimiento de causa.
Solo se recuerda que no todos los que estaban en el otro periodo gubernamental son afiliados o simpatizantes de algún partido, ni todos los que trabajaban antes del cambio son corruptos, (hay que demostrarlo, con pruebas, y aplicar la ley en su caso), no solo suponer.
Al elegir colaboradores, en cualquier área de la administración, hay que pensar que para utilizar el poder para servir, y para servir bien, no hay necesidad de quitar a los trabajadores solo por quitarlos, pues se va a ganar más si ya no hay necesidad de perder el tiempo en aprender, conociendo en lo posible personalmente al responsable de cada área, evaluando su proceder, los resultados que ha obtenido, sus conocimientos, antecedentes de honradez, de responsabilidad, su lealtad al Estado, al servicio a los demás.
Y si no reúne, cuando menos esos requisitos, entonces sí, responsabilizar a alguien más capaz y ganar la confianza del ciudadano, con la que seguro se obtendrá el mejor gobiernocon bienestar de los mexiquenses y lograr el verdadero cambio.