Pareciera que muchas veces se confunden esas dos palabras, cuando se trata de seleccionar a integrantes de cualquiera de los tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial. La cantaleta de “solo caras nuevas”, tiene todo el riesgo porque en los últimos años no ha sido muy satisfactorio el resultado de conformar a el ejecutivo y al legislativo, en su mayoría con caras nuevas.
Al presentar una cara nueva, la mayoría de los ciudadanos pregunta ¿y ese quien es?, ¿de dónde salió? ¿Será un pariente o amigo de los que están?, y al terminar el periodo correspondiente, ya no se quieren ir, ¿porque ya aprendieron? la mayoría de los ciudadanos pregunta ¿y ese, que hizo?, ¡solo vino a ver que se llevaba?, pocos son los que destacan por su entrega al servicio público, esos si merecen seguir aportando para beneficio de las mayorías
Lo que en la práctica ha dado más resultado, es el equilibrio de personas con experiencia y jóvenes honrados, capaces, responsables de su tarea de servicio.
Tanto personas experimentadas como “caras nuevas”, en primer lugar, deben conocer la normatividad del área correspondiente a su trabajo, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, (cuando menos) y saber trabajar con una actitud digna de respeto entre jóvenes y personas mayores de edad.
En los tres poderes y en la mayoría de las instituciones, tienen en su estructura directiva un espacio para trabajar con las personas mayores, (Es una necesidad cada vez mayor), también en los partidos político, tienen espacios específicos ya que la la mayoría constituye “el voto duro”, el voto fiel, el voto casi seguro, pero a la hora de proponer candidatos, tienen miedo a la critica mordaz de colocar a” los dinosauros”. Y menosprecian al adulto mayor, (al fin él o ella ya tuvieron la oportunidad), sí, pero los que reparten han tenido incontables oportunidades.
Bienvenidos, la experiencia que permanentemente se está actualizando, bienvenidas “las caras nuevas” siempre y cuando, no lleguen a abusar del poder, trabajen con libertad, con responsabilidad con amor a Mexico, sin manipulaciones.
Y reconozcan los méritos de uno y de otro compañero, no menosprecien a ninguno, que sea honrado, porque unidos, van a dar mejores resultados para el país.
Seguramente ya cada uno de los escogidos, de los seleccionados para ser representantes populares, o miembros del gabinete, es responsable y sabe que hacer, pero no hay que olvidar que la experiencia siempre cuenta, y que experiencia no es sinónimo de decadencia.